Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viaja al extranjero –ya sea a Arabia Saudita o Singapur– sus anfitriones suelen intentar que se sienta como en casa con su comida favorita: filete con botellas de ketchup en miniatura a un lado. Pero, ¿qué puede hacer un amante de la carne en la India? El presidente, cuya dieta habitualmente es una rotación de filetes, hamburguesas y pastel de carne, se enfrenta a un potencial shock mientras viaja a tres ciudades indias esta semana. Su viaje incluye paradas en el estado de Gujarat, Agra y Delhi, donde los hindúes son mayoría y las vacas son veneradas como sagradas. En algunos barrios, comer carne es tan tabú que no se hace en público. El anfitrión de Trump, el primer ministro Narendra Modi, se ha esforzado por generar una elaborada recepción para el presidente, incluida la celebración de un evento masivo en el estadio de cricket más grande del mundo y la organización de un recorrido por el Taj Mahal (el verdadero, no el homónimo casino de Atlantic City que alguna vez fue propiedad de Trump). Leer más
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