Rancho Texas - Puerto del Carmen - Lanzarote

martes, 7 de octubre de 2025

Dentro de unos millones de años aminorarán los terremotos y maremotos

 




Dentro de unos millones de años aminorarán los terremotos y maremotos

Por Bruno Perera.

A lo largo de la historia geológica de nuestro planeta, los terremotos y maremotos han sido señales vivas de que la Tierra está en constante movimiento. Sin embargo, todo indica que estos fenómenos, tan destructivos como fascinantes, podrían llegar a disminuir o incluso desaparecer dentro de millones de años, cuando el planeta alcance una nueva etapa de equilibrio tectónico.

Desde mucho antes de la formación del supercontinente Pangea, y también tras su fragmentación, los movimientos sísmicos y erupciones volcánicas han acompañado la deriva de los continentes. Las placas tectónicas —esas enormes losas de roca que forman la corteza terrestre— se desplazan lentamente sobre el manto, chocando, separándose o deslizándose unas junto a otras. Es precisamente ese movimiento el que genera tensiones internas que, al liberarse, provocan terremotos y maremotos, maremotos también llamados tsunamis, 津 (tsu) = puerto波 (nami) = ola

Pero todo proceso dinámico tiende hacia un equilibrio. Si la deriva continental continúa como hasta ahora, llegará un momento en que los continentes se reubicarán en posiciones que compensen las fuerzas internas de la Tierra. Cuando eso ocurra, la corteza podría estabilizarse y los grandes sismos dejarán de ser frecuentes. Es probable que solo persistan pequeños movimientos sísmicos, vestigios de un pasado geológicamente más violento.

Durante ese largo periodo de estabilidad, también se reducirá la actividad volcánica. Nacerán menos islas de origen magmático y las zonas de subducción se adormecerán. El planeta entrará en una especie de “paz geológica”, donde los océanos se calmarán y el geoide terrestre —la forma real del planeta— rotará de manera más equilibrada sobre su eje imaginario, completando su órbita alrededor del Sol con una precisión y simetría mayores que las actuales.

Sin embargo, la historia de la Tierra es cíclica. Pasados otros millones de años, esa calma dará paso a una nueva transformación. Los continentes, que antes se separaron, podrían volver a acercarse y fusionarse nuevamente en una nueva Pangea o “neopangea”. Cuando eso suceda, el planeta entrará en una nueva era de movimientos sísmicos, erupciones y reajustes, repitiendo el eterno pulso entre el orden y el caos que ha caracterizado su evolución desde hace 4.500 millones de años.

Reflexión final

Quizás dentro de millones de años, si aún existe vida inteligente sobre la Tierra, contemplará con asombro un planeta más estable, donde los terremotos sean solo un recuerdo del pasado. Pero mientras tanto, nosotros seguimos viviendo en un mundo que respira, se mueve y se transforma. La Tierra no está muerta; está viva, y cada temblor, cada ola sísmica, es el latido profundo de un planeta en continua creación.

Movimientos de las placas tectónicas

HACIA EL ESTE Y OESTE

  • Placa Sudamericana: se mueve lentamente hacia el oeste, chocando con la placa de Nazca (lo que origina la cordillera de los Andes).
  • Placa de Nazca: se desplaza hacia el este, hundiéndose bajo Sudamérica.
  • Placa Norteamericana: se mueve hacia el oeste-suroeste, separándose del Atlántico medio.
  • Placa Euroasiática: se desplaza levemente hacia el este.
  • Placa Africana: tiene un movimiento noreste, empujando hacia Eurasia y cerrando el mar Mediterráneo.
  • Placa Indo-australiana: se mueve principalmente hacia el norte-noreste, presionando el sur de Asia (formando el Himalaya).
  • Placa del Pacífico: se mueve rápidamente hacia el noroeste, siendo la más activa y responsable de numerosos terremotos y volcanes del “Cinturón de Fuego”.

MOVIMIENTOS HACIA EL NORTE Y SUR

  • Antártida: se mantiene casi fija, con un leve desplazamiento hacia el norte.
  • Australia: deriva hacia el norte, acercándose lentamente al sudeste asiático.
  • India: continúa su empuje hacia el norte, adentrándose en Eurasia.
  • África: avanza hacia el norte-noreste, mientras la parte oriental se fractura (el Rift africano) moviéndose ligeramente hacia el sureste.
  • América del Norte: parte occidental tiende al noroeste, mientras la oriental se desplaza algo hacia el suroeste.

