Despedida al lanzaroteño Juan Antonio García Luzardo,
amigo eterno
Por Bruno Perera.
En la brisa suave de Arrecife, donde el mar susurra secretos
al viento, nuestro amigo partió dejando su risa, su luz, su bondad y su sincero
aliento.
El 31 de enero de este año 2025, un día sombrío, el cosmos
lo abrazó en su viaje sin fin. Juan Antonio, lanzaroteño querido, tu esencia
perdura, aunque ya no estés aquí.
Con cada ola que besa a tu amigo del alma el Puente de Las Bolas, al cual tantas mañanas abrazabas, se siente tu
risa, tu amor por la vida, un alma amable, honrada y valiente que en cada
corazón dejaste la huella de tu partida.
En las mañanas doradas y con el sol en el cielo, te encontrabas en
paz contemplando el mar; ahora el Puente de Las Bolas, en duelo, echa de menos
tu sonrisa al pasar.
Pero en el firmamento, entre estrellas brillantes, te veo
danzar, libre y sin temor; el Cosmo-Poder te abraza, constante, y en cada
destello, resplandece tu amor.
Amigos y familia, en lágrimas y risas, celebramos tu vida, tu
esencia divina; aunque el dolor nos abrace en la brisa, tu recuerdo es un faro
que nunca se inclina.
Así que, amigo, vuela alto y sereno, en el inmenso universo, donde todo es verdad. Te llevamos en el alma, en cada verso pleno, y en cada ola que rompe, te recordaremos en paz.
En el eco del tiempo, tu luz nos acompaña, jamás se apagará; en cada rincón, en cada momento, Juan Antonio, amigo, siempre estarás.
Amén, que así sea.
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