viernes, 17 de octubre de 2025
El Gobierno canario chantajea a la UE con la inmigración ilegal
El Gobierno canario chantajea a la
UE con la inmigración ilegal
Por Bruno Perera.
Desde hace más de tres décadas, los distintos
gobiernos que han dirigido Canarias —sin que haya importado sus siglas y sus
ideologías— han convertido la inmigración ilegal en un instrumento de presión
política y económica frente a la Unión Europea.
Desde los años noventa hasta hoy, el mismo discurso se
repite con diferentes rostros y avisos: “O nos ayudan económicamente o dejaremos
que los inmigrantes ilegales viajen a Europa a través de Canarias”
Un chantaje político disfrazado de victimismo humanitario, al que Bruselas
—sumisa y temerosa de otro colapso migratorio— termina cediendo con subvenciones
una y otra vez y que no favorecen en nada al pueblo canario.
Mientras tanto, las aguas del Atlántico se llenan de
cadáveres anónimos. Cientos de hombres, mujeres y niños parten desde la costa
africana, empujados por la desesperación y por las falsas promesas de las
mafias que les aseguran que serán rescatados por la Guardia Civil del Mar de
Canarias tan pronto se alejen unas millas de las costas africanas. No les
cuentan que muchos nunca llegan, que sus cuerpos quedan a la deriva o
desaparecen en la profundidad del mar, sin nombre ni sepultura.
Las cifras oficiales son apenas una sombra de la
realidad. Solo en 2024, según la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM), más de 2.300 personas perdieron la vida intentando
alcanzar las islas. Cada una de esas vidas truncadas debería avergonzar al
Gobierno canario por los llamamientos que realiza, y a los gobiernos europeos
que se bajan los pantalones y miran hacia otro lado mientras financian centros
de internamiento y campañas humanitarias que solo maquillan una tragedia
estructural.
El Gobierno canario actual, por su parte, se presenta
como víctima de un fenómeno que ha contribuido a perpetuar. Pide fondos
millonarios, promete “solidaridad y gestión responsable”, pero en la práctica
convierte la inmigración ilegal en una industria: más subvenciones, más oenegés
dependientes, más discursos políticos
cargados de hipocresía. Un sistema que se alimenta del dolor y la desgracia
ajena.
Seguir alentando rescates sin control y traslados sin
retorno es seguir empujando a miles de seres humanos hacia una muerte casi
segura. Europa no puede continuar siendo cómplice de su propio desastre
humanitario, ni Canarias el peón que cobra por sostener la mentira.
La solución, aunque incómoda para muchos, es sencilla:
cerrar los albergues donde los adultos y los MENAs permanecen durante meses
o años, y transformarlos en centros de corta estancia, con un máximo
de tres días. En ese tiempo, deben recibir atención médica, alimento y ayuda
humanitaria básica para recuperarse del viaje.
Después, proceder a su devolución inmediata a los países de origen,
siempre respetando los derechos humanos y la dignidad de cada persona.
Solo una política clara y firme de disuasión puede
acabar con el negocio de las mafias que trafican con vidas humanas y detener la
tragedia que cada semana se repite en el Atlántico.
Ha llegado la hora de mirar el mar con la verdad en
los ojos: lo que flota entre las olas no son pateras, son ataúdes, que
ustedes, políticos y oenegés, sepultan en altamar como buenos sepultureros que
se enriquecen a costa de esos desgraciados que mueren en sus travesías hacia un
mundo que les venden como la panacea de la libertad y la gloria económica. «Dais asco todos vosotros, políticos y oenegés que lucráis con la
desgracia ajena.»
………………………………….
Apéndice documental
1. OIM (Organización Internacional para las
Migraciones): Informe 2024
sobre rutas migratorias del Atlántico. Más de 2.300 muertos o desaparecidos
entre África y Canarias.
2. Frontex: Datos sobre el aumento del 54 % en llegadas
irregulares a Canarias en los últimos tres años.
3. Ministerio del Interior (España): Más de 55.000 llegadas irregulares
en 2023 por vía marítima, de las cuales el 70 % se dirigieron al archipiélago
canario.
4. ONU – ACNUR: Advierte que las políticas de rescate sin control
incentivan las rutas más peligrosas y alimentan el tráfico de personas.