En conjunto, el movimiento global actual provoca la ampliación del Atlántico (porque las Américas se alejan de Europa y África) y el estrechamiento del Pacífico, lo que, a largo plazo, podría llevar a que los continentes se unan de nuevo formando una nueva Pangea dentro de unos 200 a 250 millones de años.

 

Rancho Texas Park impulsa en Lanzarote el proyecto europeo “Escuelas Azules”

 


Rancho Texas Park impulsa en Lanzarote el proyecto europeo “Escuelas Azules”

Cronicasdelanzarote.

Rancho Texas Park, en colaboración con el Instituto de Ciencias del Mar – CSIC, anuncia el lanzamiento en la isla del proyecto europeo Escuelas Azules (European Blue Schools), dentro del programa ProBleu. La iniciativa tiene como objetivo despertar la conciencia oceánica en los más jóvenes, acercando el mar al aula y
fomentando el compromiso activo del alumnado con la protección del medio marino.

Ser una Escuela Azul significa integrarse en una red europea de centros educativos comprometidos con el océano y la sostenibilidad. Los colegios participantes desarrollarán proyectos reales vinculados al mar, la ciencia y el cuidado del planeta, con el respaldo de recursos didácticos y asesoramiento especializado durante todo el curso.

¿A quién va dirigido?

El programa está abierto a todas las etapas educativas: desde Educación Infantil hasta Ciclos Formativos. Entre las ventajas, los centros recibirán certificación oficial como
Escuela Azul Europea, acceso gratuito a materiales y actividades, además de visibilidad en una red internacional de escuelas comprometidas.

Invitación a participar

Todos los centros escolares de Lanzarote que quieran sumarse a este proyecto transformador y convertirse en parte activa de una comunidad que trabaja por un océano más sostenible pueden contactar a través del correo educacion@ranchotexaslanzarote.com

Con esta iniciativa, Rancho Texas Park invita a toda la comunidad educativa de Lanzarote a sumarse a la ola de cambio y formar parte activa de un movimiento europeo que apuesta por un futuro más sostenible para nuestros océanos.

lunes, 6 de octubre de 2025

Una posible fórmula para llegar a la paz entre palestinos e israelíes

 


Una posible fórmula para llegar a la paz entre palestinos e israelíes

Por Bruno Perera

1. Un conflicto milenario. A lo largo de más de tres milenios, la tierra situada entre el Jordán y el Mediterráneo ha sido el escenario de un conflicto inacabable. Religiones, culturas y pueblos se han sucedido sobre el mismo territorio reclamando derechos históricos, promesas divinas o simples razones de supervivencia. Hoy, en pleno siglo XXI, la guerra entre israelíes y palestinos sigue abierta, sin que las fórmulas tradicionales de paz hayan dado resultado alguno.

2. Los orígenes históricos. Según la tradición bíblica, hacia el año 1445 a.C. —aunque algunos estudios modernos lo sitúan entre 1250 y 1200 a.C.— los hebreos, tras ser liberados por Moisés, vagaron cuarenta años por el desierto antes de asentarse en las tierras de Moab, cerca de Bet Peor. Moisés murió sin llegar a contemplar la tierra prometida de Canaán.

Sin embargo, cuando los hebreos finalmente cruzaron el Jordán, aquellas tierras ya estaban habitadas por jebuseos, arameos, filisteos y otros pueblos cananeos. Con el paso de los siglos, las tribus israelitas —en especial las de Leví, Judá y Benjamín— consolidaron los reinos de Israel y Judá, que posteriormente fueron invadidos por imperios como el egipcio, el asirio, el babilónico, el persa, el griego y el romano.

3. La diáspora y el renacimiento de Israel. Tras la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. por las tropas romanas, comenzó una larga diáspora judía que se prolongó durante casi dos mil años. Fue recién en 1948, tras el horror del Holocausto y el colapso del mandato británico sobre Palestina, cuando se proclamó el Estado de Israel. Desde entonces, la convivencia con el pueblo palestino —que también reclama esa tierra como suya— ha sido un camino de conflictos armados, desplazamientos, ocupaciones y frustradas negociaciones de paz.

