El caos del tráfico rodado en Lanzarote: Un llamado a la conciencia
vial
Por Bruno Perera
Cada día, al salir con mi coche por las carreteras de
Lanzarote, me enfrento a una realidad que se ha vuelto cada vez más
preocupante: el desorden en el tráfico rodado. La proliferación de patinetas,
triciclos, bicicletas y motocicletas ha transformado nuestras vías en un
auténtico laberinto de riesgos y desafíos para los conductores.
Uno de los aspectos más alarmantes es la manera en que estos
vehículos de dos y tres ruedas se mueven por las carreteras. No es raro ver a
ciclistas y motoristas adelantando por la derecha, una maniobra que no solo es
peligrosa, sino que también infringe las normas de tráfico. Esta falta de
respeto por las reglas básicas de circulación genera una sensación de
inseguridad entre los conductores de automóviles, quienes deben estar
constantemente alerta para evitar accidentes.
Las rotondas, que deberían ser espacios de fluidez y orden,
se han convertido en puntos críticos de conflicto. En lugar de seguir el
protocolo de salir por el carril más próximo a la salida, muchos ciclistas y
motociclistas se cruzan entre los automóviles, creando situaciones de riesgo
que podrían evitarse con un poco de atención y respeto por las normas de
circulación.
Pero el problema no se limita a los vehículos de dos y tres ruedas.
Los peatones también juegan un papel crucial en este caos vial. Es alarmante
observar cómo muchos de ellos cruzan los pasos de cebra sin mirar, confiando
ciegamente en que los conductores los verán. Algunos incluso lo hacen hablando
por teléfono, completamente ajenos al peligro que corren. Esta falta de
precaución no solo pone en riesgo su propia vida, sino también la de los
conductores que, a menudo, se ven obligados a frenar de manera brusca para
evitar un accidente.
Es fundamental que todos los usuarios de la vía, ya sean
conductores, ciclistas o peatones, asuman la responsabilidad de respetar las
normas de tráfico. La educación vial debe ser una prioridad, no solo para los
nuevos conductores, sino también para aquellos que utilizan vehículos no
motorizados y para los peatones. La seguridad en nuestras carreteras depende de
la colaboración y el respeto mutuo entre todos.
En conclusión, el tráfico en Lanzarote se ha convertido en un verdadero desafío que requiere atención y acción. Es hora de que todos tomemos conciencia de nuestra responsabilidad en la carretera y trabajemos juntos para crear un entorno más seguro para todos. La vida de cada uno de nosotros está en juego, y es fundamental que actuemos con prudencia y respeto en nuestras vías. También se debe pensar que Lanzarote necesita un control de automóviles de alquiler y una moratoria turística para poder mantener el tráfico rodado en un número que no sobrepase demasiado los automóviles habidos.
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