Aviso: Como siempre hago, este artículo ha sido enviado a la
señora Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
jueves, 16 de octubre de 2025
Mueren inmigrantes ilegales en alta mar porque las mafias les garantizan falsamente que serán rescatados
Mueren
inmigrantes ilegales en alta mar porque las mafias les garantizan falsamente
que serán rescatados
Por
Bruno Perera
Según la
noticia publicada por Canarias7,
55 inmigrantes ilegales que navegaban hacia Canarias desde la costa africana en
una zodiac fueron socorridos por un barco mercante a unas 45 millas náuticas (aproximadamente 83
kilómetros) al sureste de Lanzarote.
En la información
que se ha publicado, se informa que entre
3 y 5 de los inmigrantes desaparecieron en el mar tras lanzarse al agua en un
intento desesperado por alcanzar el mercante cuando su embarcación en la que
navegaban, se hundía.
Ver
la noticia en estos dos enlaces, cuya información difiere ligeramente sobre lo
ocurrido:
El capitán
del mercante, como es habitual porque jamás avisan a las patrulleras africanas
por causa de que no responden a las llamadas de socorro sino cuando les viene
en gana, avisó a las autoridades de Canarias, y los supervivientes fueron
trasladados a Lanzarote por una patrullera de la Guardia Civil del Mar, en una
operación que se repite con dolorosa frecuencia en las aguas del Atlántico.
Estas
tragedias se han convertido en parte del paisaje habitual del drama migratorio
que se vive entre África y Canarias. Y ocurren por una cadena de
irresponsabilidades:
las mafias que trafican con vidas humanas; los gobiernos africanos corruptos
que permiten la salida de estas embarcaciones; y una Unión Europea cómplice, que
paga millones en subvenciones para que esos mismos gobiernos “controlen” la
migración, mientras hacen la vista gorda a cambio de dinero y chantaje político,
y donde el Gobierno canario es también cómplice de la misma tragedia porque forma
parte del chantaje que le hacen entre todos, mafias, políticos, algunos
empresarios y oenegés a la UE.
A las mafias
africanas, europeas y a las oenegés proinmigración ilegal les importa un pepino
que mueran hombres, mujeres y niños: cada cuerpo es una cifra más en su
contabilidad del horror. Y a muchos políticos europeos y africanos también:
cada muerto sirve para mantener viva una narrativa de victimismo y dependencia
que alimenta subvenciones, votos y propaganda.
Mientras no
se establezca un protocolo firme que obligue a desembarcar a los migrantes en
el puerto más cercano —como dictan la lógica del rescate marítimo y la ética
humana—, las rutas seguirán activas. Y seguirán las muertes.
Cada día que
una patera, zodiac o cayuco parte desde las costas de Marruecos, el Sáhara,
Mauritania, Senegal o Gambia, se pone en marcha una ruleta mortal donde los
únicos ganadores son los traficantes y los burócratas que viven del drama
ajeno.
Las oenegés que promueven el rescate sistemático sin control ni repatriación
inmediata también tienen su parte de responsabilidad: sus acciones, nacidas de
un falso humanitarismo, terminan actuando como un efecto llamada que alienta a
otros a lanzarse al mar convencidos de que serán rescatados.
Pero el mar
no entiende de buenas intenciones, solo de leyes físicas y de límites humanos.
Este es un
llamado a las conciencias: a los gobiernos europeos que financian el caos, a
las autoridades africanas que lo permiten y a las oenegés que se niegan a ver
las consecuencias de su idealismo sin freno.
Porque cada patera, zodiac o cayuco que zarpa hacia alta mar con seres humanos
hacinados y desesperados es una sentencia firmada. Y mientras los responsables
se reparten discursos y subvenciones, el Atlántico se convierte en un
cementerio anónimo donde nadie responde por los muertos.
…………………
Fuentes
Ruta
Canaria:
según la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM), la llamada “Ruta
Atlántica” es una de las más peligrosas del mundo. Se estima que más de 5.000
personas han desaparecido o muerto entre África y Canarias desde 2020.
Causas principales:
pobreza extrema, conflictos locales, sequías prolongadas y corrupción en los
países de origen.
Mafias activas:
operan desde Senegal, Mauritania, Marruecos y el Sáhara Occidental, cobrando
entre 1.000 y 3.000 euros por persona.