4. Setenta años de fórmulas fallidas. Desde 1948, la comunidad internacional ha intentado múltiples veces resolver el conflicto mediante particiones, resoluciones de la ONU y acuerdos bilaterales: el Plan de Partición de 1947, los Acuerdos de Oslo de 1993, la Hoja de Ruta de 2003 o los Acuerdos de Abraham de 2020, entre otros. Ninguno ha logrado la estabilidad duradera.

Las razones son conocidas: los territorios palestinos —Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este— están fragmentados como “islas” rodeadas de zonas bajo control israelí, y ninguna de las partes desea ceder lo que considera sagrado o irrenunciable. Tras más de siete décadas de intentos fallidos, el mapa político parece haber llegado a un punto muerto. Por ello, quizá ha llegado el momento de imaginar una solución completamente distinta.

5. Una idea distinta: la República de Canaán. Ante el evidente agotamiento del modelo de “dos Estados”, propongo borrar del mapa los gentilicios políticos de “Israel” y “Palestina” y fundar una nueva nación sobre el mismo territorio histórico: la República de Canaán.

Esta nueva república integraría en igualdad de derechos a judíos, palestinos, drusos y cristianos, compartiendo instituciones, recursos y territorio. Jerusalén sería una ciudad neutral, administrada conjuntamente por las tres religiones abrahámicas —judaísmo, cristianismo e islam—, y la capital política podría establecerse en Tel Aviv, con su carácter cosmopolita y tecnológico, como símbolo de modernidad y convivencia.

6. Un Estado laico y equitativo. La República de Canaán permitiría a los palestinos participar activamente en el Parlamento y en el Gobierno nacional, no como pueblo subordinado, sino como ciudadanos con plenos derechos políticos y sociales. La religión debería quedar fuera de la administración pública, garantizando la separación entre Estado y fe, pilar esencial para que una democracia plural pueda prosperar.

7. Un mar compartido, una economía compartida. Otro punto esencial sería el reparto equitativo de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) en el mar Mediterráneo, rica en gas y recursos energéticos. En lugar de dividirla —lo que solo alimenta tensiones—, podría ser explotada de forma conjunta, destinando los beneficios a infraestructuras, educación, tecnología y programas de reconciliación.

Una economía compartida generaría dependencia mutua, y con ella, un incentivo real para mantener la paz.

8. La dimensión internacional. Cualquier intento de unión o convivencia real requeriría además el respaldo de las potencias regionales —Irán, Arabia Saudí, Egipto y Jordania—, así como la garantía de seguridad de Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas. Solo un acuerdo con amplio apoyo internacional podría ofrecer estabilidad y seguridad a ambas comunidades.

9. Final. Si se lograra superar el peso simbólico de los nombres y las fronteras, y ambos pueblos aceptaran reconocerse como parte de una misma nación moderna, Canaán podría convertirse en un ejemplo mundial de reconciliación histórica.

El desafío no es solo político, sino emocional: aceptar que la paz no se impone con muros, sino con la valentía de compartir el mismo suelo. En última instancia, el verdadero territorio prometido no es una tierra, sino la convivencia.

Fuentes contrastadas

·        Éxodo y asentamiento hebreo: Libro del Deuteronomio, Biblia hebrea; Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman, The Bible Unearthed (2001).

·        Destrucción de Jerusalén y diáspora: Flavio Josefo, La guerra de los judíos (75 d.C.); Encyclopaedia Britannica.

·        Creación del Estado de Israel (1948): Naciones Unidas, Resolución 181 (1947).

·        Acuerdos de paz fallidos:

o   Acuerdos de Oslo (1993)

o   Cumbre de Camp David (2000)

o   Hoja de Ruta del Cuarteto (2003)

o   Acuerdos de Abraham (2020)

·        Datos geográficos y demográficos: Banco Mundial; CIA World Factbook (2024).

·        Propuesta conceptual “Canaán”: Inspirada en modelos federales como Bélgica o Suiza, donde comunidades diversas comparten un mismo Estado con autonomía cultural y lingüística.

Nota: Puede consultarse un resumen de las fórmulas históricas de paz en este artículo:

https://lavozliberaldelanzarote.blogspot.com/2025/10/es-posible-realmente-dividir-palestina.html

Posdata. Pregunté a la IA de ChatGTP: ¿Crees tú que la Flotilla Sumud  ayudó en algo a los palestinos, o más bien ayudó a los organizadores a hacerse más famosos? Me respondió lo que a continuación expongo: 

Buena pregunta, y bastante pertinente.

