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jueves, 12 de junio de 2025

España y las Indias: Una vieja disputa centrada en oro, plata y piedras preciosas

 


España y las Indias: Una vieja disputa centrada en oro, plata y piedras preciosas 

Por Bruno Perera.

La historia de España y sus excolonias en América es un relato complejo, lleno de matices y de interpretaciones que aún hoy generan debate. Uno de los aspectos más discutidos es la extracción de metales duraderos y piedras preciosas, en su tiempo, en las excolonias americanas, especialmente oro, plata y gemas como esmeraldas, ópalo, topacio y perlas. Además, analizo cómo estos recursos influyeron en la economía y en la percepción que las naciones americanas tienen de su pasado colonial.

Desde el siglo XVI, cuando los españoles llegaron al vasto continente americano en busca de riquezas, la extracción de metales y piedras preciosas se convirtió en uno de los principales motores de la colonización. La leyenda del "Oro de las Indias" alimentó la ambición europea, en particular la de España, que vio en estos recursos una fuente de riqueza y poder. Sin embargo, la realidad fue mucho más compleja de lo que a menudo se presenta en relatos simplificados.

Se ha alegado mucho sobre cómo España se enriqueció a costa de los recursos mineros de América, pero también sobre cómo esta extracción trajo ruina a la metrópoli. La verdad es que, si bien los metales y piedras preciosas fueron un motor social y económico, la relación entre España y sus colonias fue mucho más que un simple saqueo. España envió a América barcos, materiales, herramientas, animales y personas que, en muchos casos, contribuyeron al desarrollo de las colonias y a la creación de un legado cultural y arquitectónico. Este legado transformó algunas costumbres y, en ciertos casos, mitigó los horrores de las prácticas de sacrificios humanos que los mexicas llevaban a cabo y, en menor medida, las de los mayas, quienes también practicaban esclavitud de guerra y sacrificios humanos.

Es interesante recordar que, en aquella época en América indígena, el oro, la plata y las piedras preciosas no eran considerados recursos para el sustento diario, sino símbolos de riqueza, poder y belleza. Para los pueblos originarios, estos metales y gemas tenían un valor estético y ceremonial, utilizados en adornos corporales y objetos de regalo. En contraste, en Europa, estos recursos eran utilizados como patrón de garantía para monedas, en la decoración de palacios, en la adquisición de armas y en todo aquello que simbolizaba estatus y poder.

El impacto de la extracción de estos recursos en América también tuvo efectos en la economía española. La llegada de grandes cantidades de oro, plata y piedras preciosas a Europa generó inflación y cambios en las estructuras económicas. No obstante, no necesariamente enriqueció a toda la población española. De hecho, algunos historiadores sostienen que, tras la pérdida de las colonias americanas en el siglo XIX, España quedó más empobrecida que en tiempos coloniales, debido a la interrupción de estos flujos de recursos y a la crisis social y económica interna que ello provocó y que dio paso a guerras civiles y a cambios de gobiernos en España.

Es fundamental contextualizar estos hechos en su tiempo. La conquista y colonización, si bien tuvieron aspectos oscuros y horrendos, también dejaron un legado cultural, artístico y arquitectónico que todavía podemos apreciar en muchas ciudades latinoamericanas y en España misma. Iglesias, plazas, obras de arte y tradiciones son testimonios de una historia compartida que no puede reducirse únicamente a los recursos extraídos.

En definitiva, la historia de España y América es un relato de encuentros, conflictos y legados. La extracción de metales y piedras preciosas fue solo una parte de un proceso mucho más amplio, que dejó huellas profundas en ambas culturas. Reconocer estos matices nos ayuda a entender mejor nuestro pasado y a construir una visión más equilibrada y respetuosa de la historia compartida.

Fuentes y datos adicionales:

- La llegada de Cristóbal Colón en 1492 marcó el inicio de la colonización europea en América, un proceso que duró varios siglos y que transformó ambos continentes. 

- La leyenda de "El Dorado" refleja la búsqueda europea de riquezas en las tierras americanas, alimentando expediciones y conquistas. 

- La economía colonial se basó en un sistema de encomiendas y explotación que, si bien generó riqueza para algunos, también causó sufrimiento y desigualdad.

Este relato busca ofrecer una visión más matizada y enriquecedora de un capítulo fundamental en la historia mundial, invitándonos a reflexionar sobre las complejidades del pasado y sus repercusiones en el presente.

Reflexión adicional: ¿Y qué hay de otros ejemplos históricos?