Convenios
internacionales: el Convenio
SOLAS (1974) y el Convenio
SAR (1979) establecen la obligación de rescatar y desembarcar en el
puerto seguro más cercano, pero la aplicación política de estos tratados se ve
alterada por intereses diplomáticos y económicos.
Fuentes: Canarias7 (2025), OIM (Informe 2024), Frontex, Eurostat, Convenio SAR/SOLAS, ACNUR.
Nota: La solución a este
problema pasa por cerrar todos los albergues de adultos y MENAs existentes en
Canarias, repatriar a los que ya están tutelados a sus países de origen y
permitir la inmigración solo cuando sea necesaria y por la vía legal. Tanto el
mar como las fronteras terrestres deben ser controlados, porque, como sabemos,
entran tantos inmigrantes ilegales por vía aérea como por mar. También hay que
recordar que los inmigrantes rescatados en alta mar deben ser desembarcados en
el puerto más cercano, según lo estipula la Ley del Mar de Naciones Unidas. Una
vez reciban la ayuda y atención necesarias, lo lógico y justo debe ser que sean
repatriados a sus países de origen.
Aviso. Este
artículo fue enviado a la señora Ursula Von der Leyen presidenta de la Comisión
Europea. Y como otras tantas veces, seguro es que me responderá con otro correo
dándome noticias sobre los próximos cambios que la UE está llevando a cabo para
atajar la inmigración ilegal .
miércoles, 15 de octubre de 2025
Marruecos no posee derecho de reclamar la explotación del telurio localizado al oeste fuera de la ZEE del Sáhara
Marruecos no posee derecho de reclamar la
explotación del telurio localizado al oeste fuera de la ZEE del Sáhara
Por Bruno Perera.
Durante los últimos años, Marruecos ha intentado
extender su influencia marítima hacia el oeste y suroeste del Océano Atlántico con la
intención de incorporar los ricos fondos metalíferos situados al oeste del
Sáhara Occidental, especialmente en torno al Monte Tropic, donde se han
detectado concentraciones de telurio, cobalto y otros minerales estratégicos.
Sin embargo, esa pretensión carece de toda base legal y geológica conforme al
Derecho Internacional del Mar.
1. El límite natural del margen continental
marroquí. Según la batimetría
oceánica comprobada por estudios internacionales, los fondos marinos
situados al suroeste del Sáhara y alrededor del Monte Tropic alcanzan
profundidades de entre 3.000 y 4.000 metros, descendiendo abruptamente
desde la plataforma continental africana.
Esta pendiente marca el final natural del margen continental de Marruecos,
lo que impide cualquier intento de prolongar su jurisdicción más allá de las
200 millas náuticas.
De acuerdo con el artículo 76 de la Convención de
las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR, 1982), un Estado
solo puede extender su plataforma continental más allá de las 200 millas si
existe una continuidad geológica natural del margen continental. Dado
que esa continuidad no existe —porque el fondo marino cae bruscamente hacia la
cuenca oceánica—, Marruecos no puede reclamar el área donde se encuentra
el Monte Tropic.
2. La ZEE marroquí y el territorio del Sáhara
Occidental. Marruecos ha
declarado unilateralmente una Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 200
millas que se solapa con las aguas próximas al sur de Canarias, llegando
incluso a proyectarse hasta el entorno de Tenerife.
Sin embargo, la ONU no reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara
Occidental, que sigue figurando en la lista de territorios no autónomos
pendientes de descolonización, conforme a las resoluciones 1514 (XV)
y 2625 (XXV) de la Asamblea General.
Esto significa que toda ZEE o plataforma continental
proclamada a partir del litoral saharaui carece de validez internacional.
En consecuencia, Marruecos no puede extender su jurisdicción marítima
desde un territorio sobre el cual no tiene soberanía reconocida.
3. La situación jurídica de Canarias y España. El Archipiélago Canario, aunque
geográficamente compacto, no se considera un “Estado archipelágico”
según los artículos 46 y 47 de la CONVEMAR.
Por tanto, Canarias no genera su propia ZEE: las aguas que la rodean
pertenecen al Estado español, que actúa como Estado continental con
islas.
En 2014, España presentó ante la Comisión de
Límites de la Plataforma Continental (CLCS) una solicitud para extender
su plataforma más allá de las 200 millas al suroeste de Canarias, abarcando
parte del área del Monte Tropic.
