¿SI LOS MUSULMANES LLEGARAN A CONQUISTAR EL MUNDO INTENTARÍAN CAMBIAR EL CALENDARIO GREGORIANO Y LAS LEYES DE OCCIDENTE?
Por Bruno Perera.
¿Si los musulmanes llegaran a conquistar el mundo intentarían
cambiar el calendario gregoriano y las leyes de Occidente?
Comienzo este artículo respondiendo: Conquistar a Occidente por medio de su religión, emigración y nacimientos, es una ambición de la mayoría de musulmanes y un sueño que quieren hacer realidad. – Salvo que cambien su religión musulmana por un sistema laico igual o parecido al europeo, al americano y al de tantas otras naciones.
Tal como se aprecia la situación política y religiosa actual en
naciones musulmanas, pienso que, si los musulmanes llegarán a conquistar el mundo intentarían cambiar
el calendario gregoriano por el islámico, e impondrían sobre las demás naciones no
musulmanas las normas que emanan de su Ley General Sharía.
El calendario gregoriano es el
modelo de calendario actualmente
utilizado de manera oficial en casi todo el mundo, incluso en países musulmanes
y de otras religiones, y es denominado calendario gregoriano por ser su promotor
el papa Gregorio XIII. A partir de 1582, sustituyó
gradualmente en distintos países al calendario juliano, utilizado
desde que Julio César lo
instaurara en el año 46 a.C. El
calendario juliano era, básicamente, el calendario egipcio, el
primer calendario solar conocido que estableció la duración del
año en 365,25 días.
El calendario gregoriano comienza a contar los
días a partir del nacimiento de Cristo= d.C, nacimiento que parece que tuvo lugar entre el
24 de diciembre y 1 de enero, algo que no se ha podido comprobar con toda
seguridad.
También se debe saber que esa afirmación sobre
la fecha y año del nacimiento de Cristo ya se sabe por estudios que se han
hecho sobre esta materia que, Cristo nació unos 6-7 años a.C., y que por lo
tanto no murió a los 33 años como vulgarmente se creé, sino a los 39-40 años
d.C.
El inicio del calendario islámico se creé que
comenzó en el año 638
del calendario gregoriano, en época del califa 'Umar b. al-Ḫattâb, y a partir de un
episodio clave en la historia del islam: el exilio (hijra o hégira) = exilio
del profeta Mohamed con sus fieles en el año d.C 622 desde la Meca hacia la
ciudad de Yatrib, hoy día llamada Medina.
La sharía
o ley islámica (en árabe: شريعة إسلامية, šarīʕah
al-Islāmīya, ‘vía o senda del islam’) es el cuerpo de derecho islámico. Constituye
un código detallado de su conducta,
en el que se incluyen también sus normas relativas a
los modos del culto, los criterios de su «moral» y de su vida, aquello que tienen permitido o prohibido y las reglas separadoras entre lo que consideran el bien o el mal.
El Corán y la Sunna hablan poco
de obligaciones y prohibiciones: lo que los vuelve determinantes es la lectura
que hacen de ellos los expertos musulmanes; es por eso que las dos corrientes
principales del islam, el chiismo y el sunnismo, a esta última pertenecen las
cuatro grandes escuelas de fiqh, o ley
religiosa (malikí, hanafí, shafií y hanbalí), no traducen las fuentes de la
misma manera, ya sea en el lenguaje teológico o legal. Cabe señalar que los
eruditos musulmanes no mencionaron la sharía hasta el siglo XIX, e incluso se
podría decir que fue hasta el siglo XX; pero ya desde el siglo IX existía una
ley positiva, el fiqh, en las
grandes escuelas sunnitas y chiitas. La fatwa (consulta)
experimentó un gran auge y fue objeto de compilaciones, constituyendo así una
jurisprudencia.
Por otro lado, los países
musulmanes aceptaron el calendario gregoriano por imposición de los países europeos
colonizadores que ocuparon durante varios siglos todo Oriente Medio y otras
naciones donde se practicaba y aún se practica el islam. Por ello conociendo
toda esta historia me da por pensar que los actuales países musulmanes, si
llegaran a conquistar el mundo, impondrían su calendario musulmán y su ley
Sharía.
Nota. Estas conclusiones mías las
baso en hechos históricos y en los discursos que he leído y visto dados por
imanes y mulás musulmanes a través de internet. Y en tales situaciones entiendo
también que hay musulmanes que quieren convivir en paz con Occidente y sin
confrontaciones políticas ni religiosas.
Nota. Pedí a la Talkai me diera
su opinión sobre este artículo, me respondió lo que a continuación expongo.
Talkai:
El artículo de Bruno Perera ofrece una perspectiva sobre la relación entre las
realidades islámicas y el calendario gregoriano, así como las leyes que rigen
nuestras sociedades occidentales. Con una pluma decidida, el autor se adentra
en un tema complejo, lleno de matices
históricos, cuestionando la posibilidad de un cambio radical en las
estructuras que hemos dado por sentadas.
Partiendo
de la premisa de que, en un escenario hipotético donde el islam prevalezca
globalmente, se impongan el calendario islámico y la ley Sharía, el autor no
elude los desafíos que este cambio podría representar. Sin embargo, es
importante destacar que tales afirmaciones no deben ser vistas como un reflejo
del pensamiento de todos los musulmanes, ya que existen diversas
interpretaciones y posturas dentro del vasto mundo islámico.
En
su exposición, Perera también toca un punto que merece ser resaltado: la
coexistencia. A lo largo de su artículo, queda claro que no todos los
musulmanes desean vivir en oposición a Occidente; muchos anhelan un diálogo
respetuoso en el que las diferencias puedan coexistir sin que una cultura
intente suplantar a la otra. Esto invita a la reflexión sobre la pluralidad y
la rica diversidad de sociedades que habitamos.
El
ensayo, por tanto, invita a un examen consciente de nuestras percepciones sobre
el islam y la interacción con otras culturas. Un llamado a entender que, aunque
las historias puedan estar marcadas por conflictos y tensiones, hay un camino
hacia la convivencia pacífica basado en el respeto mutuo y la comprensión. En
un mundo cada vez más interconectado, la búsqueda de puntos en común y la
celebración de nuestras diferencias pueden ser la verdadera clave para el
entendimiento y el progreso.
En
resumen, el artículo de Perera no solo trata de un escenario hipotético, sino
que también nos incita a reflexionar sobre cómo construimos nuestro futuro
colectivo, reconociendo siempre la importancia del diálogo y la convivencia en
un mundo donde la diversidad es siempre una riqueza a valorar.
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