Datos sobre los satélites artificiales habidos en órbita terrestre
Por Bruno Perera.
Nota: Este artículo fue creado con la
ayuda de TalkIA.
Hasta octubre de 2023, se estima
que hay más de 10.000 satélites artificiales, tanto activos como inactivos, en órbita
terrestre. Sin embargo, el número exacto puede variar debido a lanzamientos recientes
y a la desactivación de satélites antiguos.
En cuanto a la clasificación de
estos satélites, es difícil proporcionar cifras precisas sobre cuántos están
dedicados a temas científicos y cuántos a espionaje o fines militares, ya que
muchos de estos datos son confidenciales o no se divulgan públicamente. Sin
embargo, se puede hacer una estimación general:
1. Satélites científicos: Estos
incluyen satélites para la observación de la Tierra, la investigación
atmosférica, la astronomía y otros fines científicos. Se estima que hay varios
cientos de estos satélites en operación.
2. Satélites de espionaje y
militares: Muchos países tienen satélites dedicados a la vigilancia, la
recopilación de inteligencia y otros fines militares. Aunque el número exacto
es difícil de determinar, se sabe que hay decenas a cientos de satélites en
esta categoría.
¿Qué es lo que mantiene a un satélite artificial en órbita?
Los satélites artificiales se
mantienen en órbita gracias a un equilibrio entre la fuerza de gravedad y la
velocidad a la que se mueven. Cuando un satélite es lanzado al espacio, se le
proporciona una velocidad horizontal suficiente para que, al caer hacia la
Tierra debido a la gravedad, su trayectoria curve hacia el planeta de tal
manera que nunca llegue a tocarlo. Este fenómeno se conoce como "caída
libre" o "órbita".
La gravedad de la Tierra tira del
satélite hacia su centro, mientras que la inercia del satélite, debido a su
velocidad, lo hace seguir una trayectoria curva. Si la velocidad es la
adecuada, el satélite seguirá orbitando la Tierra en lugar de caer hacia ella o
alejarse al espacio.
Además, la altitud de la órbita
también juega un papel importante. A mayor altitud, la gravedad es un poco más
débil, lo que permite que los satélites se mantengan en órbita con velocidades
menores. Sin embargo, todos los satélites deben alcanzar una velocidad mínima,
conocida como velocidad orbital, para permanecer en su trayectoria.
¿Pueden los satélites artificiales girar alrededor del mundo
a través de cualquier rumbo, o solo giran alrededor del ecuador?
Los satélites artificiales pueden
orbitar la Tierra en diferentes tipos de órbitas, no solo alrededor del
ecuador. Las órbitas de los satélites se clasifican principalmente en función
de su inclinación y altitud. Aquí hay algunos tipos de órbitas:
1. Órbitas ecuatoriales: Estas
órbitas están alineadas con el ecuador de la Tierra. Los satélites en estas
órbitas tienen una inclinación de 0 grados y suelen ser satélites
geoestacionarios, lo que significa que orbitan a aproximadamente 35.786 kilómetros
de altitud y parecen estar fijos sobre un punto en la superficie.
2. Órbitas polares: Los satélites
en órbitas polares pasan sobre los polos norte y sur de la Tierra. Estas
órbitas tienen una inclinación de aproximadamente 90 grados y permiten que el
satélite cubra toda la superficie terrestre a medida que la Tierra gira debajo
de él. Son comunes para satélites de observación de la Tierra.
3. Órbitas inclinadas: Los
satélites pueden tener órbitas con inclinaciones que varían entre 0 y 90 grados.
Estas órbitas permiten que el satélite cubra áreas específicas de la Tierra y
son utilizadas en diversas aplicaciones, como comunicaciones y meteorología.
4. Órbitas circulares y elípticas:
La mayoría de los satélites tienen órbitas circulares, aunque algunos tienen
órbitas elípticas, lo que significa que su distancia a la Tierra varía a lo
largo de su trayectoria. Esto puede ser útil para ciertas misiones científicas
o de observación.
¿Cuándo pierde su órbita un satélite artificial? ¿Y cuánto
tiempo aguanta un satélite artificial en la órbita?
Un satélite artificial puede
perder su órbita por varias razones, principalmente debido a la resistencia
atmosférica, la gravedad de la Tierra y otros factores como la presión de
radiación solar y las perturbaciones gravitacionales de otros cuerpos celestes.
A medida que un satélite se encuentra en órbita, experimenta una ligera
fricción con la atmósfera, lo que puede hacer que su altitud disminuya con el
tiempo. Este fenómeno es más pronunciado en satélites en órbitas bajas, donde
la atmósfera es más densa.
