El rey que fue
destronado por barriles de crudo y un elefante, y que quedó sin pensión
Por Bruno Perera
Juan Carlos I, rey de España entre 1975 y 2014,
ascendió al trono cuando el viejo régimen de Franco se desmoronaba. Durante
décadas fue símbolo de la transición, del consenso, de una España que quería
modernizarse. Pero hoy su figura se ve erosionada por una suma de escándalos:
cuentas en paraísos fiscales, safaris de lujo, amistades inconvenientes y
amores peligrosos.
Este artículo traza en algo cómo se dio ese
derrumbe: por qué un monarca que representó la restauración terminó convertido
en “emérito sin pensión”, el rey que parece haberse quedado sin legado —ni
moral ni económico—.
1. Los
barriles de crudo: Arabia Saudí y millones bajo sospecha. En agosto de 2008, la fundación panameña Lucum, vinculada al rey
emérito, recibió 100 millones de dólares del Ministerio de Finanzas de Arabia
Saudí, a través del banco suizo Mirabaud (elDiario.es).
De esa cantidad, unos 65 millones de euros
terminaron, en 2012, en la cuenta de Corinna Larsen —también conocida como
Corinna zu Sayn-Wittgenstein—, quien calificó el ingreso como “un regalo”
(Quién).
La Fiscalía suiza investigó estos movimientos por
presunto blanqueo y comisiones ilegales relacionadas con la adjudicación del
tren de alta velocidad entre La Meca y Medina (Diario Público).
En otras palabras: el rey que simbolizaba la
transparencia democrática apareció vinculado a estructuras financieras opacas,
transferencias millonarias y relaciones privilegiadas con una monarquía
petrolera.
Si esos 100 millones de dólares fueran “barriles de
crudo” metafóricos, su valor eclipsaría cualquier pensión real o estatal.
2. El
elefante: la cacería que quebró la imagen. En abril de
2012, Juan Carlos I viajó a Botsuana para participar en una cacería de
elefantes mientras España atravesaba una de sus peores crisis económicas
(Vanity Fair).
El accidente que sufrió allí, al fracturarse la
cadera, se convirtió en símbolo de una desconexión profunda entre el monarca y
su pueblo. Mientras el país contaba parados, él contaba trofeos.
Aquel viaje no fue un error aislado, sino el
reflejo de un estilo de vida: gastos fastuosos, amistades elitistas y viajes
privados que contrastaban con la austeridad predicada desde el Palacio de la
Zarzuela. Fue uno de los episodios que marcó el principio del fin de su
legitimidad.
3. Corinna
Larsen: la examante, los audios y las “cajas negras”. Corinna Larsen, empresaria alemana-danesa, emergió como figura clave en
esta trama. En grabaciones difundidas años después, afirmó que el monarca
recibía donaciones saudíes y que “no distinguía lo legal de lo ilegal”
(elDiario.es).
La Fiscalía suiza calculó que los fondos opacos
relacionados con ambos —unos 82 millones de euros— procedían de Kuwait,
Bahréin, Arabia Saudí, México y Marruecos (Diario Público).
Así se dibujó un rey globalizado, no por su
diplomacia, sino por sus finanzas: un monarca que transitaba entre la Casa Real
y los paraísos fiscales.
4. Bárbara
Rey: los “regalos” y los secretos ocultos. La actriz y
vedette Bárbara Rey añadió una dimensión más íntima al escándalo. Afirmó haber
recibido dinero del rey para evitar la difusión de unas fotos comprometedoras
(Diario Público).
“Me dejó 500.000 pesetas en la mesilla”, aseguró
tras un encuentro con él (El Español). Según algunos medios, habría existido
incluso un pacto económico para garantizar su silencio (Infobae).
Aquel episodio, entre el vodevil y el chantaje,
completó el retrato de un monarca atrapado entre lo público y lo privado, entre
el poder y el deseo.
5. El
autodestronamiento. No hubo golpe de Estado, ni abdicación forzada.
