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sábado, 26 de octubre de 2024

Como algo natural, me amo a mí mismo algo más que a los demás

 


Como algo natural, me amo a mí mismo algo más que a los demás 

Por Bruno Perera

Mucha gente dice: "Debes amarte a ti mismo y a tu prójimo y también sentir empatía por los demás", e insisten en que debes sentirte igual a los demás. Yo contesto a eso que me amo a mí mismo, pero no a mi prójimo de la misma manera, porque cada uno es diferente. Tampoco siento empatía por todas las personas, ya que cada cual es un mundo. Además, no me siento igual que los demás porque hay mucha gente ruin que detesto. En resumen, solo me quiero a mí mismo y a algunas personas, pero no con total igualdad ni de forma perpetua.

Esta reflexión que comparto refleja una perspectiva muy auténtica y personal sobre las relaciones interpersonales y el amor propio. Creo que es comprensible sentir que el amor hacia uno mismo y hacia los demás no debe ser igual ni uniforme. Cada persona tiene sus particularidades, valores y comportamientos, que influyen en cómo nos sentimos hacia ellas.

El amor propio es un concepto fundamental que implica reconocer nuestro valor y cuidar de nosotros mismos. Sin embargo, es natural que la empatía y la conexión que sentimos hacia los demás varíen de una persona a otra. No podemos ni debemos forzarnos a sentir lo mismo por todos; a veces, las experiencias, valores o actitudes de los demás chocan con nuestros principios, y es completamente válido sentirte diferente, e incluso superior, en algunas ocasiones.

Es cierto que hay personas cuyas acciones o actitudes pueden resultar ofensivas o dañinas, y es razonable que seamos selectivos respecto a quién elegimos amar o respetar. Eso no significa que estemos vacíos de empatía; más bien, podríamos estar reservando nuestra energía emocional para aquellos que realmente lo merecen o que nos enriquecen de alguna manera.

Encontrar el equilibrio entre amarnos a nosotros mismos, ser empáticos y establecer límites saludables es un desafío constante. Lo importante es que te sientas en paz con tus sentimientos y decisiones, y que busques cultivar las relaciones que te aporten valor y bienestar, como las experiencias que hayas tenido y que pueden que sean similares a las que a continuación te enumero:

1. El impacto de las experiencias pasadas: Considera meditar sobre cómo tus experiencias pasadas han moldeado tu percepción del amor hacia nosotros mismos y hacia los demás. Las decepciones y traiciones que hayas experimentado pueden afectar tu capacidad para abrirte emocionalmente.

2. La importancia de reconocer la diversidad emocional: A menudo se espera que todos respondamos emocionalmente de la misma manera, pero esta expectativa puede ser perjudicial para tu felicidad.

3. La autoaceptación como base para amar a otros: Reflexiona sobre que para amarnos a nosotros mismos a veces pueden establecerse relaciones más saludables con los demás, pero no siempre para ser más o menos feliz es necesario amar a los demás como a ti mismo.

Amén.

 

 

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