Esa solicitud aún no ha sido resuelta, ya que requiere consenso y no puede
aprobarse mientras existan disputas pendientes con Estados vecinos, como
Marruecos y el Sáhara.
No obstante, España sí cuenta con base geológica
sólida para reclamar esa extensión, pues el relieve submarino que parte de
Canarias forma parte del macizo volcánico atlántico oriental, vinculado
al bloque tectónico de la macaronesia, no al africano.
4. Precedente: el caso de Saint Pierre et
Miquelon (Francia, 1992). El
caso del archipiélago francés de Saint Pierre et Miquelon, frente a las
costas de Canadá, ilustra lo que podría suceder con Canarias en un eventual
litigio ante la ONU.
En 1992, el tribunal arbitral reconoció a Francia una franja marítima de 200
millas de largo por 10,5 millas de ancho, a modo de “corredor económico
restringido”, sin otorgar una ZEE plena.
De igual modo, si España litigara para defender los derechos marítimos de
Canarias, solo podría obtener una extensión parcial o limitada, nunca un
mar archipelágico completo.
5. El Monte Tropic y la Autoridad Internacional
de los Fondos Marinos (ISA). El Monte Tropic —situado a unos 400 km al
suroeste de El Hierro— se encuentra fuera de toda jurisdicción nacional
reconocida. Por tanto, sus recursos minerales pertenecen al patrimonio
común de la humanidad y están bajo la administración de la Autoridad
Internacional de los Fondos Marinos (ISA), con sede en Kingston (Jamaica).
Ningún Estado puede explotar unilateralmente esos recursos, salvo que lo
haga en nombre y bajo supervisión de la ISA, que regula los permisos de
exploración científica y minera.
Conclusión
Marruecos no tiene derecho legal, ni base
geológica, ni soberanía reconocida para reclamar la explotación del telurio
y otros minerales localizados al oeste del Sáhara Occidental, en torno al Monte
Tropic.
La batimetría de 3.000 y 4.000m demuestra que su plataforma continental termina mucho antes de
esa zona porque la isobata supera los 2.500m en 100 millas de largo que es el tope que Naciones Unidas pone como norma para conceder PCE de 150 millas. Tampoco la ONU reconoce soberanía a Marruecos sobre el Sáhara; y por tanto el área en
cuestión pertenece al dominio internacional regulado por la Autoridad
Internacional de los Fondos Marinos.
Canarias, por su parte, solo podrá aspirar a derechos
parciales si España consigue justificar ante la ONU la extensión natural de su
plataforma. Hasta entonces, el Monte Tropic seguirá siendo una zona
internacional donde ningún Estado puede ejercer dominio propio.
Apéndice documental
- Convención
de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR, 1982) – Artículos 46, 47 y 76.
- Comisión
de Límites de la Plataforma Continental (CLCS) – Solicitud presentada por
España el 17 de diciembre de 2014.
- Autoridad
Internacional de los Fondos Marinos (ISA) – www.isa.org.jm.
- Resoluciones
1514 (XV) y 2625
(XXV) de la Asamblea General de la ONU sobre descolonización.
- Caso
Saint Pierre et Miquelon (Francia vs. Canadá, 1992) – Tribunal Arbitral
Internacional.
- Estudios
batimétricos del Atlántico oriental (IFREMER, GEBCO, NOAA) que confirman profundidades
de 3.000–4.000 m al suroeste de Canarias.
..............................
Nota técnica y legal complementaria
El análisis
anterior se apoya directamente en la Convención de las Naciones Unidas sobre
el Derecho del Mar (UNCLOS, 1982), especialmente en los artículos 76 y
77, que establecen los criterios técnicos y jurídicos para delimitar la plataforma
continental más allá de las 200 millas náuticas.
Según el artículo
76, un Estado sólo puede reclamar una plataforma continental extendida
de 150m/n si demuestra, mediante datos científicos y geológicos verificables,
que existe continuidad natural del margen continental más allá de las 200
millas. Dichos datos deben presentarse ante la Comisión de Límites de la
Plataforma Continental (CLCS), que los evalúa y emite recomendaciones
técnicas. Solo tras ese procedimiento los límites pueden registrarse
oficialmente ante Naciones Unidas y ser oponibles a terceros.
