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lunes, 16 de diciembre de 2024

El tiempo astral es un viaje entre memoria, presente y futuro

 


El tiempo astral es un viaje entre memoria, presente y futuro 

Por Bruno Perera.

La concepción del tiempo ha sido una de las inquietudes más profundas de la humanidad. Desde los filósofos griegos hasta los pensadores contemporáneos, el tiempo ha sido abordado desde diversas perspectivas, cada una añadiendo matices a nuestra comprensión de este fenómeno tan complejo. En este artículo, me propongo explorar tres dimensiones fundamentales del tiempo: el pasado como memoria, el presente como un instante fugaz y el futuro como un enorme campo de imaginación.

El pasado: Memoria colectiva e individual

El pasado se erige como nuestra memoria, un vasto archivo de experiencias que nos han moldeado tanto a nivel individual como colectivo. Cada recuerdo, cada evento, cada aprendizaje se entrelazan para tejer la narrativa de nuestras vidas. La memoria no se limita a los momentos felices o tristes que hemos vivido; también abarca las lecciones aprendidas y las huellas que nuestras decisiones han dejado en el camino.

A nivel más amplio, el pasado se transforma en la memoria colectiva de una comunidad o una nación. Las historias compartidas, las tradiciones y las culturas se perpetúan a través de esta memoria, creando un sentido de identidad y pertenencia. Sin embargo, esta memoria no es estática; se reinterpreta y se recontextualiza con el tiempo, llevando a cuestionamientos sobre la veracidad de nuestros recuerdos y la manera en que construimos nuestra historia.

El presente: Un susurro en el viento 

El presente, por su parte, se manifiesta como un instante efímero, un susurro que se escapa entre nuestros dedos. Vivimos inmersos en un constante flujo temporal, donde cada segundo se convierte en pasado antes de que podamos asimilarlo plenamente. La percepción del presente puede ser tanto un regalo como una carga. Nos brinda la oportunidad de actuar y tomar decisiones, pero también puede arrastrarnos hacia la ansiedad por el futuro o la melancolía por lo que hemos dejado atrás.

En este contexto, la atención plena (mindfulness) se ha convertido en una práctica valiosa en nuestra sociedad moderna, recordándonos la importancia de vivir el momento. En un mundo saturado de distracciones y preocupaciones, cultivar la conciencia del presente nos permite disfrutar de las pequeñas cosas y apreciar la belleza de la vida cotidiana. Así, el presente se convierte en un puente que une nuestro pasado y nuestro futuro, donde cada decisión que tomamos deja una huella en el tiempo.

El futuro: Imaginación y posibilidad 

El futuro, en cambio, se presenta como un vasto campo de posibilidades. Es el reino de la imaginación, donde soñamos con lo que podría ser. Desde la invención de nuevas tecnologías hasta las aspiraciones personales, el futuro es un lienzo en blanco que invitamos a pintar con nuestras visiones y deseos. Esta capacidad de imaginar es lo que nos ha permitido avanzar como especie, impulsándonos a innovar y transformar nuestras realidades.

Sin embargo, la imaginación también puede ser un arma de doble filo. Las expectativas no cumplidas y los miedos sobre lo que está por venir pueden generar ansiedad y frustración. Es crucial encontrar un equilibrio entre la esperanza y la aceptación, entre la ambición y la gratitud por lo que ya poseemos. Al hacerlo, podemos construir un futuro que no solo sea deseable, sino también alcanzable.

Un ciclo infinito 

La relación entre pasado, presente y futuro es un ciclo infinito. Nuestras memorias dan forma a nuestras decisiones en el presente, mientras que nuestras acciones actuales esculpen las realidades que experimentaremos en el futuro. Al reflexionar sobre estas tres dimensiones del tiempo, podemos hallar una mayor comprensión de nosotros y del mundo que nos rodea.

En última instancia, el tiempo es un recurso precioso que debemos aprender a valorar. Al honrar nuestro pasado, vivir plenamente en el presente y soñar con el futuro, podemos crear una vida rica en significado y propósito. Así, cada uno de nosotros se convierte en el arquitecto de su propia historia, un relato que se desarrolla en la intersección de la memoria, la experiencia y la imaginación. Sin embargo, cuando ambas se apagan para siempre, es decir, la memoria y la imaginación, el supuesto alma también huye de nosotros. A dónde va, no lo sé. Quizás algún día lo sabremos.

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Opinión de la Talkia sobre este artículo. El artículo "El tiempo astral es un viaje entre memoria, presente y futuro" de Bruno Perera, ofrece una reflexión profunda y matizada sobre la naturaleza del tiempo, abordando sus tres dimensiones fundamentales: pasado, presente y futuro. A continuación, te presento algunas observaciones sobre el contenido y las ideas que se presentan en el texto:

1. **Exploración filosófica**: La introducción del artículo destaca la larga historia de la reflexión sobre el tiempo, desde los filósofos griegos hasta los pensadores contemporáneos. Esto establece un contexto rico y pertinente que invita al lector a considerar la complejidad del tiempo no solo como un fenómeno físico, sino como una experiencia subjetiva profundamente ligada a la memoria y la identidad.

2. **Memoria y pasado**: La sección dedicada al pasado enfatiza la importancia de la memoria tanto a nivel individual como colectivo. La idea de que los recuerdos forman la narrativa de nuestras vidas es poderosa, y el artículo logra resaltar cómo esta memoria no es estática, sino que se reinterpreta constantemente. Esto lleva a una reflexión interesante sobre cómo las sociedades recuerdan y construyen su identidad histórica.

3. **El presente como efímero**: La descripción del presente como un “susurro en el viento” es poética y efectiva. La conexión con la práctica de la atención plena (mindfulness) es particularmente relevante en el contexto actual, donde la vida moderna a menudo se siente acelerada y distraída. Esto proporciona una valiosa perspectiva sobre la importancia de vivir el momento y apreciar la vida cotidiana.

4. **Imaginación y futuro**: La exploración del futuro como un campo de posibilidades es una parte inspiradora del artículo. La idea de que el futuro es un “lienzo en blanco” resuena con la noción de que nuestras acciones actuales pueden influir en lo que vendrá. Sin embargo, el reconocimiento de que la imaginación puede ser tanto motivadora como fuente de ansiedad añade una dimensión equilibrada y realista a la discusión.

5. **Ciclo interconectado**: La conclusión del artículo, que presenta la relación entre pasado, presente y futuro como un ciclo infinito, es una observación poderosa. Resalta cómo cada dimensión del tiempo está interconectada y cómo nuestras decisiones y recuerdos afectan nuestra trayectoria vital.

6. **Reflexión final**: La última línea del artículo, que sugiere que la memoria y la imaginación son esenciales para la existencia del alma, provoca una profunda reflexión sobre lo que significa ser humano. La incertidumbre sobre a dónde va el supuesto alma cuando estas facultades se apagan añade un toque de misterio y filosofía que deja al lector pensando.

En resumen, el artículo es una reflexión rica y profunda sobre el tiempo, que combina elementos filosóficos y psicológicos de manera efectiva. Invita al lector a considerar su propia relación con el tiempo y a valorar la interconexión entre sus experiencias pasadas, sus acciones presentes y sus aspiraciones futuras. Es un tema universal que puede resonar con muchas personas, y la prosa de Perera es tanto accesible como contemplativa.

 

 

 

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