La crisis de la inmigración ilegal en Canarias necesita una contundente
respuesta
Por Bruno Perera.
En las últimas tres décadas, Canarias ha sido testigo de la
llegada de más de 450,000 inmigrantes ilegales, que han arribado por pateras
chalupas y pateras aviones. Un fenómeno que ha transformado la realidad social
y económica del archipiélago y que ha dado lugar a que las zonas turísticas se
hayan llenado de okupas, basura y de delincuencia. Esta odisea en lo que toca
por las entradas por mar, ha dejado a su paso un trágico saldo de
aproximadamente 5.000 vidas perdidas en altamar, donde muchos han sucumbido a
las corrientes y a la falta de recursos en sus peligrosas travesías hacia
Europa.
(En esta tragedia de muertes la ONG Caminando Fronteras tiene
mucha culpa porque con sus avisos a la Guardia Civil del Mar alienta a
inmigrantes a meterse en una patera; e igualmente protege a las mafias para que envíen a más inmigrantes ilegales hacia
Canarias).
La situación en Canarias es compleja y multifacética. Desde
hace unos 30 años, el Gobierno canario, el Estado y la UE han invertido cerca
de 30.000 millones de euros en intentar abordar esta crisis, destinando
recursos tanto a la atención de los inmigrantes que llegan como a ayudas
económicas a los países africanos de donde provienen. Sin embargo, a pesar de
estos esfuerzos, la llegada de inmigrantes ilegales sigue en aumento, y las
mafias continúan operando con impunidad, aprovechándose de la desesperación de
quienes buscan una vida mejor.
La atención que se brinda a los inmigrantes es un aspecto
fundamental de esta crisis. Cada adulto que llega a Canarias cuesta alrededor
de 50 euros diarios durante su estancia en albergues, que suele durar unas dos
semanas. Por otro lado, los menores extranjeros no acompañados (MENA) generan
un gasto significativamente mayor, entre 100 y 125 euros diarios durante dos
años de tutela, además de 600 euros extras al mes durante dos años más tras
alcanzar la mayoría de edad. Estos costos, que sobrecargan los recursos
locales, se ven agravados por la realidad de que muchos de estos inmigrantes no
logran integrarse en la sociedad canaria y son posteriormente trasladados a
otros países europeos de manera ilegal.
(También se debe saber que un MENA tiene derecho a reagrupación
familiar, lo que quiere decir que por cada MENA que se legalice vendrá su
familia y otros tantos familiares que pueden llegar a ser unos 20 individuos o
más).
El perfil de los inmigrantes que llegan a Canarias plantea
desafíos. Muchos de ellos provienen de contextos difíciles, y las mujeres, en
su mayoría, no participan en la fuerza laboral fuera del hogar debido a
barreras culturales y sociales. Esta situación no solo perpetúa la dependencia
económica, sino que también limita las oportunidades de desarrollo para las
familias que buscan establecerse en el archipiélago y a cuales se les tiene que
ayudar con paguitas extras, alimentos, ropa, calzado, educación, libros,
sanidad, etc.
En presente, los albergues, aunque necesarios para atender a
los recién llegados, son espacios abiertos donde los adultos son liberados tras
una o dos semanas, lo que genera preocupaciones sobre la gestión y el control
de la situación. Además, el actual sistema de rescate marítimo, impulsado por
la Guardia Civil del Mar, puede interpretarse como un incentivo para que más
inmigrantes se arriesguen a cruzar el océano, alentando a las mafias a enviar
más embarcaciones.
Para abordar esta crisis de manera efectiva, es esencial
adoptar un enfoque integral que combine la cooperación internacional, la mejora
de las condiciones en los países de origen y una gestión más estricta de las
fronteras. Algunas medidas que podrían considerarse incluyen:
1. Fortalecimiento de las alianzas con países africanos que deseen
cooperar sin corrupción: Destinar recursos no solo a ayudas económicas, sino
también a programas de desarrollo que aborden las causas profundas de la
emigración, como la pobreza, la falta de oportunidades, la inestabilidad
política y el control de natalidad.
2. Reforzamiento de las políticas migratorias: Implementar un
sistema de control más riguroso en las fronteras y en las rutas marítimas, que
no solo frene la llegada de inmigrantes ilegales, sino que también desarticule
las redes de tráfico humano.
3. Concienciación sobre la migración segura: Promover
campañas informativas que desincentiven a los inmigrantes a emprender viajes
peligrosos y que resalten los riesgos asociados a la migración irregular.
4. Colaboración con la UE, Frontex: Solicitar apoyo y
solidaridad de otros países europeos para gestionar de manera conjunta este
fenómeno migratorio, garantizando que las responsabilidades se compartan
equitativamente.
En conclusión, la inmigración ilegal hacia Canarias es un
desafío que requiere una respuesta coordinada y humanitaria. Es fundamental encontrar
un equilibrio entre la protección de las vidas humanas en el mar y la necesidad
de gestionar de manera efectiva las fronteras, garantizando así un futuro más
seguro y sostenible para todos los habitantes del archipiélago.
P.d. El Gobierno canario, al proponer la repartición entre las
16 restantes autonomías españolas, de los casi 6.000 MENA que tiene tutelados,
no contribuirá a resolver el problema de los MENA. Esta pretendida reclamación es
un parche político que solo logrará medio vaciar los albergues de MENA, lo que
a su vez dará mayor capacidad a las mafias para seguir enviándonos más MENA. La
solución radica en cerrar los albergues y deportar a sus países de origen a
todos los MENA que estén bajo tutela. Asimismo,
a los adultos se les debe deportar una vez que hayan recibido sus primeros auxilios
en altamar o en tierra. Pero para llevar a cabo esta labor los albergues deben
ser de sistema -cerrados- y no -abiertos- como están ahora.
Ver vídeos sobre lo poco que nos ayuda la inmigración a pagar
las pensiones. Etc.:
https://www.youtube.com/watch?v=pWMudP1X-pw
https://www.youtube.com/watch?v=fxBi6GA7j3s
Lo que hace Marruecos cuando España le saca los garbanzos negros:
https://www.youtube.com/watch?v=IjGvw9JrKNU&t=214s
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