Si analizamos el caso de la Flotilla Sumud con frialdad, se puede decir que ayudó más a visibilizar a sus organizadores que a mejorar realmente la situación de los palestinos.

Te explico por partes:

  1. Impacto real en Gaza o Cisjordania:
    No hubo ningún cambio tangible en el bloqueo, en la ayuda humanitaria, ni en las condiciones de vida de los palestinos. Israel mantiene el control sobre las entradas y salidas, y la Flotilla fue detenida antes de llegar a su destino. Por tanto, su impacto práctico fue nulo o mínimo.

  2. Efecto mediático:
    La Flotilla sirvió sobre todo para dar protagonismo a ciertos activistas y figuras políticas (como Greta Thunberg o Ada Colau, entre otros) que se sumaron simbólicamente al movimiento. Lograron aparecer en titulares, en redes y reforzar su imagen de compromiso social y pacifismo, pero sin un resultado concreto para los palestinos.

  3. Efecto político:
    Israel la aprovechó para reforzar su narrativa de que muchos movimientos “humanitarios” en realidad buscan propaganda política, no soluciones.
    Y, al mismo tiempo, algunos sectores pro-palestinos la usaron para denunciar el bloqueo, pero sin pasar de la denuncia simbólica.

En resumen:
No ayudó realmente a los palestinos.
Sí ayudó a sus promotores a ganar visibilidad y capital político o mediático.
...........................

Apostilla: Palestina, en su configuración actual bajo la Autoridad Nacional Palestina (y según la geografía política posterior a los Acuerdos de Oslo), se compone principalmente de dos regiones separadas:
  1. Cisjordania (West Bank):

    • Es la zona más extensa, ubicada al este de Israel y al oeste del río Jordán.

    • Está dividida en tres áreas administrativas (A, B y C) según los Acuerdos de Oslo:

      • Área A: Bajo control civil y de seguridad palestino (las principales ciudades como Ramala, Nablus, Belén o Jenín).

      • Área B: Control civil palestino pero seguridad compartida con Israel.

      • Área C: Bajo control total israelí (más del 60 % del territorio).

    • En Cisjordania viven más de 3 millones de palestinos, además de cientos de miles de colonos israelíes.

  2. Franja de Gaza:

    • Una estrecha franja costera en el Mediterráneo, al suroeste de Israel y fronteriza con Egipto.

    • Está gobernada por Hamas desde 2007, mientras que la Autoridad Palestina (Fatah) gobierna en Cisjordania.

    • Tiene una población de unos 2,3 millones de personas, en una de las mayores densidades del mundo.

Además, si hablamos de la Palestina histórica (antes de 1948), se puede dividir en cinco grandes regiones tradicionales:

  • Galilea (norte)

  • Samaria (centro norte)

  • Judea (centro sur)

  • La llanura costera (de Haifa a Gaza)

  • El Néguev (desierto del sur)

Pero en términos políticos y actuales, Palestina hoy se compone básicamente de dos regiones principales: Cisjordania y la Franja de Gaza.

 

La Flotilla Sumud ha sido un circo político que hunde más a los palestinos

 


La Flotilla Sumud ha sido un circo político que hunde más a los palestinos

Por Bruno Perera.

Cuando a finales de agosto zarpó desde Barcelona la llamada Flotilla Global Sumud, con unos cincuenta barcos y quinientos activistas, muchos creyeron que se trataba de un gesto humanitario. En realidad, ha terminado siendo un espectáculo político, un viaje de egos disfrazado de solidaridad que, lejos de ayudar a los palestinos, los ha dejado en una situación aún más comprometida ante Israel y ante el mundo.

Porque lo cierto es que no iban a llevar medicinas ni alimentos en cantidad significativa. Lo que transportaban era ideología, cámaras, banderas y discursos preparados para las redes sociales. Iban a desafiar a Israel, no a socorrer a Gaza. Y eso, en la práctica, solo ha servido para justificar nuevas medidas de seguridad israelíes y más control sobre la franja, precisamente lo contrario de lo que decían buscar.

