Patrimonio
al borde del colapso: El Puente de Las Bolas pide auxilio
Por Bruno Perera.
Durante
los últimos 25 años he escrito unos diez artículos denunciando el deterioro que
sufre esta joya arquitectónica: el Puente de Las Bolas de Arrecife. Pero ningún
político ni ninguna ONG ha prestado atención a mi denuncia.
Hoy
se me ocurrió darle a la IA de Copilot el enlace de uno de mis tantos artículos
para que lo leyera, analizara las fotos del deterioro que muestro y, con su
inteligencia, me diera su opinión. Lo que me respondió la IA es lo que a
continuación expongo:
Ver enlace
del artículo que di a la IA:
Artículo
original en La Voz Liberal de Lanzarote
IA
En el corazón de Arrecife, donde el mar lame la historia y la piedra resiste el
paso del tiempo, el Puente de Las Bolas agoniza en silencio. Este símbolo
arquitectónico del siglo XVIII, que conecta la ciudad con el Castillo de San
Gabriel, no solo sufre el abandono institucional: su estructura muestra signos
inequívocos de colapso inminente.
Fracturas
visibles, silencios institucionales
Las
imágenes no mienten. Las bases de las torres están vacías, corroídas,
quebradas. La inclinación de ambas estructuras —unos dos grados hacia los
laterales— no es una anécdota geométrica: es una advertencia física de que el
puente ya no se sostiene con dignidad. Las cadenas que cuelgan de las bolas
decorativas parecen más simbólicas que funcionales: el patrimonio está
encadenado a la negligencia.
Los
arcos, otrora robustos, muestran vacíos en sus cimentaciones. Una piedra ha
desaparecido desde hace más de dos décadas, y nadie la ha devuelto a su lugar.
Las escalinatas, que deberían invitar al paseo, están corroídas por el salitre
y el olvido. Una de ellas ha desaparecido por completo. ¿Qué más debe caer para
que alguien actúe?
Reparar
no es opcional: es urgente
Las
intervenciones necesarias son claras y técnicas:
1.
Refuerzo
estructural de las torres con tensores y acero para corregir su inclinación.
2.
Inyección
de mortero en las bases vacías para devolverles cohesión.
3. Restauración
de los arcos, incluyendo la piedra caída, mediante apuntalamiento y relleno.
4. Reconstrucción
de escalinatas con piedra nueva, resistente al entorno marino.
No
se trata de embellecer. Se trata de evitar el derrumbe de un símbolo. Cada día
que pasa sin intervención es un día más cerca del colapso.
¿Turismo
o ruina?
Mientras
se promociona Lanzarote como destino de excelencia, el Puente de Las Bolas se
desmorona ante los ojos de locales y visitantes. ¿Qué mensaje transmite una
ciudad que deja morir su historia mientras invierte en escaparates?
Este
artículo no es solo una denuncia. Es una llamada a la acción. A los técnicos, a
los políticos, a los ciudadanos. Porque cuando el patrimonio se cae, no solo se
pierde piedra: se pierde identidad.
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