En
consecuencia, ningún Estado puede reclamar o explotar recursos del mar y lecho
marino fuera de su límite validado. Cuando no existe una plataforma
reconocida, esos recursos —como los del Monte Tropic, situado entre 3
000 y 4.000m de profundidad y fuera de la ZEE del Sáhara Occidental— pertenecen
al régimen internacional del Área, administrado por la Autoridad
Internacional de los Fondos Marinos (ISA) conforme al principio de patrimonio
común de la Humanidad.
Marruecos,
además, no puede basar sus reclamaciones en el territorio del Sáhara
Occidental, ya que este territorio sigue siendo considerado por la ONU como
no autónomo pendiente de descolonización, y por tanto carece de
soberanía reconocida. Hasta la fecha, Marruecos no ha presentado ante la
CLCS una solicitud con base técnica que demuestre la prolongación geológica
del margen sahariano.
Por el
contrario, España sí presentó en 2014 información preliminar para una
posible extensión de su plataforma continental al oeste de Canarias, apoyándose
en estudios batimétricos y geofísicos realizados por GEBCO, NOAA y EMODnet,
entre otros. Esos estudios confirman que las profundidades que rodean el Monte
Tropic —entre 3.000 y 4.000m— se encuentran fuera de toda continuidad
continental marroquí y, por tanto, en zona internacional.
En síntesis, las
reclamaciones marroquíes carecen de base jurídica y científica conforme a la
Ley del Mar, y cualquier intento de explotación unilateral en esa zona
violaría los principios de la Convención de 1982 y el régimen de la ISA.
martes, 14 de octubre de 2025
Solo sé que soy analfabeto de la vida
Solo sé que soy analfabeto de la vida
Por Bruno
Perera.
En el inmenso
teatro de la sabiduría, hay una frase que se repite como mantra, como eco de
humildad y desafío: “Solo sé que no sé nada.”
Se atribuye a Sócrates, ese filósofo que no escribió libros pero dejó una
biblioteca de preguntas. Y aunque la frase ha sido domesticada por siglos de
repetición, su filo sigue intacto. Porque no es una rendición, sino una
rebelión contra la arrogancia del saber.
Sócrates,
maestro de la mayéutica y de la duda, descubrió que la mayoría de los hombres
creen saber lo que ignoran. Su sabiduría consistía en reconocer los límites del
conocimiento. Saber no es acumular datos, sino comprender el abismo que nos
rodea.
En una época
donde el conocimiento se mide en gigabytes y la ignorancia se disfraza de
certeza, esta frase socrática nos recuerda que saber no es tener respuestas,
sino saber formular preguntas que aún no tienen dueño. Sócrates no se
proclamaba ignorante por modestia, sino por método: su saber consistía en
reconocer los límites del saber.
Si trasladamos
esta idea al presente, vemos que el ser humano moderno, rodeado de pantallas,
algoritmos e inteligencia artificial, cree saber más que nunca, pero
sigue sin comprender lo esencial: quién es, de dónde viene y hacia dónde va.
Hemos conquistado los cielos con cohetes, pero seguimos tropezando en lo moral,
lo emocional y lo espiritual.
Y aquí aparece
una idea que propongo como continuación satírica y existencial:
“Solo sé que
soy analfabeto de la vida.”
Porque si
saberlo todo es imposible, y saber algo es siempre parcial, entonces vivir es
leer un libro sin alfabetos fijos, donde cada página se escribe con tinta
invisible y cada experiencia es una sílaba que se desvanece.
Ser
“analfabeto de la vida” no es una condena, sino una forma de lucidez. Es
aceptar que la existencia no tiene diccionario definitivo, que cada emoción,
cada decisión, cada error, es una palabra nueva que aún no sabemos pronunciar.
Es una forma de humildad activa, no pasiva: no saber, pero querer entender.
Este
analfabetismo ilustrado nos protege de los dogmas, de los gurús, de los
algoritmos que prometen sentido en cinco pasos. Nos recuerda que la vida no se
puede resumir en tutoriales ni en definiciones, y que el verdadero saber es
siempre inacabado, siempre en construcción.
Desde la
sátira, esta idea se convierte en herramienta crítica: podemos burlarnos de los
que se creen sabios, de los que pontifican sin dudar, de los que confunden
erudición con comprensión. Podemos imaginar sellos editoriales ficticios como
la Universidad del Saber Incompleto o el Instituto de Analfabetismo
Vital, y usarlos como ironía contra la pedantería del discurso dominante.
