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domingo, 5 de octubre de 2025

¿Es posible realmente dividir Palestina e Israel en dos Estados viables?

 


¿Es posible realmente dividir Palestina e Israel en dos Estados viables?

Por Bruno Perera

La llamada solución de los dos Estados —crear una nación israelí y otra palestina coexistiendo una al lado de la otra— lleva más de medio siglo sobre la mesa, pero nunca ha llegado a materializarse.

Sobre el papel, parece una fórmula justa y razonable: Israel conservaría su soberanía y seguridad, y los palestinos tendrían por fin un Estado propio.

Sin embargo, cuando se analiza el mapa real, los obstáculos prácticos y políticos se vuelven evidentes: los territorios palestinos están fragmentados, rodeados casi por completo por Israel y con apenas una mínima salida al mar.

El rompecabezas territorial: Gaza y Cisjordania

El territorio que aspira a conformar el futuro Estado palestino está dividido en dos zonas no contiguas:

·        La Franja de Gaza, junto al Mediterráneo, de apenas 41 km de longitud y controlada por Hamás desde 2007.

·        Cisjordania, al este de Israel y pegada a Jordania, donde se concentra la mayor parte de la población palestina y la Autoridad Nacional Palestina.

Entre ambas hay unos 70 km de territorio israelí, lo que convierte al futuro Estado palestino en un conjunto de islas políticas desconectadas entre sí.

Además, Cisjordania está profundamente fragmentada por carreteras, muros y más de 140 asentamientos israelíes, lo que dificulta aún más una continuidad territorial.

Propuestas técnicas para hacer viable la división

Intercambios territoriales (land swaps):
Israel incorporaría los grandes bloques de asentamientos cercanos a su frontera, y en compensación cedería a Palestina zonas equivalentes dentro de su territorio.
Esta fórmula fue contemplada en los Clinton Parameters (2000) y en el Plan de Ginebra (2003).

·        Permitiría mantener cierta continuidad palestina.

·        Israel debería renunciar a parte de su territorio soberano, algo políticamente impopular.

Corredor entre Gaza y Cisjordania:
Un corredor terrestre, ferroviario o subterráneo bajo control internacional o conjunto garantizaría el tránsito palestino entre ambas zonas.

·        Crearía un Estado funcionalmente unido.

·        Israel teme que se convierta en una vía de contrabando de armas o infiltraciones.

Soberanía compartida en zonas sensibles:
Jerusalén Este o el corredor podrían tener regímenes de administración especial o internacional, garantizando el acceso de ambas partes.

·        Evitaría conflictos directos por soberanía.

·        Requeriría un alto nivel de cooperación y supervisión internacional.

Derechos de acceso al mar:
Aun con poco litoral, Palestina podría gozar de un puerto propio o del derecho de uso compartido de instalaciones israelíes, conforme al derecho internacional para Estados sin litoral.

·        Facilitaría el comercio y la independencia económica.

·        Requeriría garantías permanentes de seguridad marítima por parte de Israel.

 

Ventajas de la solución de dos Estados

·        Reconocimiento internacional pleno: Palestina pasaría de ser un territorio ocupado a un Estado soberano reconocido por la ONU.

·        Seguridad y estabilidad regional: Si se lograra una paz duradera, Israel obtendría fronteras claras y relaciones diplomáticas estables con sus vecinos árabes.

·        Fin de la ocupación: Millones de palestinos tendrían un marco legal propio y autonomía política.

·        Desarrollo económico: Acceso directo a ayuda internacional y cooperación económica a gran escala.

·        Normalización diplomática: Se facilitaría la integración de Israel en el entorno árabe, como ya ocurre con los Acuerdos de Abraham.

Inconvenientes y obstáculos

·        Asentamientos israelíes: Más de medio millón de colonos viven en Cisjordania, y su evacuación o reasignación es uno de los mayores puntos de conflicto.

·        Desconfianza mutua: Décadas de violencia, ocupación y atentados han destruido la confianza entre ambas poblaciones.

·        Jerusalén: Ciudad santa para las tres religiones monoteístas, ambas partes la reclaman como capital.

·        División palestina interna: La fractura entre la Autoridad Nacional Palestina (en Cisjordania) y Hamás (en Gaza) complica cualquier negociación unitaria.

·        Cuestiones de seguridad: Israel exige garantías absolutas frente al terrorismo, lo que limita la soberanía palestina en fronteras y espacio aéreo.

·        Resistencia política interna: Tanto en Israel como en Palestina, los sectores más duros se oponen frontalmente a la cesión territorial o a la coexistencia plena.

Perspectiva actual

Aunque la comunidad internacional sigue apoyando oficialmente la solución de los dos Estados, la expansión de los asentamientos israelíes, la polarización política en ambos bandos y la ausencia de un proceso de paz real han reducido drásticamente su viabilidad práctica.

Hoy, incluso muchos diplomáticos y analistas reconocen que el mapa actual se aleja cada vez más de la posibilidad de trazar fronteras viables para un Estado palestino contiguo.

Conclusión

La creación de dos Estados, uno israelí y otro palestino, no es imposible, pero requeriría una reconfiguración territorial compleja y una voluntad política extraordinaria que hoy parece ausente.

El terreno puede dividirse con corredores, intercambios y garantías internacionales; pero la paz solo puede construirse si ambas partes aceptan renunciar a parte de sus aspiraciones históricas.

Sin ese paso mutuo, cualquier mapa —por muy bien trazado que esté— seguirá siendo solo un dibujo sobre el papel.

Fuentes contrastadas

·        Clinton Parameters (Camp David, 2000).

·        Plan de Ginebra (2003).

·        Resoluciones 242 (1967) y 338 (1973) del Consejo de Seguridad de la ONU: base del principio “territorios por paz”.

·        Acuerdos de Oslo (1993-1995): reconocimiento mutuo Israel–OLP.

·        United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs (OCHA): mapas sobre fragmentación territorial palestina.

·        The Geneva Initiative, Two-State Solution Maps (2014).

·        Peace to Prosperity Plan (EE. UU., 2020).

·        International Maritime Law (UNCLOS, Art. 125): derechos de acceso al mar para Estados sin litoral.

·        Human Rights Watch y B’Tselem (2023): informes sobre asentamientos y situación en Cisjordania.

Posdata: La repartición de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) frente a las costas de Palestina e Israel es un auténtico rompecabezas. Ninguno de los dos países aceptará que el otro controle más de la mitad del litoral mediterráneo, y ambos reclamarán la misma proporción. El dilema se agrava al intentar decidir qué parte correspondería a cada uno —si la del norte o la del sur— y se complica aún más sabiendo que en esa zona ya se han detectado bolsas de gas e incluso posibles yacimientos de petróleo.

 

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