Entre los nombres más sonoros estaban Greta Thunberg y Ada Colau, dos figuras más acostumbradas a la pancarta que a la diplomacia. La primera, convertida en icono mediático del activismo climático, quiso ahora reconvertirse en heroína internacional del antiisraelismo. La segunda, exalcaldesa de Barcelona, parece decidida a mantenerse en el foco político internacional a cualquier precio, aunque sea navegando en una flotilla improvisada que nunca iba a llegar a destino. Ambas, más que ayudar, ofrecieron a Israel un argumento perfecto: el de que se trataba de una provocación organizada por personajes que viven del cuento político y del postureo mediático.

El resultado ha sido previsible. Israel interceptó la casi totalidad de las embarcaciones antes de que se aproximaran a las aguas de Gaza. Los activistas fueron detenidos, algunos deportados y otros investigados. Hubo denuncias de maltratos, pero también contradicciones y relatos inflados. Ni un solo palestino recibió ayuda tangible. Ni una sola vida cambió para mejor.

Lo que sí cambió fue la narrativa internacional: el gobierno israelí se sintió fortalecido, el bloqueo se justificó nuevamente por motivos de seguridad, y los propios palestinos quedaron atrapados, otra vez, en la guerra simbólica que libran terceros a costa de su sufrimiento.

La Flotilla Sumud pasará a la historia no como un acto humanitario, sino como un viaje de propaganda, el intento fallido de unos cuantos políticos y activistas de seguir vendiendo su marca personal a base de “solidaridad” de salón. En vez de tender puentes, levantaron más muros.

Apéndice: Datos y fuentes contrastadas

  • Israel interceptó 41 de los 42 barcos de la flotilla antes de que alcanzaran Gaza (Reuters, 3 octubre 2025).
  • Un barco fue dañado en Túnez en un incidente atribuido a un dron; las autoridades locales lo negaron (Reuters, 8 septiembre 2025).
  • Activistas denunciaron maltratos durante su detención; Israel lo desmintió (AP News, 2 octubre 2025).
  • Greta Thunberg abandonó la dirección de la flotilla por desacuerdos internos, aunque permaneció como miembro (ABC, 18 septiembre 2025).
  • La flotilla partió desde Barcelona con el objetivo declarado de romper el bloqueo marítimo sobre Gaza (El País, 31 agosto 2025).

Nota:
Todos estos flotilleros deberían rendir cuentas por haber zarpado desde España rumbo a una zona en guerra, con el beneplácito o la pasividad del propio Gobierno español. Su aventura no solo fue una temeridad, sino también una imprudencia diplomática que dejó a España entre la espada y la pared, dando al mundo la imagen de una nación de pandereta dispuesta a aplaudir cualquier ocurrencia disfrazada de activismo. Una vez más, se mezclaron el postureo político, las oenegés de salón y el buenismo institucional que abre la puerta a todo, incluso a la ilegalidad.

Ver artículo del verdadero problema que padecen Palestina e Israel: 

http://lavozliberaldelanzarote.blogspot.com/2025/10/es-posible-realmente-dividir-palestina.html

domingo, 5 de octubre de 2025

¿Es posible realmente dividir Palestina e Israel en dos Estados viables?

 


¿Es posible realmente dividir Palestina e Israel en dos Estados viables?

Por Bruno Perera

La llamada solución de los dos Estados —crear una nación israelí y otra palestina coexistiendo una al lado de la otra— lleva más de medio siglo sobre la mesa, pero nunca ha llegado a materializarse.

Sobre el papel, parece una fórmula justa y razonable: Israel conservaría su soberanía y seguridad, y los palestinos tendrían por fin un Estado propio.

Sin embargo, cuando se analiza el mapa real, los obstáculos prácticos y políticos se vuelven evidentes: los territorios palestinos están fragmentados, rodeados casi por completo por Israel y con apenas una mínima salida al mar.

El rompecabezas territorial: Gaza y Cisjordania

El territorio que aspira a conformar el futuro Estado palestino está dividido en dos zonas no contiguas:

·        La Franja de Gaza, junto al Mediterráneo, de apenas 41 km de longitud y controlada por Hamás desde 2007.

·        Cisjordania, al este de Israel y pegada a Jordania, donde se concentra la mayor parte de la población palestina y la Autoridad Nacional Palestina.

