La realidad de la vivienda en Canarias: Un llamado a la reflexión
Por Bruno Perera.
Yo, como pensionista con una paga mensual media, si no tuviera
un hogar donde vivir, me encontraría en una encrucijada difícil de soportar.
Como nativo canario, no podría imaginarme en una situación tan desesperada,
pero si llegara a tal momentum, buscaría un rincón en la costa o en las
montañas de Canarias. No para okupar, no para robar la propiedad de otro, sino
para encontrar un espacio donde construir un hogar, un refugio en medio de la
belleza natural que nos rodea y que nos pertenece a todos los nativos por el
hecho de ser los dueños originales de los territorios canarios.
La realidad de la vivienda en Canarias es compleja y
dolorosa. En Lanzarote y en el resto del archipiélago, hay numerosas
construcciones en terrenos que pertenecen al Departamento de Costas, donde
tanto nativos como extranjeros han erigido sus hogares. Estas edificaciones,
aunque ilegales según las normas impuestas por los colonos, son testimonio de
una necesidad urgente: la búsqueda de un lugar donde vivir. A su vez, miles de
personas residen en caravanas, aparcadas en lugares cercanos a playas o costas
de riscos, afirmando que no tienen otra opción debido a los exorbitantes
precios de los alquileres y la compra de vivienda.
Los precios actuales son desorbitados. Con alquileres que
oscilan entre 800 y 1.300 euros y más dependiendo dónde, por espacios que no
siempre superan los 70 u 80 m², y por ello es comprensible que muchos se
sientan atrapados en un sistema que parece haber olvidado a sus ciudadanos. Sin
embargo, es crucial distinguir entre quienes luchan por un hogar y aquellos
que, por pereza o delincuencia, eligen okupar la propiedad de otros. Esta
distinción es fundamental para abordar el problema de manera justa y efectiva.
Las causas de la crisis de vivienda en Canarias son múltiples
y complejas. El auge del turismo ha llevado a la construcción masiva de
hoteles, apartamentos y viviendas vacacionales, lo que ha saturado el mercado
inmobiliario. Además, la llegada de inmigrantes, tanto legales como ilegales,
ha exacerbado la situación, generando una presión adicional sobre los recursos
y servicios públicos. Esta saturación no solo afecta a los precios de la
vivienda, sino que también agota los servicios sociales, dejando a miles de nativos y residentes legales en una situación precaria.
1. Ver estadísticas de personas sin hogar en España:
https://www.eldiario.es/sociedad/numero-personas-hogar-espana-sube-25-diez-anos_1_9635816.html
2. Ver estadísticas de okupaciones en Canarias y en toda
España:
https://www.epdata.es/datos/denuncias-okupacion-graficos/560
Nota. Se debe tener en cuenta que estas estadísticas no reflejan
la realidad de la falta de vivienda y las okupaciones. La cruda verdad es
superior.
Es urgente implementar un sistema social que aborde estas
problemáticas de manera integral. La construcción de más hoteles, apartamentos y viviendas vacacionales debe ser controlada y regulada, priorizando la creación de viviendas públicas y
sociales que garanticen un hogar digno para todos los nativos y residentes
legales.
Asimismo, es necesario establecer un control riguroso sobre
la inmigración, tanto legal como ilegal, para asegurar que los recursos de las
islas se distribuyan de manera equitativa y sostenible entre los nativos y
residentes legales.
La solución no es sencilla, pero es imprescindible. Solo a
través de un enfoque equilibrado y humano podremos encontrar un camino hacia un
futuro donde cada canario nativo o residente legal tenga acceso a un hogar
digno y asequible.
La construcción de un sistema social sólido y la regulación
del mercado inmobiliario son pasos necesarios para garantizar que, en lugar de
okupar, todos podamos vivir en paz y armonía en nuestra tierra.
La belleza de Canarias no solo reside en sus paisajes, sino
también en su gente. Es hora de que trabajemos juntos para construir un futuro
donde cada uno de nosotros pueda encontrar su lugar en estas maravillosas islas.
Final. Para poder lograr un sistema de vivienda digna y
pública, urge que se cierren todos los albergues de inmigrantes ilegales de
adultos y MENAs y que se habilite la deportación en caliente. Sin estos últimos
requisitos siempre estaremos dentro de un sistema de okupaciones y falta de
vivienda digna y a precios razonables.
Ver artículo sobre el problema de la vivienda en Canarias:
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