La lucidez terminal en mayores: entre ciencia, mente y filosofía
Por Bruno Perera.
En la vida,
pocas experiencias nos confrontan con tanta fuerza a nuestra propia mortalidad
como la vejez y las enfermedades degenerativas. Recientemente, un programa de
televisión relataba un fenómeno observado en personas mayores con enfermedades
seniles: horas o días antes de morir, algunos recuperan temporalmente la
memoria y la lucidez, para luego fallecer poco después. Este fenómeno, conocido
en la medicina como “lucidez terminal”, ha despertado interés tanto en
científicos como en filósofos de la mente.
La perspectiva poética: la mente que se protege
Una
interpretación humana y poética de este fenómeno sugiere que la enfermedad
senil no es solo un deterioro inevitable, sino también una especie de mecanismo
protector del cerebro frente al miedo a la muerte. Cuando una persona
alcanza una edad avanzada, el temor inconsciente a su fin podría contribuir a
que su mente “olvide” aspectos de la realidad, como si el cerebro generara su
propia defensa: enfermar de manera senil para no pensar en la muerte.
Siguiendo esta
visión, la lucidez final sería una reconciliación consciente con la vida,
un instante en el que el cerebro, ya sin miedo, se permite recuperar la
memoria, reflexionar y agradecer la existencia que se aproxima a su conclusión.
Desde esta óptica, la muerte deja de ser un motivo de ansiedad para convertirse
en un acto de aceptación y gratitud.
La ciencia detrás de la lucidez terminal
Desde un punto
de vista médico, la lucidez terminal ha sido documentada, aunque sus causas
exactas permanecen en debate. Algunas hipótesis incluyen:
1. Cambios neuroquímicos: Al acercarse la muerte,
ciertas sustancias en el cerebro pueden fluctuar, reduciendo inflamación o
modulando neurotransmisores de manera que las funciones cognitivas se activan
temporalmente.
2. Activación de áreas cerebrales preservadas: Incluso en personas con deterioro avanzado, algunas regiones del cerebro
permanecen relativamente intactas y pueden activarse brevemente.
3. Reducción del estrés metabólico: La
disminución de la actividad fisiológica puede liberar recursos cognitivos que
permiten momentos de claridad.
Aunque la
ciencia no respalda la idea de un “cerebro que decide olvidar para no temer la
muerte”, sí confirma que la lucidez terminal es un fenómeno real y
sorprendente, que muestra que la mente humana puede reaccionar de formas
inesperadas incluso al borde de la vida.
Conciencia, tiempo y percepción al final de la vida
Más allá de la
biología, el fenómeno nos invita a reflexionar sobre la conciencia y la
percepción del tiempo. Algunos estudios sugieren que la mente en los
últimos días puede reorganizar recuerdos y emociones, permitiendo una especie
de síntesis de la vida vivida. Esto conecta directamente con la interpretación
poética: la recuperación de memoria no solo es un hecho biológico, sino también
un momento de resolución existencial, de integración emocional y de
gratitud.
Reflexión final
La lucidez
terminal nos recuerda que la mente humana es tanto un órgano biológico como un
reflejo de nuestras emociones, temores y experiencias. Mientras la ciencia
intenta comprender los mecanismos que permiten esta recuperación temporal de la
memoria, la interpretación poética nos invita a mirar la muerte no como un
final aterrador, sino como un proceso natural en el que el cerebro, finalmente
liberado del miedo, puede reconciliarse con la vida que ha sido.
En este cruce
entre ciencia, psicología y filosofía, la lucidez terminal se convierte en un
símbolo de aceptación, protección y gratitud, un instante en que la
mente y el alma se alinean para despedirse de la vida con claridad y serenidad.

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