La
desgracia de Canarias desde hace tres décadas: la inmigración ilegal
Por Bruno Perera.
Desde
hace algo más de 30 años, Canarias se ha convertido en el puerto de entrada de
la inmigración ilegal hacia Europa, con la complicidad de políticos cobardes, oenegés
bien financiadas y mafias que se lucran del sufrimiento humano. Lo que comenzó
en los años noventa con unas pocas pateras, hoy es un negocio multimillonario
que destroza nuestras islas, arruina nuestros servicios públicos-sociales y
amenaza nuestra identidad.
1.
La explosión migratoria en cifras
Los
datos oficiales no dejan lugar a dudas:
1.
En
2014 llegaron apenas 296
inmigrantes ilegales a Canarias.
2.
En
2023 fueron 39.910,
un aumento del 13.000 %
en diez años.
3.
En
2024 se alcanzó un récord
histórico de 46.843 llegadas, un 17,4 % más que el año
anterior.
4.
En
el conjunto de España entraron 63.970
inmigrantes irregulares en 2024, tres de cada cuatro por
Canarias.
Y
mientras tanto, varios
miles han muerto en el Atlántico, convertida la ruta marítima canaria
en una de las más peligrosas del planeta.
¿Y
quién se beneficia de este drama?
·
Mafias
que cobran hasta 500 o 1.000
euros por plaza en cayuco.
·
Oenegés
que reciben subvenciones
millonarias para “rescatar” y alojar.
·
Políticos
que chantajean a la Unión Europea con la amenaza migratoria para seguir
cobrando fondos.
2.
La gran estafa de la pandemia
Durante
la crisis del Covid-19, el engaño alcanzó su punto máximo:
1.
Se
permitió la llegada de decenas
de miles de inmigrantes bajo la excusa de que “las fronteras
africanas estaban cerradas” y no podían devolverse.
2.
Mientras
a los españoles se les confinaba en casa, había vuelos regulares desde y hacia
África.
3.
En
Canarias los inmigrantes fueron alojados en hoteles y apartamentos con todo incluido,
pagado a costa de los contribuyentes españoles y europeos.
Un
paraíso vacacional
gratis mientras el pueblo sufría paro, restricciones y ruina
económica.
3.
Consecuencias sociales y culturales
La
inmigración ilegal no es solo una cifra:
1.
Satura hospitales y servicios sociales que ya están al
límite.
2.
Colapsa los centros de menores, donde miles de
jóvenes extranjeros viven sin control real ni disciplina.
3.
Aumenta la inseguridad: robos, peleas y
delitos violentos han crecido en zonas donde se concentran estos colectivos.
4.
Destruye nuestras costumbres y tradiciones, imponiendo una
convivencia forzada en barrios que cambian de un día para otro.
Lo
que ocurre en Canarias es un laboratorio
de ingeniería social: primero se llenan las islas, luego se
reparten inmigrantes a la Península, y después se normaliza el discurso de que
España debe aceptar ilimitadamente a todos los que vengan de África.
4.
La hipocresía europea
La
Unión Europea es cómplice de esta tragedia:
1.
Paga las facturas sin exigir
responsabilidades.
2.
Mira
hacia otro lado cuando Francia
y Alemania devuelven inmigrantes a España.
3.
Finge
que esto es un problema local de Canarias, cuando en realidad sabe que Marruecos y otros países vecinos usan
la inmigración como arma de chantaje político.
5.
Una política suicida
Mientras
el pueblo soporta las consecuencias, los gobiernos —tanto en Madrid como en
Canarias— siguen alimentando el efecto llamada:
1.
Leyes blandas que impiden
repatriaciones rápidas.
2.
Oenegés que operan como taxis marítimos con la excusa de los
derechos humanos.
3.
Empresarios que se frotan las manos con mano
de obra barata,
aunque eso hunda salarios y precarice el mercado laboral.
Todo
se hace en nombre de la “solidaridad”, pero en realidad es un negocio sucio que enriquece a unos
pocos y empobrece a la mayoría.
6.
Conclusión: una verdad incómoda
Canarias
lleva más de tres décadas pagando el precio de una política migratoria cobarde,
hipócrita y criminal. Con el silencio de los políticos canarios nos han
convertido en la puerta
trasera de Europa, un archipiélago que soporta una presión
insoportable mientras la clase política se dedica a discursos vacíos.
La
verdad es simple:
1.
La
inmigración ilegal no es
un derecho humano.
2.
La
acogida masiva destruye
la convivencia, la seguridad y la cultura.
3.
El
pueblo canario está
siendo sacrificado en nombre de intereses oscuros.
Si
España no pone orden de inmediato —control real de fronteras, repatriaciones
efectivas, fin del negocio de las oenegés y castigo a las mafias—, el futuro de
Canarias será la desintegración
social y cultural. Y no será por culpa de África, sino por la
traición de nuestros propios gobernantes.
Apéndice documental
1.
Ministerio
del Interior: Balance de
inmigración irregular 2023-2024.
2.
Europapress,
2 de enero de 2025: “Canarias registró en 2024 un récord histórico de 46.843
migrantes llegados de forma irregular”.
3.
EFE,
3 de enero de 2024: “Los cayucos disparan la inmigración irregular en 2023”.
4.
ABC,
27 de agosto de 2024: “De 296 a 39.910 migrantes en diez años: la ruta canaria,
un cóctel explosivo”.
5.
El
Confidencial, 2 de junio de 2025: “Interior constata una caída de las llegadas
a Canarias en mayo tras el récord de 2024”.
Nota: Espero que en futuro, no muy lejano, llegue alguien sabio y honrado a
la política canaria y ponga fin a toda esta tragedia. Los actuales políticos canarios,
sin que importe de qué partido sean, son todos unos vendepatrias. Y algunos dirán
que pregono en un desierto, pero les recuerdo que si no pregonase la situación hoy
día estaría peor.
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