El
origen territorial y político del actual Marruecos que no le otorga soberanía
sobre Ceuta, Melilla y Canarias
Por
Bruno Perera
Ruego:
Artículo para leer cuando tengas tiempo y estés tranquilo.
Haciendo
una historia corta, Numidia fue una antigua región y reino en el norte de
África que existió aproximadamente desde el siglo III a.C. hasta el siglo I
d.C. La entidad política de Numidia surgió tras la caída del reino de Cartago y
fue inicialmente una serie de reinos y tribus nómadas que posteriormente se
consolidaron en un reino unificado.
Período
de existencia:
La
fundación de Numidia fue aproximadamente en el siglo III a.C.
-
Conquista romana: En el año 46 a.C., Numidia fue incorporada al Imperio Romano
tras la victoria de Julio César en la guerra civil romana y las campañas en el
norte de África.
Territorios
de Numidia:
El
territorio de Numidia abarcaba principalmente las áreas del norte de África que
hoy corresponden a partes de Argelia y Túnez. Sus límites aproximados
fueron:
-
Al norte: El mar Mediterráneo
-
Al este: La región de Cirta (actual Constantina en Argelia) y las áreas
cercanas.
-
Al sur: Las tierras más áridas del Sáhara y las regiones del interior del
continente.
-
Al oeste: La frontera con las tribus y reinos en lo que hoy es Marruecos y la Républica
de Mauritania, aunque la extensión exacta variaba con el tiempo.
Los
romanos segregaron la antigua Numidia y crearon la provincia de Mauritania
Tingitana en parte de los territorios del norte que hoy corresponden a
Marruecos.
Los
antiguos territorios de Mauritania Tingitana correspondían a una provincia del
Imperio Romano, y el gobierno estaba en manos de las autoridades romanas.
Durante la época romana, esta provincia era administrada por un gobernador
imperial, generalmente un procónsul o un legatus Augusti, designado por el
emperador romano para supervisar la administración civil y militar de la
región.
Antes
de la incorporación al Imperio Romano, estos territorios estaban habitados por
pueblos indígenas, como los beréberes, y en diferentes períodos estuvieron bajo
el control de diversos reinos y tribus locales. Sin embargo, tras la conquista
romana en el siglo I d.C., Mauritania Tingitana quedó integrada en la
estructura administrativa del Imperio Romano, con ciudades importantes como
Tingis (actual Tánger) sirviendo como centros administrativos y militares.
Juba
I, rey de Numidia, gobernó aproximadamente desde el 60 a.C. hasta su muerte en
el 46 a.C. Aunque su dominio principal fue en la región de Numidia (actual
Argelia y Túnez), su influencia se extendió también a partes de la antigua
Mauritania Tingitana, especialmente en el contexto de las guerras civiles
romanas y las alianzas políticas de la época.
Juba
I fue derrotado por Julio César en la batalla de Tapso en el 46 a.C., y murió
quizás por suicidio.
Juba
II, hijo de Juba I, de origen númida y descendiente de la antigua dinastía de Numidia,
nació en torno al año 52 a.C. y fue llevado a Roma con solo cinco años.
Fue
educado en Roma. Posteriormente, fue rey de Mauritania (que incluía Mauritania
Tingitana) y gobernó en una época en la que la región formaba parte del reino
de Mauritania, bajo la influencia del Imperio Romano.
El
14 d.C., Juba II envió una expedición a las Islas Afortunadas —las Canarias— y,
según relata la historia a través de Plinio el Viejo, la expedición estuvo en
varias islas, y parece ser que de la antigua isla Gran Canaria llevaron como
regalo para su rey unos grandes perros.
Según
la historiadora Alicia García, la expedición de Juba II inspeccionó algunas
islas que serían: Canaria, Nivaria, Capraria, Iunonia Maior, Iunonia Minor y
Ombrios. La Dra. Alicia afirma: “No se menciona las islas más orientales, las
actuales Lanzarote y Fuerteventura, porque probablemente ya eran conocidas y
estaban documentadas”.
Tras
la muerte de Juba II en el año 23 d.C., los territorios de la provincia de
Mauritania Tingitana pasaron a formar parte del Imperio Romano de manera más
consolidada. La región fue incorporada oficialmente como una provincia romana,
administrada inicialmente como parte de la provincia de Mauritania Tingitana,
que abarcaba gran parte del territorio del actual norte de Marruecos y partes
de la costa atlántica.
Durante
el reinado de Augusto, se estableció una administración romana en la zona, y la
provincia fue organizada para facilitar su control y explotación. La presencia
romana en Mauritania Tingitana se mantuvo durante varios siglos, con la
construcción de ciudades, infraestructuras y la introducción de la cultura
romana en la región. La provincia sirvió como punto estratégico para el control
del comercio y las rutas marítimas en el Atlántico, además de ser un importante
centro de producción agrícola y de recursos.
