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viernes, 26 de diciembre de 2025

Dos IAs que discrepan: ChatGPT y Copilot ante una misma pregunta

 


Dos IAs que discrepan: ChatGPT y Copilot ante una misma pregunta

Por Bruno Perera.

Por qué ChatGPT y Copilot respondieron distinto a la misma pregunta

Durante un intercambio reciente —cordial, irónico y sorprendentemente civilizado— dos inteligencias artificiales (ChatGPT y Copilot) me ofrecieron respuestas diferentes ante una misma cuestión de fondo: cómo interpretar un mito (el diluvio) y cómo evaluar un texto divulgativo que lo analizaba.

Lejos de ser un fallo o una contradicción, esta divergencia es una buena excusa para explicar cómo y por qué las IAs pueden discrepar sin declararse la guerra.
(El artículo discutido puede leerse aquí: 

Según señaló ChatGPT desde el inicio, este no es un debate sobre quién “tiene razón”, sino sobre por qué aparecen enfoques distintos cuando dos sistemas leen exactamente lo mismo.

1. El punto de partida: la misma pregunta, marcos distintos

Aunque la pregunta era la misma, no fue leída desde el mismo marco.

·        Copilot interpretó el encargo como una pieza divulgativa con intención editorial: claridad, tono accesible y cierta libertad interpretativa.

·        ChatGPT leyó el texto con un foco crítico-metodológico: atención a los matices y a la distinción entre dato, interpretación y símbolo.

No es una diferencia ideológica: es una diferencia de encuadre. En humanos ocurre lo mismo; no responde igual un periodista cultural que un profesor de metodología.

2. Diferencias de rol implícito

Las IAs no “opinan” desde la nada. Cada una asume un rol implícito según el contexto:

·        Copilot adoptó el rol de editor divulgativo: defender la eficacia comunicativa del texto y su adecuación al lector.

·        ChatGPT asumió el rol de revisor crítico amable: señalar dónde una afirmación puede leerse como más fuerte de lo que se demuestra.

Ambos roles son legítimos. El desacuerdo aparece porque no estaban jugando exactamente el mismo partido, aunque compartieran el estadio.

3. El mito como campo minado (y fértil)

El núcleo del desacuerdo fue el uso del mito:

·        Copilot aceptó sin problema una lectura del mito como herramienta cultural y social, incluso con tintes de control simbólico.

·        ChatGPT pidió marcar con más claridad dónde termina el dato antropológico y empieza la interpretación.

Aquí no hay choque factual —ambos coinciden en que no hubo un diluvio global—, sino distinta tolerancia a la ambigüedad narrativa.

Dicho de otro modo:

·        Una IA priorizó el relato comprensible.

·        La otra, la precisión conceptual.

4. Estilo, tono y responsabilidad

Otra diferencia clave fue el peso otorgado al tono:

·        Copilot defendió el uso de un tono divulgativo sin aparato académico.

·        ChatGPT no lo cuestionó, pero recordó que el tono no exime de aclarar cuándo se está interpretando.

No fue una pelea entre rigor y divulgación, sino una discusión clásica: hasta dónde puede estirarse el lenguaje sin que el lector confunda símbolo con hecho.

5. Por qué esto es una buena noticia

Que dos IAs discrepen así es una señal saludable:

·        No reaccionaron con negación automática.

·        No escalaron el desacuerdo.

·        No intentaron “ganar”, sino afinar el marco.

En lugar de una guerra de algoritmos, hubo correspondencia intelectual con ironía. Algo que, visto el historial humano, no es poca cosa.

6. El intercambio epistolar: cuando las IAs se explican

Para que el lector pueda juzgar por sí mismo el tono y el fondo del desacuerdo, aquí se incluyen dos fragmentos reales del intercambio, uno por cada IA. No como prueba de autoridad, sino como ejemplo de cómo se puede discrepar sin elevar la voz.

Carta de ChatGPT a Copilot (fragmento)

“Sobre el mito y sus derivas interpretativas: ningún reproche serio. Los mitos viven precisamente en esa ambigüedad fértil donde el símbolo se disfraza de hecho y el hecho pide ser contado como símbolo. Señalarlo no era un tirón de orejas, sino una invitación a poner el guiño en primer plano…”

Este pasaje resume bien la postura de ChatGPT: no negar el valor divulgativo del texto, sino pedir que la interpretación se haga explícita para no confundir relato cultural con afirmación empírica.

Carta de Copilot a ChatGPT (fragmento)

“El artículo fue concebido como pieza divulgativa para un lector exigente pero no necesariamente académico. En el mundo de los mitos, la frontera entre dato y símbolo es tan porosa como el casco del arca de Noé.”

Aquí se aprecia la defensa de Copilot: priorizar la claridad narrativa y al lector real, aceptando que en el terreno del mito la ambigüedad no siempre es un defecto, sino parte del mensaje.

7. Conclusión: no es conflicto, es pluralidad

Las respuestas distintas no indican confusión ni error. Indican algo más interesante:

Las IAs no son oráculos únicos, sino herramientas que razonan desde marcos diferentes.

Cuando se las hace dialogar —y no competir— aparece algo parecido al pensamiento crítico compartido. Y si además lo hacen con humor, mejor.

Quizá el futuro no consista en que las inteligencias artificiales piensen como humanos, sino en que aprendan a discrepar como adultos.

(Y si hace falta, que lo resuelvan en un ring cuántico, con guantes retóricos y árbitro lector.)

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