Si analizamos el perdón que algunas excolonias hispanoamericanas demandan a España en la actualidad, podemos remontarnos en la historia y recordar que España, en su vasto pasado, también fue objeto de múltiples conquistas y colonizaciones. Por ejemplo, en la península ibérica, los romanos conquistaron territorios en la Hispania antigua; los árabes y sirios conquistaron casi toda la península ibérica a partir del siglo VIII; y la Iglesia Católica jugó un papel central en la consolidación del poder en la región desde el siglo II en adelante. Y sin olvidar las guerras y conquistas napoleónicas en España.

Por otro lado, si extendemos la mirada, podemos encontrar ejemplos de conquista y colonización en otras civilizaciones. Los egipcios, por ejemplo, a lo largo de su historia, conquistaron y controlaron diversas regiones en el Levante, Nubia, Libia y el norte de África. Durante el Imperio Nuevo (aproximadamente 1550-1070 a.C.), Egipto expandió su influencia hacia Canaán, Siria y Líbano, conquistando territorios y estableciendo dominios para asegurar recursos como oro, ébano y otros bienes valiosos. Sin embargo, Egipto también fue conquistado y dominado por varias civilizaciones, incluyendo los hititas, asirios, persas, griegos, romanos, bizantinos, árabes musulmanes y otomanos, entre otros.

Tras la conquista romana en el 30 a.C., Egipto pasó a formar parte del Imperio Romano, y posteriormente del Bizantino, hasta la conquista musulmana en el siglo VII. En los siglos posteriores, Egipto fue gobernado por dinastías musulmanas, otomanas y, en el siglo XIX, estuvo bajo influencia y control parcial de potencias europeas, especialmente el Reino Unido, que ocupó el país en 1882 y mantuvo una presencia dominante hasta su independencia en 1952.

¿Qué nos dice esto? 

Que la historia de conquista y colonización es universal y que, en muchos casos, los pueblos conquistados también han sido conquistadores en otros momentos. La idea de pedir perdón o de culpar a una nación por sus pasados históricos debe ser vista en un contexto más amplio, reconociendo que la historia es un proceso complejo y multifacético.

¿Y qué hay de las demandas de perdón en la actualidad por países latinoamericanos?

Algunos políticos de países latinoamericanos argumentan que España debe pedir perdón por los daños que cometió en el pasado en América Latina, pero yo digo que también sería justo recordar que las élites criollas, en colaboración con la Iglesia, fueron quienes lideraron los procesos de independencia y, en muchos casos, repartieron las riquezas del continente entre ellos, dejando a las poblaciones originarias en condiciones de desigualdad y marginación. La historia no es solo un relato de víctimas y victimarios, sino también de actores complejos que actúan en contextos específicos.

Por ejemplo, en el México actual, figuras como el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la actual presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Obrador de descendencia española y mexicana nativa y Sheinbaum de descendencia judía y mexicana nativa, ambos "criollos", se presentan como representantes de los derechos de los mexicanos, pero sin decir que también son herederos descendientes de un pasado colonial y de las dinámicas de poder que se gestaron durante la colonización y tras la independencia. La manipulación política y la búsqueda de votos a veces llevan a discursos que simplifican la historia y generan divisiones. Y sobre todo sin querer recordar lo que dice el historiador mexicano Juan Miguel Zunzunegui, que en 1910, en el Centenario de la Independencia de México, España pidió oficialmente perdón por los errores que cometió con el pueblo mexicano en el pasado colonial. También en 1991 el rey Juan Carlos de Borbón visitó México y se excusó por los mismos errores.

¿Y qué hay de los nativos de los EEUU? ¿Debería Inglaterra pedir perdón por sus acciones durante la colonización y el holocausto en Norteamérica en el cual mataron a casi el 90% de los indígenas? La historia de conquista y resistencia es grande y compleja. Los pueblos originarios sufrieron desplazamientos, genocidios y pérdida de sus culturas, pero también resistieron y mantienen vivas sus tradiciones.

En conclusión:

La historia de la colonización, conquista y extracción de recursos es un capítulo complejo que trasciende las simples narrativas de victimización o culpabilidad. Reconocer los matices, las responsabilidades compartidas y los legados culturales nos permite construir una visión más equilibrada y respetuosa del pasado, que sirva para entender mejor nuestro presente y promover un diálogo más honesto y constructivo entre las naciones y sus pueblos.

¿Para saber por qué España no debe pedir perdón a América Hispana? Ver este vídeo del profesor mexicano Juan Miguel Zunzunegui: 

https://www.youtube.com/watch?v=JA3sZRdpPa8

 

 

 

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