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lunes, 14 de abril de 2025

Tal vez el universo que conocemos nació en el centro de la NADA CUÁNTICA

 


Tal vez el universo que conocemos nació en el centro de la NADA CUÁNTICA 

Por Bruno Perera

En el inmenso y misterioso cosmos que habitamos, la pregunta sobre el origen del universo ha fascinado a filósofos, científicos y curiosos por igual. Una de las teorías más intrigantes sugiere que el universo material que conocemos pudo haber surgido en el centro de lo que llamamos la "NADA CUÁNTICA". Este concepto, que desafía nuestra comprensión habitual de la realidad, plantea la posibilidad de que la existencia misma se haya originado en un estado primordial de vacío cuántico, donde las leyes de la física, tal como las conocemos, no aplican.

La NADA CUÁNTICA no es simplemente un vacío sin vida; es un estado lleno de potencialidad, donde las partículas subatómicas pueden surgir y desaparecer en un parpadeo. En este contexto, el Big Bang podría ser visto como una explosión de creación que emergió en el centro de esta NADA CUÁNTICA, impulsada por la misteriosa partícula de Higgs. Esta partícula, que otorga masa a otras partículas, podría haber jugado un papel crucial en la transición de la NADA CUÁNTICA a un universo en expansión.

La idea de que la NADA CUÁNTICA sigue existiendo, tanto dentro como fuera del universo material, sugiere que el cosmos no es un ente aislado, sino parte de un Todo Cuántico que trasciende nuestras limitaciones temporales y espaciales. Este TODO CUÁNTICO, sin principio ni fin, desafía nuestra comprensión de la medición y el cálculo, ya que se encuentra más allá de las dimensiones que podemos percibir.

Por otro lado, cuando hablamos del "radio del universo", es fundamental entender que este concepto puede ser engañoso. Los astrónomos estiman que el universo observable tiene un radio de aproximadamente 46.5 mil millones de años luz. Sin embargo, desde el Big Bang hasta la Tierra se cuentan 13.800 millones de años. Este número no representa un límite físico, sino más bien una medida de la distancia que la luz ha viajado desde el Big Bang hasta la Tierra. Debido a la expansión del universo, los objetos más distantes que podemos observar están ahora mucho más lejos de lo que estaban cuando la luz fue emitida.

Es importante destacar que la luz emitida por el Big Bang hasta la Tierra ha recorrido 13.800 millones de años luz, -billones en inglés-, lo que equivale a aproximadamente \(1.308 \times 10^{19}\) kilómetros. Este fenómeno nos lleva a considerar que el universo en su totalidad debe ser mucho más grande, y sin duda también infinito, que da a pensar que después de la NADA CÓSMICA que imaginamos, debe haber otra clase de expansión plena que nunca tuvo principio ni final, y que por tanto es continua como un sueño seguido de otros sueños. La continua expansión del cosmos sugiere que hay regiones que nunca podremos observar, lo que plantea preguntas sobre la naturaleza de la realidad y nuestro lugar en ella.

La intersección entre la NADA CUÁNTICA y el universo material nos invita a reflexionar sobre la esencia misma de la existencia. Si la creación del universo fue un acto de emergencia desde un estado de vacío cuántico, ¿qué significa esto para nuestra comprensión de la vida, la materia y el tiempo? La ciencia moderna, con su enfoque en la observación y la medición, se enfrenta a los límites de lo que podemos conocer.

En última instancia, la exploración de estos conceptos no solo nos acerca a la comprensión del cosmos, sino que también nos recuerda la humildad necesaria ante la inmensidad del universo. La búsqueda de respuestas sobre nuestro origen y el destino del cosmos es un viaje que apenas comienza, y cada descubrimiento nos acerca un poco más a desentrañar los misterios de la NADA CUÁNTICA que nos rodea y que está regida por el Cosmo-Poder.

 

 

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