Rafael Correa, ex presidente del Gobierno de Ecuador, exigió a Kinema, la cooperativa de Podemos, firmar una cláusula de confidencialidad para que los pagos que estaban recibiendo desde la Embajada del país andino en España quedaran bajo el más estricto de los secretismos. Una orden que fue ejecutada por los entonces embajadores Aminta Buenaño y Miguel Calahorrano, ambos correístas, y aceptada por la entidad vinculada al partido fundado por Pablo Iglesias.
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