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domingo, 1 de diciembre de 2024

La poca ética en la entrega de premios a la comunicación en España

 


La poca ética en la entrega de premios a la comunicación en España

Por Bruno Perera.

En el panorama político y social de España, es común observar cómo diversos partidos políticos otorgan premios y reconocimientos a periodistas, escritores, cantantes y figuras del entretenimiento que, en muchos casos, han mostrado una inclinación favorable hacia sus políticas y acciones. Esta práctica, que a primera vista puede parecer un mero gesto de gratitud, plantea serias interrogantes sobre la ética y la integridad en el ejercicio del periodismo y la comunicación en general.

El problema de la conexión entre política y medios

La relación entre los partidos políticos y los medios de comunicación no es nueva. Sin embargo, la entrega de premios a aquellos que han mantenido una postura complaciente con el poder político puede ser vista como una forma de cooptación. Este tipo de prácticas no solo socavan la independencia de los medios, sino que también distorsionan el propósito del reconocimiento. Los premios deberían celebrarse como un homenaje a la excelencia y la integridad, no como un instrumento para perpetuar un sistema de favoritismos.

Cuando los periodistas y comunicadores reciben premios por su apoyo a un partido político, se corre el riesgo de que el público perciba su trabajo como sesgado y, por ende, menos creíble. El periodismo debe ser un pilar de la democracia, actuando como un contrapeso al poder, y no un aliado de este. La falta de independencia puede llevar a una disminución en la calidad de la información y, en última instancia, a una ciudadanía menos informada y crítica.

Causas de Estas Prácticas

1. Dependencia financiera: Muchos medios de comunicación dependen de la publicidad gubernamental para su supervivencia económica. Esta dependencia puede crear un ambiente en el que la crítica al poder se vea limitada por el miedo a perder recursos.

2. Cultura de la adulación: A lo largo de los años, se ha desarrollado una cultura en la que la adulación y el servilismo son recompensados. Los profesionales que se alinean con las narrativas de los partidos políticos pueden ser más propensos a recibir reconocimiento, mientras que aquellos que ejercen su labor con integridad y objetividad pueden ser ignorados.

3. Falta de transparencia: Muchos de estos premios carecen de criterios claros y transparentes, lo que permite que la arbitrariedad en la selección de ganadores se convierta en norma. Esto puede dar lugar a la percepción de que los premios son más un instrumento político que un homenaje a la excelencia.

Caminos para la eliminación de malas prácticas

1. Fomentar la independencia de los medios: Es crucial fortalecer la independencia de los medios de comunicación mediante la diversificación de sus fuentes de financiación. Promover modelos de negocio que no dependan exclusivamente de la publicidad gubernamental puede ayudar a reducir la influencia política.

2. Establecer criterios claros para los premios: Las organizaciones que otorgan premios deben desarrollar criterios claros y transparentes que prioricen la calidad del trabajo y la integridad. La participación de jurados independientes puede ser una solución efectiva para evitar conflictos de interés.

3. Promover una cultura de responsabilidad: Fomentar un ambiente en el que los periodistas y comunicadores se sientan empoderados para criticar al poder sin temor a represalias es esencial. Las instituciones educativas y las asociaciones profesionales deben jugar un papel activo en la promoción de estos valores.

4. Educar al Público: La ciudadanía debe ser consciente de esta dinámica y aprender a cuestionar la información que recibe. Una audiencia crítica es fundamental para exigir estándares más altos y promover la ética en el periodismo.

Conclusión

La entrega de premios a comunicadores que favorecen a partidos políticos es una práctica que merece ser cuestionada. La ética en el periodismo y la comunicación debe prevalecer por encima de los intereses políticos. Es necesario establecer un compromiso colectivo para fomentar la independencia, la transparencia y la responsabilidad en el ámbito mediático. Solo así se podrá garantizar un sistema democrático robusto, en el que la información veraz y objetiva sea el verdadero premio a la excelencia.

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