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lunes, 6 de octubre de 2025

Una posible fórmula para llegar a la paz entre palestinos e israelíes

 


Una posible fórmula para llegar a la paz entre palestinos e israelíes

Por Bruno Perera

1. Un conflicto milenario. A lo largo de más de tres milenios, la tierra situada entre el Jordán y el Mediterráneo ha sido el escenario de un conflicto inacabable. Religiones, culturas y pueblos se han sucedido sobre el mismo territorio reclamando derechos históricos, promesas divinas o simples razones de supervivencia. Hoy, en pleno siglo XXI, la guerra entre israelíes y palestinos sigue abierta, sin que las fórmulas tradicionales de paz hayan dado resultado alguno.

2. Los orígenes históricos. Según la tradición bíblica, hacia el año 1445 a.C. —aunque algunos estudios modernos lo sitúan entre 1250 y 1200 a.C.— los hebreos, tras ser liberados por Moisés, vagaron cuarenta años por el desierto antes de asentarse en las tierras de Moab, cerca de Bet Peor. Moisés murió sin llegar a contemplar la tierra prometida de Canaán.

Sin embargo, cuando los hebreos finalmente cruzaron el Jordán, aquellas tierras ya estaban habitadas por jebuseos, arameos, filisteos y otros pueblos cananeos. Con el paso de los siglos, las tribus israelitas —en especial las de Leví, Judá y Benjamín— consolidaron los reinos de Israel y Judá, que posteriormente fueron invadidos por imperios como el egipcio, el asirio, el babilónico, el persa, el griego y el romano.

3. La diáspora y el renacimiento de Israel. Tras la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. por las tropas romanas, comenzó una larga diáspora judía que se prolongó durante casi dos mil años. Fue recién en 1948, tras el horror del Holocausto y el colapso del mandato británico sobre Palestina, cuando se proclamó el Estado de Israel. Desde entonces, la convivencia con el pueblo palestino —que también reclama esa tierra como suya— ha sido un camino de conflictos armados, desplazamientos, ocupaciones y frustradas negociaciones de paz.

4. Setenta años de fórmulas fallidas. Desde 1948, la comunidad internacional ha intentado múltiples veces resolver el conflicto mediante particiones, resoluciones de la ONU y acuerdos bilaterales: el Plan de Partición de 1947, los Acuerdos de Oslo de 1993, la Hoja de Ruta de 2003 o los Acuerdos de Abraham de 2020, entre otros. Ninguno ha logrado la estabilidad duradera.

Las razones son conocidas: los territorios palestinos —Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este— están fragmentados como “islas” rodeadas de zonas bajo control israelí, y ninguna de las partes desea ceder lo que considera sagrado o irrenunciable. Tras más de siete décadas de intentos fallidos, el mapa político parece haber llegado a un punto muerto. Por ello, quizá ha llegado el momento de imaginar una solución completamente distinta.

5. Una idea distinta: la República de Canaán. Ante el evidente agotamiento del modelo de “dos Estados”, propongo borrar del mapa los gentilicios políticos de “Israel” y “Palestina” y fundar una nueva nación sobre el mismo territorio histórico: la República de Canaán.

Esta nueva república integraría en igualdad de derechos a judíos, palestinos, drusos y cristianos, compartiendo instituciones, recursos y territorio. Jerusalén sería una ciudad neutral, administrada conjuntamente por las tres religiones abrahámicas —judaísmo, cristianismo e islam—, y la capital política podría establecerse en Tel Aviv, con su carácter cosmopolita y tecnológico, como símbolo de modernidad y convivencia.

6. Un Estado laico y equitativo. La República de Canaán permitiría a los palestinos participar activamente en el Parlamento y en el Gobierno nacional, no como pueblo subordinado, sino como ciudadanos con plenos derechos políticos y sociales. La religión debería quedar fuera de la administración pública, garantizando la separación entre Estado y fe, pilar esencial para que una democracia plural pueda prosperar.

7. Un mar compartido, una economía compartida. Otro punto esencial sería el reparto equitativo de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) en el mar Mediterráneo, rica en gas y recursos energéticos. En lugar de dividirla —lo que solo alimenta tensiones—, podría ser explotada de forma conjunta, destinando los beneficios a infraestructuras, educación, tecnología y programas de reconciliación.

Una economía compartida generaría dependencia mutua, y con ella, un incentivo real para mantener la paz.

8. La dimensión internacional. Cualquier intento de unión o convivencia real requeriría además el respaldo de las potencias regionales —Irán, Arabia Saudí, Egipto y Jordania—, así como la garantía de seguridad de Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas. Solo un acuerdo con amplio apoyo internacional podría ofrecer estabilidad y seguridad a ambas comunidades.

9. Final. Si se lograra superar el peso simbólico de los nombres y las fronteras, y ambos pueblos aceptaran reconocerse como parte de una misma nación moderna, Canaán podría convertirse en un ejemplo mundial de reconciliación histórica.