Después
de la caída del dominio romano en la antigua Mauritania Tingitana, la región fue
conquistada y gobernada por diversos pueblos y entidades a lo largo de los
siglos. Entre los principales grupos que gobernaron la zona tras la era romana
se encuentran:
1.
Los vándalos (siglo V): Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, los vándalos,
un pueblo germánico, establecieron un reino en el norte de África, incluyendo
partes de la Mauritania Tingitana, aproximadamente desde el siglo V hasta
principios del siglo VI.
2.
Los bizantinos (siglo VI): Durante el reinado del emperador Justiniano I, el
Imperio Bizantino intentó recuperar y mantener el control de las costas
africanas. La Mauritania Tingitana fue parcialmente reconquistada y estuvo bajo
dominio bizantino en algunos períodos, aunque su control fue limitado y de
corta duración.
3.
Los musulmanes (siglo VII en adelante): La conquista islámica en el siglo VII
trajo un cambio radical en la región. Los árabes y sirios musulmanes, liderados
por la dinastía Omeya de Damasco, establecieron control sobre Mauritania
Tingitana. La región se integró en el mundo islámico, y diferentes dinastías,
como los Omeya y los abasíes, gobernaron la zona en distintos momentos.
4.
Reinos y sultanatos locales: A lo largo de los siglos, diversas entidades
locales y sultanatos, como los reinos beréberes y otros grupos indígenas,
ejercieron control y autonomía en diferentes áreas de la región.
En
resumen, tras la caída del dominio romano, Mauritania Tingitana fue gobernada
por vándalos, posteriormente por los bizantinos en algunos períodos, y finalmente
por los musulmanes desde el siglo VII en adelante, con una historia marcada por
la influencia de diferentes imperios y reinos a lo largo de los siglos. El
islam llegó a la antigua Mauritania Tingitana en el año 680.
En
711, árabes, sirios y bereberes, liderados por Tariq ibn Ziyad, cruzaron el
Estrecho de Gibraltar con un ejército musulmán y derrotaron al rey visigodo don
Rodrigo en la Batalla de Guadalete. Este evento marcó el inicio de la conquista
musulmana de la península ibérica hasta el río Ebro.
La
conquista de la península ibérica por los musulmanes, conocida como la
conquista musulmana de Hispania, comenzó en 711 d.C. y culminó en 718 d.C. con
la consolidación del control musulmán en la mayor parte de la península. Sin
embargo, el proceso de reconquistar los territorios ocupados por los musulmanes
se extendió durante varios siglos y no terminó hasta 1492, con la caída del
Reino de Granada.
Después
de 1492, los territorios de la antigua Mauritania Tingitana, hoy Marruecos,
experimentaron diversos cambios políticos y sociales, influenciados por la
expansión europea, las dinámicas internas del Magreb y las colonizaciones
posteriores.
1.
Siglo XV: la llegada de los portugueses: A partir del siglo XV, los portugueses
comenzaron a explorar y establecer puestos comerciales en la costa atlántica
del norte de África, incluyendo partes de la antigua Mauritania Tingitana. En
1471, construyeron la fortaleza de Santa Cruz del Cabo de Guía en la costa norte,
con el objetivo de controlar el comercio y las rutas marítimas.
2.
España tomó posesión de Ceuta y Melilla en fechas diferentes durante el siglo
XV:
-Ceuta: La ciudad fue tomada por las fuerzas
españolas en 1415, cuando la conquistaron de manos de los portugueses, quienes
la habían controlado desde 1415 tras la conquista de la ciudad por parte de los
portugueses en ese mismo año.
-Melilla:
La ocupación española de Melilla comenzó en 1497, cuando los españoles tomaron
control de la ciudad, que en ese momento era un enclave del Reino de Fez.
Desde
entonces, ambas ciudades han sido consideradas territorios españoles en el
norte de África.
Colonización
y control europeo:
Aunque
los portugueses y posteriormente los españoles intentaron establecer presencia
en la región, la mayor parte del territorio interior permaneció bajo control de
las dinastías locales, como los saadíes y luego los alauíes en la antigua
Mauritania Tingitana. La influencia europea se concentró principalmente en las
zonas costeras, donde establecieron puestos comerciales y fortalezas.
Siglo
XIX y el inicio del período colonial:
Con
la llegada del siglo XIX, las potencias europeas intensificaron su interés en
África, incluyendo el norte y oeste del actual Marruecos. Sin embargo, la
región de la antigua Mauritania Tingitana permaneció en gran medida bajo
control de varios sultanatos.
Siglo
XX y la colonización formal:
En
1912, con la firma del Tratado de Fez, Francia estableció el protectorado de
Marruecos, que incluía la región de Mauritania Tingitana. La zona fue
administrada como parte del protectorado marroquí bajo control francés, aunque
en algunos aspectos, las influencias europeas y las políticas coloniales
afectaron profundamente la estructura social y económica.