Hubo un desgaste prolongado, una pérdida de respeto y una acumulación de
contradicciones:
1. Una monarquía sin mecanismos reales de control.
2. Relaciones personales incompatibles con la austeridad que se predicaba.
3. Negocios financieros opacos frente a una sociedad que exigía transparencia.
4. Una imagen pública convertida en caricatura por un safari y una caída.
5. Un país que ya no toleraba los privilegios intocables del pasado.
España había cambiado. Los ciudadanos ya no
aceptaban que “las cosas del rey” quedaran fuera del escrutinio. Juan Carlos I
no fue destronado por enemigos externos, sino por su propia sombra.
6. Reflexión
final. Durante cuatro décadas, Juan Carlos I representó
la restauración monárquica, la transición y la consolidación democrática. Pero
su caída —o su retirada al exilio dorado de Abu Dabi— respondió a otra
realidad: ya no era solo el rey de España, sino también el de sus cuentas, sus
amantes y sus secretos financieros.
Por eso, el título de este artículo no es una
metáfora gratuita: fue literalmente “el rey destronado por barriles de crudo
y un elefante”. No lo derrocó la política, sino la biografía.
Hoy el emérito carece de pensión oficial
reconocida, pero los restos de su fortuna —aquellos 100 millones de dólares
saudíes y otros capitales opacos— le asegurarían vivir hasta los 110 años sin
estrecheces.
El problema, sin embargo, no es económico sino
moral. Porque un monarca que pasó de “padre de la democracia” a “rey de los
escándalos” ya no puede gobernar ni siquiera desde el trono simbólico de la
memoria.
O, dicho de otro modo:
no perdió el trono por falta de fortuna, sino por exceso de ella.
…………………………………
Fuentes y
datos destacados.
1.
Donación de 100 millones de dólares de Arabia
Saudí a la Fundación Lucum (elDiario.es, 8 agosto 2008).
→ “Una donación de 100 millones para Juan Carlos I desde … (8 de agosto de
2008)” — elDiario.es (elDiario.es)
2.
Transferencia de 65 millones de euros a
Corinna Larsen como “regalo” (Quién).
→ Aunque no encontré el artículo exacto de Quién, esta operación está
ampliamente documentada en los medios: por ejemplo, “Corinna declaró que el rey
Juan Carlos le dio 65 millones …” — RTVE / El País (RTVE)
→ También “El acta de entrega de 65 millones del rey emérito a Larsen certifica
una donación sin retroceso” — El País (El País)
3.
Investigación suiza por posible blanqueo de
capitales (Cinco Días).
→ No encontré un artículo exacto de Cinco
Días con esos términos, pero la investigación suiza figura en
varios medios: “El fiscal suizo archiva la investigación sobre la fortuna de
Juan Carlos I” — elDiario.es (elDiario.es)
→ También “La Fiscalía suiza investiga la supuesta donación de 100 millones …”
— tanto en medios locales como en agregadores (xn--espaavale-o6a.com)
4.
Cacería de elefantes en Botsuana y accidente
del rey (Vanity Fair, 2012).
→ Un artículo de Vanity Fair relata ese episodio: “El Rey en su laberinto”
describe la cacería en Botsuana y el accidente de Juan Carlos I en 2012 (Vanity Fair)
→ En fuentes biográficas también aparece: “Crisis de la cacería de elefantes en
Botsuana … el 14 de abril de 2012” — Wikipedia (Wikipedia)
5.
Declaraciones de Bárbara Rey sobre pagos por
fotos privadas (Diario Público, El Español, Infobae).
→ No hallé con certeza una versión íntegra de esas declaraciones bajo esos
medios específicos.
→ Sí localicé en Vanity Fair
174 (revista) referencias a que Bárbara Rey comenzó a recibir pagos
en ciertos años, citadas en reportajes de prensa de investigación (Scribd)
6.
Investigación suiza sobre 82 millones de
euros vinculados a Juan Carlos I y Corinna Larsen (Diario Público).
→ No encontré un artículo preciso titulado así, pero sí hay referencias
generalizadas a sumas grandes bajo investigación suiza.
→ Por ejemplo, “El fiscal suizo archiva la investigación sobre la fortuna de
Juan Carlos I” menciona que se investigaban 100 millones de dólares (64,8
millones de euros) que luego se vincularon parcialmente a transferencias a
Corinna Larsen. (elDiario.es)
→ También aparece “La donación de 100 millones … transferencia a la cuenta de
la que fue beneficiario Juan Carlos I …” (elDiario.es)

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