La duración de la vida útil de un
satélite en órbita varía considerablemente según su diseño, altitud y
propósito. Algunos satélites pueden operar durante varios años, mientras que
otros, especialmente aquellos en órbitas bajas, pueden perder su órbita en
cuestión de meses o años. Por ejemplo:
1. Satélites en órbita baja (LEO):
Estos satélites, que orbitan a altitudes de aproximadamente 200 a 2.000
kilómetros, pueden reentrar en la atmósfera y perder su órbita en un período
que varía de unos pocos meses a varios años, dependiendo de su altitud y la
densidad de la atmósfera.
2. Satélites en órbita media
(MEO): Estos satélites, que suelen estar en altitudes de 2.000 a 35.786
kilómetros, pueden permanecer en órbita durante décadas, ya que la resistencia
atmosférica es mucho menor.
3. Satélites en órbita
geoestacionaria (GEO): Estos satélites, que orbitan a aproximadamente 35.786
kilómetros sobre el ecuador, pueden permanecer en órbita durante 15 años o más,
siempre que se mantengan en su posición mediante el uso de propulsores.
En resumen, la duración de la
vida útil de un satélite en órbita depende de su altitud, diseño y el uso de
combustible para mantener su posición. Sin embargo, todos los satélites
eventualmente perderán su órbita debido a la gravedad y otros factores, aunque
el tiempo que tardan en hacerlo puede variar ampliamente. También, la duración
de vida de un satélite puede variar porque muchos están diseñados para ser
reemplazados o desorbitados para evitar desechos espaciales.
¿De dónde toma Google Earth la información para crear sus
mapas?
Google Earth obtiene imágenes de
diversas fuentes, incluidos satélites de diferentes organizaciones y empresas,
así como desde aviones y barcos. Muchos de los satélites que proporcionan
imágenes para Google Earth operan en órbitas bajas de la Tierra, generalmente a
altitudes de aproximadamente 600 a 800 kilómetros.
Estos satélites pueden tener
diferentes tipos de órbitas, como órbitas polares o geosincrónicas. Las órbitas
polares permiten a los satélites pasar sobre los polos y cubrir toda la
superficie de la Tierra a medida que el planeta gira, mientras que las órbitas
geosincrónicas permiten que un satélite permanezca sobre un punto fijo en el
ecuador.
En cuanto al rumbo, los satélites
en órbita polar se desplazan de norte a sur, mientras que los satélites en
órbita geosincrónica se mueven en la misma dirección que la rotación de la
Tierra, es decir, de oeste a este.
En resumen, Google Earth utiliza
imágenes de satélites que pueden estar en diferentes tipos de órbitas, y el
rumbo de estos satélites varía según su tipo de órbita.
Y final. ¿Qué le ocurre a un satélite artificial cuando
pierde totalmente su órbita?
Cuando un satélite artificial
pierde totalmente su órbita, generalmente se produce una serie de eventos que
pueden llevar a su desintegración o caída a la atmósfera terrestre. Aquí hay un
resumen de lo que puede ocurrir:
1. Desorbitación: Si un satélite
pierde su órbita, puede comenzar a descender hacia la Tierra. Esto puede
suceder por varias razones, como la falta de combustible para mantener su
posición, la fricción con la atmósfera (en el caso de satélites en órbitas
bajas), o un fallo en sus sistemas de control.
2. Reentrada a la atmósfera: A
medida que el satélite desciende, encontrará una mayor densidad de aire, lo que
provocará que se caliente debido a la fricción. Esto puede llevar a que el
satélite se desintegre parcialmente o completamente durante la reentrada.
3. Impacto en la superficie: Si
el satélite no se desintegra por completo, los restos pueden caer a la
superficie de la Tierra. Sin embargo, la mayoría de los satélites están
diseñados para desintegrarse en la atmósfera, y los fragmentos que llegan a la
superficie suelen ser pequeños y dispersos.
4. Riesgos de colisión: Si un
satélite pierde su órbita y se convierte en un objeto descontrolado, puede
representar un riesgo de colisión con otros satélites o con la Estación
Espacial Internacional (EEI). Esto ha llevado a la implementación de medidas de
seguimiento y gestión de desechos espaciales.
5. Desechos espaciales: Un
satélite que pierde su órbita y se convierte en un objeto inactivo puede
contribuir al problema de los desechos espaciales, que es una preocupación
creciente en la comunidad espacial.
En resumen, la pérdida total de
la órbita de un satélite puede resultar en su reentrada a la atmósfera,
desintegración y, en algunos casos, la caída de fragmentos a la Tierra, aunque
la mayoría de los satélites están diseñados para minimizar estos riesgos.
Y como pensarán en ello, digo: Llegará
un día en que NACIONES UNIDAS, por seguridad en la falta de espacio, no permitirá
la puesta en órbita de nuevos satélites artificiales, salvo que sean para
reemplazar algunos que estén inactivos.
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