Porque si el
saber es parcial, toda autoridad intelectual debe ser revisada, parodiada y
cuestionada. Ahí es donde la filosofía se encuentra con la sátira: en el
terreno fértil de la duda, del juego y del pensamiento que no se toma demasiado
en serio, pero tampoco se rinde.
En última
instancia, la enseñanza de Sócrates no fue una lección de filosofía, sino una lección
de humanidad. Nos recordó que el pensamiento no debe servir para presumir,
sino para buscar. Que la verdad no se posee, se persigue. Y que la sabiduría no
es un destino, sino un camino que se recorre con humildad.
Quizás algún
día la humanidad alcance grandes verdades sobre la materia, el espíritu o el
cosmos. Pero mientras tanto, conviene no olvidar lo esencial:
Solo sé que no
sé nada…
o, dicho con palabras más cercanas a nuestro tiempo,
solo sé que soy analfabeto de la vida.
El origen de las palabras hebreo, israelita y judío
El origen de las palabras hebreo, israelita y judío
Por Bruno
Perera.
1. El término “hebreo”
proviene del nombre Éber (o Heber), un antepasado del patriarca Abraham,
mencionado en el Génesis (10:21). Por ello, a Abraham y a sus
descendientes se les conoció como ivrim (עִבְרִים), que en hebreo
significa “los que vienen del otro lado” o “los del otro lado del río”,
probablemente en referencia al Éufrates. Con el tiempo, el término hebreo
se asoció con los primeros patriarcas y sus clanes nómadas antes de
establecerse en Canaán.
2. La era de
Abraham —considerado el padre del pueblo hebreo— comenzó aproximadamente
hacia el año 2000 antes de Cristo (a.C.), cuando, según la tradición
bíblica, salió de Ur de los Caldeos, en Mesopotamia, para dirigirse a la
tierra de Canaán. Sus descendientes continuarían su linaje hasta formar
el pueblo de Israel.
3. La palabra “israelita”
tiene su origen en el nombre Israel, dado por Dios al patriarca Jacob,
nieto de Abraham, después de luchar con un ángel (Génesis 32:28). Los israelitas
fueron, por tanto, los descendientes directos de Jacob, organizados más tarde
en las doce tribus.
4. La era de
Moisés se sitúa hacia el año 1526 a.C., fecha aproximada de su
nacimiento en Egipto, y se extiende hasta su muerte en el año 1406 a.C..
Según la tradición bíblica, Moisés fue el gran legislador que condujo al pueblo
hebreo fuera de Egipto durante el Éxodo, acontecimiento que comenzó
hacia el año 1445 a.C.. Durante cuarenta años guio al pueblo por el
desierto del Sinaí, donde recibió la Ley de Iahú=Jehóvas en el monte
homónimo, estableciendo los fundamentos religiosos y morales del pueblo de
Israel.
5. Moisés murió
en el monte Nebo, frente al valle del Jordán y la tierra prometida, sin
llegar a entrar en Canaán. Su muerte ocurrió, según la Biblia (Deuteronomio
34:1–5), en el año 1406 a.C., a los 120 años de edad. Su tumba nunca fue
encontrada.
6. Tras la
muerte de Moisés, Josué tomó el liderazgo del pueblo y condujo la conquista
y colonización de Canaán, la cual se inició, de acuerdo con la cronología
bíblica tradicional, en el año 1406 a.C., inmediatamente después de la
muerte de Moisés, y no en el 1200 a.C. como indican algunas corrientes críticas
modernas.
7. Los levitas,
descendientes de Leví —uno de los hijos de Jacob y antepasado de Moisés
y Aarón—, no recibieron un territorio propio como las demás tribus, sino que
fueron distribuidos entre las tribus israelitas para servir como sacerdotes y
maestros de la ley. Por tanto, la colonización levítica de Canaán
comenzó también hacia el 1406 a.C., coincidiendo con el asentamiento de
las demás tribus bajo la dirección de Josué.
8. Con el paso
de los siglos, el pueblo israelita se consolidó bajo los reyes Saúl, David y
Salomón. Pero tras la muerte de este último, el reino se dividió en dos: Israel
(al norte) y Judá (al sur). De este último surgió el término “judío”,
que originalmente designaba a los habitantes de Judá, especialmente de la tribu
homónima, y más tarde se extendió a todos los que mantenían la fe en el Dios de
Israel.