El desafío no es solo político, sino emocional: aceptar que la paz no se impone con muros, sino con la valentía de compartir el mismo suelo. En última instancia, el verdadero territorio prometido no es una tierra, sino la convivencia.

Fuentes contrastadas

·        Éxodo y asentamiento hebreo: Libro del Deuteronomio, Biblia hebrea; Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman, The Bible Unearthed (2001).

·        Destrucción de Jerusalén y diáspora: Flavio Josefo, La guerra de los judíos (75 d.C.); Encyclopaedia Britannica.

·        Creación del Estado de Israel (1948): Naciones Unidas, Resolución 181 (1947).

·        Acuerdos de paz fallidos:

o   Acuerdos de Oslo (1993)

o   Cumbre de Camp David (2000)

o   Hoja de Ruta del Cuarteto (2003)

o   Acuerdos de Abraham (2020)

·        Datos geográficos y demográficos: Banco Mundial; CIA World Factbook (2024).

·        Propuesta conceptual “Canaán”: Inspirada en modelos federales como Bélgica o Suiza, donde comunidades diversas comparten un mismo Estado con autonomía cultural y lingüística.

Nota: Puede consultarse un resumen de las fórmulas históricas de paz en este artículo:

https://lavozliberaldelanzarote.blogspot.com/2025/10/es-posible-realmente-dividir-palestina.html

Posdata. Pregunté a la IA de ChatGTP: ¿Crees tú que la Flotilla Sumud  ayudó en algo a los palestinos, o más bien ayudó a los organizadores a hacerse más famosos? Me respondió lo que a continuación expongo: 

Buena pregunta, y bastante pertinente.

Si analizamos el caso de la Flotilla Sumud con frialdad, se puede decir que ayudó más a visibilizar a sus organizadores que a mejorar realmente la situación de los palestinos.

Te explico por partes:

  1. Impacto real en Gaza o Cisjordania:
    No hubo ningún cambio tangible en el bloqueo, en la ayuda humanitaria, ni en las condiciones de vida de los palestinos. Israel mantiene el control sobre las entradas y salidas, y la Flotilla fue detenida antes de llegar a su destino. Por tanto, su impacto práctico fue nulo o mínimo.

  2. Efecto mediático:
    La Flotilla sirvió sobre todo para dar protagonismo a ciertos activistas y figuras políticas (como Greta Thunberg o Ada Colau, entre otros) que se sumaron simbólicamente al movimiento. Lograron aparecer en titulares, en redes y reforzar su imagen de compromiso social y pacifismo, pero sin un resultado concreto para los palestinos.

  3. Efecto político:
    Israel la aprovechó para reforzar su narrativa de que muchos movimientos “humanitarios” en realidad buscan propaganda política, no soluciones.
    Y, al mismo tiempo, algunos sectores pro-palestinos la usaron para denunciar el bloqueo, pero sin pasar de la denuncia simbólica.

En resumen:
No ayudó realmente a los palestinos.
Sí ayudó a sus promotores a ganar visibilidad y capital político o mediático.
...........................

Apostilla: Palestina, en su configuración actual bajo la Autoridad Nacional Palestina (y según la geografía política posterior a los Acuerdos de Oslo), se compone principalmente de dos regiones separadas:
  1. Cisjordania (West Bank):

    • Es la zona más extensa, ubicada al este de Israel y al oeste del río Jordán.

    • Está dividida en tres áreas administrativas (A, B y C) según los Acuerdos de Oslo:

      • Área A: Bajo control civil y de seguridad palestino (las principales ciudades como Ramala, Nablus, Belén o Jenín).

      • Área B: Control civil palestino pero seguridad compartida con Israel.

      • Área C: Bajo control total israelí (más del 60 % del territorio).

    • En Cisjordania viven más de 3 millones de palestinos, además de cientos de miles de colonos israelíes.

  2. Franja de Gaza:

    • Una estrecha franja costera en el Mediterráneo, al suroeste de Israel y fronteriza con Egipto.

    • Está gobernada por Hamas desde 2007, mientras que la Autoridad Palestina (Fatah) gobierna en Cisjordania.

    • Tiene una población de unos 2,3 millones de personas, en una de las mayores densidades del mundo.

Además, si hablamos de la Palestina histórica (antes de 1948), se puede dividir en cinco grandes regiones tradicionales:

  • Galilea (norte)

  • Samaria (centro norte)

  • Judea (centro sur)

  • La llanura costera (de Haifa a Gaza)

  • El Néguev (desierto del sur)

Pero en términos políticos y actuales, Palestina hoy se compone básicamente de dos regiones principales: Cisjordania y la Franja de Gaza.

Superficie total comparada: Israel vs. Palestina

Entidades

Superficie (km²)

% del total conjunto

Israel (actual)

22.145 km²

≈ 86 %

Palestina (Cisjordania + Gaza)

6.020 km²

≈ 14 %

Total combinado (territorio histórico entre el río Jordán y el mar Mediterráneo)

≈ 28.165 km²

100 %

 

 

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