Al subinspector Antonio Garrido se le ponen "los pelos de punta" cuando ve el vídeo del ataque. Lo vio al salir del hospital en el que le atendieron, cuando las imágenes ya habían saltado a los informativos de toda España. "Empleó toda su fuerza para matarme". En el cuello, junto al corazón, al lado del pulmón, en la mano y en el codo; cinco navajazos que, por poco, no alcanzaron ningún órgano. Leer más
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