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martes, 9 de diciembre de 2025

¿Qué podría pasar a partir de ahora con la posible autonomía del Sáhara Occidental?

 


¿Qué podría pasar a partir de ahora con la posible autonomía del Sáhara Occidental?

Por Bruno Perera.

Según se aprecia en la bañera política, él plan de autonomía de Marruecos se convierte en la base oficial del proceso de negociación internacional.

Con la resolución 2797, la ONU define que una “autonomía genuina bajo soberanía marroquí” es — hoy por hoy — la “solución más viable”.

Eso probablemente llevará a que las conversaciones futuras giren en torno a cómo implementar esa autonomía: qué grado real de autogobierno, derechos, instituciones, representación saharaui, garantías de libertades, etc.

Se pone presión para cerrar el conflicto de una forma diplomática, tras casi 50 años de disputa.

El mandato de la misión de paz (MINURSO) se ha prorrogado, lo que deja espacio para negociaciones — pero también marca una expectativa de resultados en un plazo concreto. Marruecos probablemente quiere aprovechar este momentum diplomático para consolidar su control efectivo sobre el territorio, buscando que la autonomía sea aceptada como “realidad”.

Pero también surgen grandes riesgos: si la autonomía se percibe como insuficiente o como una forma disfrazada de anexión, el rechazo y la tensión interna — en el Sáhara, en campamentos y entre saharauis en la diáspora — puede agravarse.

En paralelo, este giro quizá estimule a algunos países que hasta ahora estaban indecisos a reconocer formalmente la soberanía marroquí o al menos a normalizar relaciones comerciales/diplomáticas con la “provincia Sáhara”.

Cómo creo que responderán los actores clave

Frente Polisario

Probablemente redoblará su rechazo. De hecho ya ha anunciado que:

No tomará parte en negociaciones basadas en un plan que, según ellos, legitima una “ocupación” ilegal del Sáhara.

Seguirá exigiendo su derecho a la autodeterminación con opción a independencia — la autonomía no la considera un sustituto legítimo.

Podría buscar apoyo diplomático en países aliados, oenegés, voces pro-derechos-humanos, y tratar de internacionalizar su causa nuevamente.

Argelia

Seguirá en su postura crítica:

Argelia ya expresó su rechazo a la resolución, lamentando el apoyo estadounidense a la autonomía marroquí.

Aunque no votó en el CSNU, su diplomacia probablemente seguirá defendiendo el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.

Puede intentar movilizar alianzas regionales o africanas para frenar el reconocimiento efectivo de la soberanía marroquí.

Mauritania y otros países subsaharianos / africanos

Aquí la situación es más incierta:

Algunos pueden optar por alinearse con la posición internacional dominante (es decir, apoyar la solución marroquí) si ello implica ventajas políticas o económicas. De hecho, un número creciente de países en África ya muestran pragmatismo. Otros, especialmente aquellos con sensibilidad a cuestiones de descolonización, autodeterminación o unión panafricana, podrían mantenerse críticos a conciencia, lo que podría generar divisiones dentro del continente.

En cualquier caso, el reparto diplomático podría inclinarse a favor de Rabat, si la mayoría de países considera que “es hora de cerrar el conflicto”.

Qué pienso que harán EE. UU., la Unión Europea, y potencias como China y Rusia

Estados Unidos: ya apoyó la resolución, y lo ha celebrado como un paso histórico rumbo a la paz. Es altamente probable que sigan respaldando el plan marroquí, usan esto como instrumento geopolítico en el Magreb.

Unión Europea: anunció que respalda un proceso liderado por la ONU “sobre la base de la propuesta de Marruecos. Algunos países miembros pueden tener matices, pero en global Europa apuesta por estabilidad y negociación.

China y Rusia: aunque se abstuvieron en la votación (no defendieron la independencia del Sáhara), su abstención ya es de por sí un alejamiento claro del tradicional apoyo a la autodeterminación saharaui.

Creo que ambos seguirán “manteniéndose en segundo plano”, promoviendo un enfoque estable/reglamentado, evitando confrontaciones directas con Marruecos o EE. UU. — sobre todo si hay intereses económicos o diplomáticos en juego.

Dificultades y “puntos calientes” a vigilar

Que la propuesta de autonomía — como diseñe Marruecos — sea vista por saharauis como mera “administración marroquí” sin verdadero autogobierno → podría provocar movilizaciones internas y rechazo internacional.

Que la comunidad saharaui en los campamentos (y en la diáspora) se sienta traicionada y le dé legitimidad renovada al Frente Polisario.

Que Argelia y aliados busquen aislar diplomáticamente a Marruecos o movilidad regional, lo que podría aumentar tensión entre países del Magreb.

Que los nuevos estados africanos que apoyen la autonomía enfrenten críticas internas si hay población saharaui o simpatizantes del derecho a la autodeterminación.

Mi opinión (personal, con cautela)

Creo que la resolución de la ONU marca una etapa de transición determinante. Puede convertirse en el marco sobre el cual se negocie un arreglo duradero — si Marruecos ofrece una autonomía real, con garantías para los saharauis, participación política, derechos, etc.

Pero también puede ser simplemente — y de hecho parece más probable — una forma de congelar el conflicto bajo control marroquí: autonomía formal + soberanía de Rabat + silencio sobre independencia. Eso consolidaría de facto la integración, aunque sin resolver el problema de legitimidad para muchos saharauis.

Si el plan fracasa en ofrecer algo percibido como dignidad, autogobierno real y justicia histórica, lo más probable es que resurja la tensión, el rechazo y la fragmentación diplomática.

 

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