Entre ambas hay unos 70 km de territorio israelí, lo que convierte al futuro Estado palestino en un conjunto de islas políticas desconectadas entre sí.

Además, Cisjordania está profundamente fragmentada por carreteras, muros y más de 140 asentamientos israelíes, lo que dificulta aún más una continuidad territorial.

Propuestas técnicas para hacer viable la división

Intercambios territoriales (land swaps):
Israel incorporaría los grandes bloques de asentamientos cercanos a su frontera, y en compensación cedería a Palestina zonas equivalentes dentro de su territorio.
Esta fórmula fue contemplada en los Clinton Parameters (2000) y en el Plan de Ginebra (2003).

·        Permitiría mantener cierta continuidad palestina.

·        Israel debería renunciar a parte de su territorio soberano, algo políticamente impopular.

Corredor entre Gaza y Cisjordania:
Un corredor terrestre, ferroviario o subterráneo bajo control internacional o conjunto garantizaría el tránsito palestino entre ambas zonas.

·        Crearía un Estado funcionalmente unido.

·        Israel teme que se convierta en una vía de contrabando de armas o infiltraciones.

Soberanía compartida en zonas sensibles:
Jerusalén Este o el corredor podrían tener regímenes de administración especial o internacional, garantizando el acceso de ambas partes.

·        Evitaría conflictos directos por soberanía.

·        Requeriría un alto nivel de cooperación y supervisión internacional.

Derechos de acceso al mar:
Aun con poco litoral, Palestina podría gozar de un puerto propio o del derecho de uso compartido de instalaciones israelíes, conforme al derecho internacional para Estados sin litoral.

·        Facilitaría el comercio y la independencia económica.

·        Requeriría garantías permanentes de seguridad marítima por parte de Israel.

 

Ventajas de la solución de dos Estados

·        Reconocimiento internacional pleno: Palestina pasaría de ser un territorio ocupado a un Estado soberano reconocido por la ONU.

·        Seguridad y estabilidad regional: Si se lograra una paz duradera, Israel obtendría fronteras claras y relaciones diplomáticas estables con sus vecinos árabes.

·        Fin de la ocupación: Millones de palestinos tendrían un marco legal propio y autonomía política.

·        Desarrollo económico: Acceso directo a ayuda internacional y cooperación económica a gran escala.

·        Normalización diplomática: Se facilitaría la integración de Israel en el entorno árabe, como ya ocurre con los Acuerdos de Abraham.

Inconvenientes y obstáculos

·        Asentamientos israelíes: Más de medio millón de colonos viven en Cisjordania, y su evacuación o reasignación es uno de los mayores puntos de conflicto.

·        Desconfianza mutua: Décadas de violencia, ocupación y atentados han destruido la confianza entre ambas poblaciones.

·        Jerusalén: Ciudad santa para las tres religiones monoteístas, ambas partes la reclaman como capital.

·        División palestina interna: La fractura entre la Autoridad Nacional Palestina (en Cisjordania) y Hamás (en Gaza) complica cualquier negociación unitaria.

·        Cuestiones de seguridad: Israel exige garantías absolutas frente al terrorismo, lo que limita la soberanía palestina en fronteras y espacio aéreo.

·        Resistencia política interna: Tanto en Israel como en Palestina, los sectores más duros se oponen frontalmente a la cesión territorial o a la coexistencia plena.

Perspectiva actual

Aunque la comunidad internacional sigue apoyando oficialmente la solución de los dos Estados, la expansión de los asentamientos israelíes, la polarización política en ambos bandos y la ausencia de un proceso de paz real han reducido drásticamente su viabilidad práctica.

Hoy, incluso muchos diplomáticos y analistas reconocen que el mapa actual se aleja cada vez más de la posibilidad de trazar fronteras viables para un Estado palestino contiguo.

Conclusión

La creación de dos Estados, uno israelí y otro palestino, no es imposible, pero requeriría una reconfiguración territorial compleja y una voluntad política extraordinaria que hoy parece ausente.

El terreno puede dividirse con corredores, intercambios y garantías internacionales; pero la paz solo puede construirse si ambas partes aceptan renunciar a parte de sus aspiraciones históricas.

Sin ese paso mutuo, cualquier mapa —por muy bien trazado que esté— seguirá siendo solo un dibujo sobre el papel.

Fuentes contrastadas

·        Clinton Parameters (Camp David, 2000).

