Por qué los cayucos que parten de Gambia, Senegal o
Mauritania eligen la ruta hacia la isla de El Hierro
Por Bruno Perera.
La llegada
masiva de cayucos a El Hierro durante los últimos cuatro años ha despertado
muchas preguntas: ¿por qué los inmigrantes ilegales subsaharianos ya no llegan
con tanta frecuencia a Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria o Tenerife como
antes? ¿Qué ha cambiado en las rutas, en las mafias o en las corrientes del
Atlántico?
La
respuesta, aunque compleja, tiene explicaciones geográficas, logísticas,
políticas y mafiosas. Los cayucos que parten desde la costa occidental africana
—especialmente desde Gambia, Senegal o Mauritania— hacia la isla de El Hierro
siguen una lógica marítima que pocos en Europa comprenden. Esa lógica se basa
en la geografía y en las corrientes oceánicas que empujan el destino de miles
de personas hacia el suroeste canario.
Una travesía calculada al milímetro. Si
un cayuco sale desde Gambia, toma un rumbo de 340º y, tras recorrer unas 90
millas náuticas, alcanza el nivel de Dakar (Senegal). Desde allí, unas millas
mar adentro, el patrón cambia el rumbo a 358º para dirigirse directamente hacia
El Hierro.Después de unas 840 millas náuticas —aproximadamente 1.556 kilómetros
de océano abierto—, alcanza la isla.
De forma
aproximada:
Desde Gambia: 840 millas
náuticas (≈ 1.556 km)
Desde Senegal: 750 millas
náuticas (≈ 1.389 km)
Desde Nuadibú (Mauritania):
358 millas náuticas (≈ 663 km)
Los cayucos
que parten desde Mauritania suelen alejarse unas 20 millas de la costa antes de
poner rumbo norte, evitando así radares y patrullajes costeros africanos.
Por qué eligen El Hierro y no Gran Canaria. La
principal razón es puramente náutica: desde Cabo Blanco–Nuadibú (Mauritania),
El Hierro se encuentra unas 60 millas náuticas más cerca que Gran
Canaria.
Además, las
corrientes marinas que fluyen en esa franja del Atlántico, entre Canarias y la
costa africana, favorecen el desplazamiento hacia el suroeste del archipiélago.
Intentar virar hacia Gran Canaria implica navegar contra corriente, lo que
encarece el combustible, alarga la travesía y aumenta el riesgo de naufragio.
Por ello,
las mafias —que conocen al detalle la dinámica del Atlántico y los puntos
ciegos de la vigilancia europea— han adaptado sus rutas para optimizar el
viaje. Saben que El
Hierro es el destino más cercano, menos vigilado y más rentable
para los cayucos que parten desde Gambia, Senegal o Mauritania.
Un viaje inhumano que se repite. La
travesía desde Gambia a El Hierro dura en promedio ocho días;
desde Senegal, unos siete; y desde Mauritania, entre tres y cuatro días.La duración depende del estado del mar, las corrientes y la potencia de los
motores.
El negocio de la desgracia. Detrás
de esta tragedia se mueve un entramado económico y criminal que pocos se
atreven a denunciar.Las mafias africanas cobran entre 1.000 y 3.000 euros por persona,
dependiendo del puerto de partida, y a menudo cuentan con la colaboración
silenciosa de funcionarios y políticos que miran hacia otro lado, tanto en
África como en Canarias.
También
existen intereses económicos en Canarias y en Europa: oenegés subvencionadas,
empresas contratadas para atender a los inmigrantes, naves industriales,
hoteles y complejos de apartamentos convertidos en centros de acogida, y
partidos que utilizan el drama humano con fines electorales.
Todo esto se
sostiene bajo el discurso moral de la llamada “culpa colonial europea”, cuando
en realidad el fondo del problema no es la herencia del pasado, sino la corrupción estructural
de muchos regímenes africanos que saquean sus recursos y empujan a su gente al
mar.
Al final, todos ganan algo,
menos los propios inmigrantes, que a menudo pagan con su vida el precio del
silencio cómplice de dos continentes.
Una realidad que nadie quiere mirar de frente. La
inmigración ilegal hacia Canarias se ha convertido en una industria de la
miseria.Se alimenta del silencio, del miedo a hablar claro y del interés de muchos en
mantener el flujo constante de dinero que, más que el Gobierno canario o el
Estado español, paga la Unión Europea.
Apéndice de datos y fuentes contrastadas
Distancias
marítimas aproximadas:
Gambia – El
Hierro: 840 millas náuticas (≈ 1.555 km)
Senegal – El
Hierro: 750 millas náuticas (≈ 1.389 km)
Datos
económicos y humanitarios:
500 millones
se destinan a la acogida, tutela y atención de unos 6.000 menores extranjeros
no acompañados (MENAs) y varios miles de adultos.
3. Vigilancia
marítima y puntos ciegos: informes de FRONTEX y Salvamento Marítimo (2023–2024).
Canarias y la carga desproporcionada de la zona SAR
Una posible solución: redefinir las aguas de Canarias
Ver litigio entre Francia y Canadá:
https://es.wikipedia.org/wiki/San_Pedro_y_Miquel%C3%B3n
Final
Como otros
artículos que he enviado anteriormente, este también será remitido oficialmente a la presidenta
de la Comisión Europea, señora Ursula von der Leyen, para
llamar la atención sobre la urgencia de afrontar esta tragedia humana y
política con transparencia, cooperación y justicia.
Contacto: brunopereragarcia5@gmail.com
Tel: 034 623 500 818

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