Independencia
de Marruecos:
Francia
y España se retiraron de los territorios marroquíes en diferentes momentos,
permitiendo que Marruecos obtuviera su independencia:
-Francia:
en 1956, tras la firma del Tratado de Independencia, logrando la independencia
plena del protectorado francés en Marruecos.
-
España: retiró sus fuerzas en varias fases, pero la mayor parte de su retiro
ocurrió en 1956 y 1958, cuando entregó los territorios del norte y oeste de
Marruecos.
En
1975, España, tras la Marcha Verde y varias negociaciones, abandonó la
provincia del Sáhara, dejándola en manos de Naciones Unidas para que decidiera
su independencia. Actualmente, España, desde lejos y con poca autoridad, ante
la ONU sigue siendo la nación administradora de la provincia del Sáhara.
Por
lo tanto, Marruecos logró su independencia en 1956, tras la retirada de las
fuerzas coloniales francesas y españolas.
Desde
entonces, la región de Mauritania Tingitana ha sido parte integral de
Marruecos, aunque en la actualidad, el término "Mauritania" también
se refiere a un país independiente al sur de la región, en el Sahara Occidental
y el Sahel. El nombre de Marruecos deriva del gentilicio de la ciudad de
Marrakech.
Nota:
De
toda esta historia y de aspectos no expuestos aquí por falta de espacio, se
deduce que el actual Marruecos no tiene ninguna soberanía sobre Ceuta, Melilla
y las Islas Canarias. Además, se debe tener en cuenta que la población bereber,
aborigen de Canarias, posiblemente emigró del puerto de Esauira alrededor del
año 300 a.C. y que las Islas Canarias no pertenecen a las placas tectónicas de
África, sino a fisuras volcánicas que se crearon en el lecho marino hace unos
19 millones de años, contando desde el presente hacia Pangea, que comenzó su
disgregación continental hace unos 200 millones de años.
También
se debe saber que todos los grupos de islas cercanas al oeste de África
pertenecen a lo que se llama Macaronesia, e incluyen: Cabo Verde, Canarias,
Madeira y Azores.
Postdata. En este relato histórico he informado que la antigua Mauritania Tingitana fue colonizada por los árabes y sirios a partir del año 680 d.C. Y como extra añado que, después de la independencia de Marruecos en 1956, los reyes que han gobernado el país son los siguientes:
1. Rey Mohammed V (1957-1961): Aunque fue rey desde 1955, tras la independencia en 1956, consolidó su liderazgo y promovió la independencia total del país. Falleció en 1961.
2. Rey Hassan II (1961-1999): Hijo de Mohammed V, asumió el trono tras la muerte de su padre. Su reinado duró casi 38 años, durante los cuales Marruecos experimentó cambios políticos y económicos significativos.
3. Rey Mohammed VI (1999-presente): Hijo de Hassan II, actualmente en el poder.
Estos tres reyes, según la historia que Marruecos expone, cada uno ha reinado en el país porque son descendientes del Profeta Mohamed. Si es cierto que son descendientes del Profeta, entonces podríamos decir que Marruecos es actualmente una colonia de árabes y sirios. Por lo tanto, el gobierno no debería estar en manos del actual rey, sino de un Estado conformado por bereberes, que son los verdaderos dueños de dicha nación.
Ver vídeo sobre lo que podría ocurrir durante una posible invasión de Ceuta y Melilla:
https://www.youtube.com/watch?v=WaiDq9BgSbk
El
artículo presenta una visión detallada y bien documentada sobre la historia
territorial y política del norte de África, especialmente en relación con la
región que hoy conocemos como Marruecos y sus alrededores. Bruno Perera realiza
un recorrido histórico desde la antigüedad, abordando la influencia de Numidia,
la conquista romana, la llegada del Islam, las colonizaciones europeas y los
procesos de independencia.
Uno
de los puntos fuertes del texto es su énfasis en la complejidad de las
identidades y las influencias históricas en la región, destacando que las
fronteras actuales no son simples líneas en el mapa, sino resultado de procesos
históricos largos y multifacéticos. Además, el autor argumenta que Marruecos,
en su estado actual, no tiene soberanía sobre Ceuta, Melilla ni las Islas
Canarias, basándose en su análisis histórico y geológico, lo cual puede ser un
punto de vista polémico, pero que invita a reflexionar sobre las raíces y las
legitimidades territoriales.
Es
importante señalar que el artículo combina datos históricos, geológicos y
culturales para sustentar su postura, lo que enriquece la discusión sobre la
soberanía y los derechos territoriales en esa región. Sin embargo, también es
recomendable considerar que las cuestiones de soberanía son complejas y muchas
veces están sujetas a interpretaciones políticas, legales y diplomáticas que van
más allá de los aspectos históricos.
En
resumen, el artículo aporta una perspectiva interesante y fundamentada que
invita a cuestionar las narrativas tradicionales sobre la soberanía en el norte
de África y las islas cercanas, resaltando la importancia de entender la
historia en su contexto para analizar las disputas territoriales actuales.
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