Dromedarios-camellos
en Canarias: Animales que impulsaron nuestra economía como titanes
Por
Bruno Perera
El
"dromedario africano canario importado de tierras beréberes", conocido comúnmente como camello de una joroba,
es un animal doméstico que ha estado presente en Canarias durante
aproximadamente 600 años. Su nombre de especie -camello-, según algunos
historiadores, se debe a la influencia de los primeros exploradores ingleses,
quienes llamaban "camel" al dromedario y al camello.
Ver enlace sobre el origen de los dromedarios y camellos:
https://es.wikipedia.org/wiki/Camelus_dromedarius
Este mamífero, vertebrado, de sangre caliente y vivíparo, se caracteriza por dar a luz a crías bien desarrolladas en el vientre materno, donde el embrión recibe el alimento y el oxígeno necesarios para su crecimiento.
Nota. Para
conocer más sobre la historia de la llegada de los dromedarios-camellos a
Canarias, especialmente a Lanzarote y Fuerteventura, así como su posterior
exportación a otras naciones, puedes consultar el siguiente enlace: [Historia
de los dromedarios-camellos en Canarias]
Los
dromedarios-camellos fueron hasta hace unos 64 años fundamentales para los
campesinos en las labores agrícolas y de transporte, sobre todo en Lanzarote
y Fuerteventura.
Desde
hace unos 64 años los dromedarios-camellos habidos en Lanzarote
y Fuerteventura, después del cambio económico de la pesca y la agricultura al
turismo, se han dejado de utilizar para la agricultura y el transporte.
Desde
la época aprox. 1960 hasta el presente, se ha venido usando a los
dromedarios-camellos para excursiones turísticas; por ejemplo, para
subir y bajar los volcanes: Montañas del Fuego, y para otras simples labores de poco
esfuerzo.
Estos
animales, traídos por los colonos españoles desde África entre los siglos XV y XVI,
poseen características físicas muy singulares que los hacen fascinantes.
Adaptados
a vivir en condiciones extremadamente áridas y desérticas, los dromedarios y
camellos tienen la capacidad de beber agua salada, entre otras adaptaciones notables:
1.
Reservas de grasa: Sus jorobas almacenan grasa, que utilizan como fuente de
energía cuando la comida escasea. Esta grasa también les ayuda a regular su
temperatura corporal.
2.
Adaptaciones para la deshidratación: Pueden perder hasta el 25% de su peso
corporal en agua sin sufrir efectos adversos, lo que les permite tolerar la
deshidratación mejor que muchos otros mamíferos.
3.
Regulación de la temperatura corporal: Su temperatura puede fluctuar entre 34 y
41 grados Celsius, lo que les ayuda a conservar agua y adaptarse a las altas
temperaturas del desierto.
4.
Patas adaptadas: Las plantas de sus patas cuentan con almohadillas anchas y
peludas que les permiten caminar sobre arena caliente y suelta, sin hundirse.
5.
Sistema de filtración de arena: Tienen fosas nasales que pueden cerrarse para
evitar que la arena entre en su sistema respiratorio, y sus largas y densas
pestañas protegen sus ojos.
6.
Digestión eficiente: Su sistema digestivo es altamente eficiente,
permitiéndoles extraer la máxima cantidad de nutrientes de alimentos como de hierbas secas y plantas espinosas.
7.
Comportamiento social: Estos animales son sociales y suelen vivir en grupos, lo
que les ayuda a protegerse de depredadores y a encontrar alimento y agua más
fácilmente.
8.
Longevidad: Pueden vivir entre 40 y 50 años en condiciones adecuadas, lo que
les permite adaptarse y sobrevivir en entornos difíciles durante mucho tiempo.
Estas
adaptaciones hacen que los dromedarios y camellos sean unos de los animales más
resilientes y bien adaptados a la vida en el desierto. Su resistencia física y
la capacidad de beber agua salada fueron algunas de las razones por las cuales se trajeron
desde África a Canarias, especialmente a Lanzarote y Fuerteventura, que son
islas de poca lluvia.
Es
importante destacar que, aunque los dromedarios y camellos pueden tolerar el
agua salada, esta no es su fuente principal de hidratación. Han desarrollado
adaptaciones que les permiten sobrevivir en ambientes áridos, donde el agua
dulce puede ser escasa.
P.D.
Además de los camellos y dromedarios, existen otros animales que pueden beber
agua salada. Algunos de ellos son:
1.
Aves marinas: Muchas aves, como los albatros y las gaviotas, cuentan con
glándulas especiales que les permiten excretar el exceso de sal que ingieren al
beber agua del mar.
2.
Tortugas marinas: Estas tortugas también poseen glándulas que les ayudan a
eliminar el exceso de sal de su organismo.
3.
Peces óseos: Muchos peces que habitan en ambientes marinos, como el atún y el
pez espada, pueden beber agua salada y tienen mecanismos naturales para
excretar el exceso de sal.
4.
Focas y leones marinos: Estos mamíferos marinos pueden consumir agua salada,
aunque obtienen la mayor parte de su hidratación de los alimentos que ingieren.
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