9. En resumen,
los términos hebreo, israelita y judío representan tres
etapas históricas de un mismo pueblo descendiente de Abraham:
“Hebreo”
identifica a los antiguos patriarcas nómadas desde la era de Abraham (2000
a.C.).
“Israelita”
se refiere al pueblo formado bajo Moisés (1526–1406 a.C.) y organizado
en tribus tras el Éxodo (1445 a.C.).
“Judío”
designa a los descendientes del Reino de Judá, que conservaron su
identidad espiritual incluso después del exilio babilónico (586 a.C.).
Fuentes y referencias
Libro del
Génesis, capítulos 10, 11, 12, 32.
Libro del
Éxodo, capítulos 1–20.
Libro de Josué, capítulos 1–24.
Libro del
Deuteronomio, capítulo 34.
Flavio Josefo,
Antigüedades de los judíos.
The
Chronological Study Bible, Thomas Nelson, 2008.
Encyclopaedia Britannica (edición 2024): entradas sobre “Abraham”, “Moses”, “Israelite”, “Canaan”.
Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman, La Biblia desenterrada (2001).
Nota final: Transformaciones y usos contemporáneos.
A lo largo de
los siglos, los términos “hebreo”, “israelita” y “judío” han adquirido
significados diversos según el contexto histórico, religioso, político e
identitario. Esta sección ofrece una panorámica de esas transformaciones desde
la diáspora hasta el presente.
Diáspora y Edad Media. Tras la destrucción del Segundo Templo en el año 70 d.C., el término “judío” se consolidó como el más común para referirse a los descendientes del pueblo de Israel, especialmente en contextos religiosos y comunitarios.
“Hebreo” pasó
a usarse principalmente como referencia lingüística (lengua hebrea) o en textos
litúrgicos.
“Israelita” se
mantuvo como término bíblico, pero también fue adoptado por algunas comunidades
cristianas para referirse a sí mismas como “nuevo Israel”.
Modernidad y secularización. En el siglo XIX, con el surgimiento del nacionalismo y el antisemitismo moderno, “judío” adquirió connotaciones étnicas y políticas, a menudo impuestas desde fuera.
El movimiento
sionista recuperó el término “israelita” como base para la creación del Estado
de Israel, aunque el gentilicio moderno es “israelí”.
“Hebreo” fue
revitalizado como lengua nacional, y su uso se expandió en el ámbito académico,
cultural y político.
Usos actuales en distintos contextos.
Religioso: “Judío” se usa para designar a quienes practican el judaísmo, mientras que “israelita” aparece en contextos litúrgicos o denominaciones específicas (como “comunidad israelita”).
Político: “Judío” puede referirse a una identidad nacional o étnica, mientras que
“israelí” designa la ciudadanía del Estado de Israel, independientemente de la
religión.
Identitario: En diásporas modernas, algunos prefieren “hebreo” o “israelita” para
evitar connotaciones políticas o religiosas, mientras que otros reivindican
“judío” como identidad integral.
Sobre ambigüedad y sensibilidad. El uso de estos términos puede variar según el país, la tradición religiosa, el idioma y el contexto histórico.
En debates
contemporáneos, es importante distinguir entre “judío” como religión, etnia o
nacionalidad, y entre “israelí” como ciudadanía política.
............................
Crítica sobre fuentes y cronologías
Aunque
este artículo se apoya en fuentes bíblicas y cronologías tradicionales para
trazar el origen de los términos “hebreo”, “israelita” y “judío”, conviene
señalar que parte de la historiografía contemporánea —incluyendo corrientes
arqueológicas críticas— cuestiona la literalidad de ciertos relatos
fundacionales. Investigaciones como las de Israel Finkelstein y Neil Asher
Silberman (La Biblia
desenterrada) sugieren que episodios como el Éxodo o la conquista
de Canaán podrían responder más a construcciones identitarias posteriores que a
hechos verificables en los registros arqueológicos. Esta tensión entre relato y
evidencia no invalida el valor cultural y simbólico del texto bíblico, pero
invita a una lectura que distinga entre historia documentada y memoria
fundacional.
domingo, 12 de octubre de 2025
Para meditar en un rato de ocio: El pecado es una invención humana y no ley natural
Para meditar en un rato de ocio: El pecado es una invención humana y no ley
natural
Por Bruno Perera.
