¿Vale la
pena vivir 110 años?
Por Bruno Perera.
La pregunta parece sencilla, pero esconde una
profundidad que pocos se atreven a explorar: ¿vale realmente la pena vivir 110
años? La respuesta no depende del calendario, sino de la calidad de cada día
que se vive. No es la cantidad de años lo que hace valiosa una vida, sino lo
que cada persona consigue llenar dentro de ellos.
Muchos imaginan la vejez extrema como un triunfo
biológico, un récord personal o una medalla de resistencia. Pero la realidad es
mucho más matizada. Existen personas que, con más de 100 años, caminan,
conversan con claridad, bromean, cocinan, leen el periódico sin ayuda y
disfrutan de sus nietos y bisnietos. Para ellos, llegar a los 110 sería
prolongar un estado de serenidad, lucidez y afecto. Sería seguir disfrutando de
lo que aman, simplemente durante un poco más de tiempo.
Pero también están quienes llegan con dolor
crónico, dependencia absoluta, pérdida de memoria, deterioro físico
irreversible y soledad afectiva. Para esas personas, vivir más años no es un
regalo, sino una condena disfrazada de longevidad. La pregunta no es si pueden
vivir 110 años, sino si deberían hacerlo bajo esas circunstancias.
Los estudios sobre centenarios coinciden en algo
sorprendente: quienes superan los 100 años suelen compartir cuatro
características muy claras. Una genética favorable que retrasa el deterioro;
una vida social estable que mantiene el cerebro activo; bajos niveles de estrés
que reducen el desgaste del organismo; una buena alimentación y un acceso
adecuado a cuidados médicos. No es una lotería completa, pero tampoco una
recompensa universal. Vivir más no siempre significa vivir mejor.
Filosóficamente, el valor de la vida no se mide
en años, sino en sentido. Quien tiene proyectos, afectos, motivaciones y
agradecimiento por cada día, encuentra razones para continuar. Quien vive
resignado, solo o sufriendo, difícilmente verá una bendición en acumular más
tiempo.
En resumen, no se trata de aspirar a vivir 110
años, sino de aspirar a vivir bien el tiempo que toque. Hay quienes viven 40
años con una intensidad que otros no alcanzan en 120. Hay quienes viven 110 con
serenidad y lucidez. Y hay quienes pasan muchos años pero apenas los sienten
como propios. La vida no se valora por su duración, sino por su calidad.
Fuentes
contrastadas
1. Expectativa de vida y longevidad extrema
- La esperanza de vida en España se sitúa alrededor de los 83 años, una
de las más altas del mundo (INE, 2024).
- Los supercentenarios (110+ años) representan menos de 1 de cada 5
millones de personas (Gerontology Research Group).
- Genética asociada a reparación celular más eficiente.
- Estilos de vida con bajo estrés.
- Dietas equilibradas y actividad física moderada.
- Redes sociales fuertes y acompañamiento emocional.
3. Calidad de vida en edades avanzadas
- Según la OMS, el 85% del bienestar en edades extremas depende más del
estado funcional (autonomía, movilidad, cognición) que de la edad en sí.
- El deterioro severo aumenta drásticamente a partir de los 95 años,
pero existen excepciones notables documentadas (Estudio "New England
Centenarian Study", 2023).

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