·        Plan de Ginebra (2003).

·        Resoluciones 242 (1967) y 338 (1973) del Consejo de Seguridad de la ONU: base del principio “territorios por paz”.

·        Acuerdos de Oslo (1993-1995): reconocimiento mutuo Israel–OLP.

·        United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs (OCHA): mapas sobre fragmentación territorial palestina.

·        The Geneva Initiative, Two-State Solution Maps (2014).

·        Peace to Prosperity Plan (EE. UU., 2020).

·        International Maritime Law (UNCLOS, Art. 125): derechos de acceso al mar para Estados sin litoral.

·        Human Rights Watch y B’Tselem (2023): informes sobre asentamientos y situación en Cisjordania.

Posdata: La repartición de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) frente a las costas de Palestina e Israel es un auténtico rompecabezas. Ninguno de los dos países aceptará que el otro controle más de la mitad del litoral mediterráneo, y ambos reclamarán la misma proporción. El dilema se agrava al intentar decidir qué parte correspondería a cada uno —si la del norte o la del sur— y se complica aún más sabiendo que en esa zona ya se han detectado bolsas de gas e incluso posibles yacimientos de petróleo.

 

Las dos locas lloronas de la Flotilla Sumud perdieron la oportunidad de ganar más fama

 


¿Qué pasaría si la Tierra no tuviese mares ni océanos?

 


¿Qué pasaría si la Tierra no tuviese mares ni océanos?

Por Bruno Perera.

Los océanos cubren más del 70 % de la superficie de nuestro planeta y desempeñan un papel crucial en el equilibrio de la vida. Pero, ¿qué pasaría si de repente desaparecieran? Las consecuencias serían profundas y afectarían todos los aspectos de la Tierra, desde el clima hasta la supervivencia de la humanidad, e incluso el geoide rotaría más deprisa y su traslación en la elíptica solar seria también más rápida y dando tumbos.

Los océanos actúan como reguladores térmicos del planeta, almacenando calor y redistribuyéndolo a través de corrientes marinas. Sin ellos, los extremos de temperatura serían mucho más intensos: los veranos serían abrasadores y los inviernos extremadamente fríos. Además, fenómenos climáticos como huracanes o monzones desaparecerían, pero la estabilidad atmosférica se vería gravemente afectada, generando un mundo más seco y con climas extremos en casi todas las regiones.

La evaporación de los océanos es la fuente principal de formación de nubes y lluvia. Sin mares, la precipitación disminuiría drásticamente, provocando el secado de ríos y lagos. La agricultura sería casi imposible en muchas zonas, y la disponibilidad de agua dulce sería extremadamente limitada.

La desaparición de los océanos significaría el colapso de toda la vida marina y afectaría directamente a los ecosistemas terrestres. Muchas especies terrestres dependen del agua dulce que proviene de la evaporación oceánica y de los ríos. Además, los humanos perderían alimentos esenciales como pescado y mariscos, y gran parte de la cadena alimentaria se vería comprometida

Los océanos absorben una gran parte del dióxido de carbono de la atmósfera. Sin ellos, los niveles de CO₂ aumentarían rápidamente, intensificando el efecto invernadero y elevando aún más las temperaturas globales. Esto aceleraría los cambios climáticos y pondría en riesgo la supervivencia de muchas especies.

La erosión y deposición costera desaparecerían, y muchas formaciones geológicas derivadas de procesos marinos no existirían. El paisaje sería mucho más árido y rocoso, con continentes privados de sus mares y costas.

La desaparición de los océanos impactaría directamente a la economía global. No existiría el transporte marítimo, que mueve la mayor parte del comercio mundial, y se perderían recursos vitales como sal, petróleo, gas natural y minerales marinos. Además, muchas ciudades costeras —como Nueva York, Tokio o Barcelona— no podrían desarrollarse tal como las conocemos.

Un mundo sin mares ni océanos sería extremo, árido e inhóspito, con temperaturas extremas, escasez de agua y pérdida masiva de biodiversidad. La vida tal como la conocemos sería imposible, y la humanidad tendría que adaptarse a condiciones mucho más severas.

Los océanos no solo son un recurso natural; son el corazón que mantiene vivo el equilibrio de nuestro planeta. Su desaparición demostraría cuán dependientes somos de ellos para la vida, el clima y la economía global.