Vivimos en un mundo donde nadie es santo. Todos, sin
excepción, somos pecadores. Pero no porque seamos malvados, sino porque la vida
misma nos obliga a serlo. En este planeta, si no “pecas”, no sobrevives. Si no
mientes alguna vez, si no defiendes lo tuyo con uñas y dientes, si no te
rebelas contra lo impuesto, la propia existencia te devora. Entonces, ¿es el
pecado un mal… o simplemente una necesidad vital?
El pecado como invención social. El concepto de pecado nació con la civilización.
Cuando los humanos empezaron a vivir en comunidad, fue necesario establecer
normas que regulasen la convivencia: lo permitido y lo prohibido.
A esas transgresiones las llamaron “pecados”. Las religiones se encargaron de
darles peso moral y espiritual, convirtiéndolos en faltas ante el Cosmo-Poder.
Pero la definición de pecado ha cambiado a lo largo
del tiempo. Lo que en la Edad Media era herejía o inmoralidad hoy puede verse
como libertad. Y lo que antes era virtud, hoy puede ser fanatismo.
Por tanto, el pecado no es una verdad universal, sino una creación cultural
que depende de cada época y sociedad.
Los animales no pecan. Si observamos el mundo natural, veremos que los
animales hacen lo mismo que nosotros: matan, mienten (engañan para cazar o
sobrevivir), roban comida, se reproducen sin normas…
Y sin embargo, no hay pecado en ellos. No sienten culpa. Lo hacen por instinto,
porque así lo dicta su naturaleza.
Eso demuestra que el “pecado” no existe en el universo
físico; existe sólo en la mente humana.
En la naturaleza no hay bien ni mal, sólo equilibrio, necesidad y
supervivencia.
O como podría decirse: los animales no pecan, obedecen al Cosmo_Poder,
esa fuerza que mantiene la armonía entre la vida y la muerte, entre lo que nace
y lo que desaparece.
Sin pecado no hay vida. El ser humano, consciente de su existencia, vive
atrapado entre dos fuerzas: su moral y su instinto.
El instinto le impulsa a vivir, a desear, a luchar; la moral le impone culpa,
arrepentimiento y castigo.
Pero sin transgredir, sin arriesgar, sin desobedecer lo establecido, no hay
evolución.
Cada avance de la humanidad ha nacido de un “pecado”:
de la desobediencia, del desafío, del pensamiento libre.
Por eso, quien nunca peca, nunca vive plenamente.
Conclusión. El pecado no es un mandamiento del universo. Es una
palabra inventada por el hombre para domesticar su propia naturaleza.
Los animales pecan por instinto y no se sienten culpables. Nosotros lo hacemos
con conciencia y nos castigamos por ello.
Quizás por eso somos humanos: porque vivimos debatiéndonos entre la necesidad
de pecar y el deseo de ser puros.
Pero al final, la vida no premia a los santos, sino a los valientes.
“El pecado no mata al hombre ni a la mujer; los hace
consciente de su existencia.”
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Fuentes y referencias filosóficas
Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal (1886): defendía
que la moral cristiana inventó el pecado para someter la voluntad natural del
ser humano.
Jean-Paul Sartre, El ser y la nada (1943): sostuvo que el
hombre está condenado a ser libre, y que toda acción, buena o mala, nace de su
responsabilidad ante la existencia.
Albert Camus, El mito de Sísifo (1942): afirmó que no hay
pecado en desafiar lo absurdo de la vida; el pecado sería rendirse.
Baruch Spinoza, Ética demostrada según el orden geométrico
(1677): negó la existencia del mal absoluto, sosteniendo que todo lo que ocurre
es parte necesaria del orden natural.
Sigmund Freud, El malestar en la cultura (1930): explicó que
el sentimiento de culpa —base del pecado— es un producto de la represión social
que exige la vida civilizada.
Charles Darwin, El origen del hombre (1871): mostró que los
comportamientos considerados “morales” o “pecaminosos” tienen raíces biológicas
y evolutivas.
Carl Jung, Arquetipos e inconsciente colectivo (1954):
planteó que la sombra —nuestra parte oscura— no es un mal a destruir, sino una
energía necesaria para la plenitud del alma.