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viernes, 10 de enero de 2025

La belleza de la lluvia llena de hermosura y alegría los corazones humanos y la Tierra

 


La belleza de la lluvia llena de hermosura y alegría los corazones humanos y la Tierra 

Por Bruno Perera

Cuando llueve, las delicadas gotas de la lluvia que caen del cielo, parecen perlas capaces de transformar nuestro entorno y nuestros pensamientos. Aunque a veces pueden interrumpir nuestros entretenidos y dulces momentos, en realidad es un regalo para hacer el amor mientras sientes el calor de un hogar y escuchas la música del repiqueo  del tambor de la lluvia.

Desde tiempos hace millones de años, la lluvia ha sido celebrada por su capacidad de revitalizar la tierra, proporcionando la humedad necesaria para que las plantas crezcan y florezcan. Sin esas perlas caídas del cielo, nuestros campos estarían secos y estériles, y la vida, tal como la conocemos, sería insostenible e insoportable.

Uno de los aspectos más encantadores de la lluvia es cómo crea un ambiente de calma y reflexión.

El suave sonido de las gotas al caer sobre el suelo o el tejado puede ser increíblemente relajante, invitándonos a detenernos y disfrutar del momento.

Muchos de nosotros encontramos en los días lluviosos una oportunidad perfecta para quedarnos en casa, sumergirnos en un buen libro o simplemente contemplar la belleza de la naturaleza desde una ventana o una terraza.

Además, la lluvia tiene un impacto positivo en nuestro medio ambiente. Ayuda a limpiar el aire, eliminando el polvo y las impurezas, y recarga los acuíferos y lagos que son esenciales para nuestro suministro de agua potable.

También es un momento crucial para los ecosistemas, ya que muchas especies dependen de la lluvia para reproducirse y prosperar.

En resumida cuenta, la lluvia no solo es vital para la agricultura y la sostenibilidad del planeta, sino que también nos brinda momentos de paz, reflexión y amor.

Así que la próxima vez que caiga un chaparrón, en lugar de verlo como un inconveniente, tómate un momento para apreciar su belleza y todo lo que aporta a nuestro mundo. Y sal fuera a la calle o al monte, donde estés, y déjate mojar mientras dices a grandes gritos: ¡Bendita sea la lluvia que lava mi corazón y mi mente de impurezas! -Que así sea-.

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