Ingvar Kamprad, el niño que pasó de vender cerillas a fundar un imperio: IKEA
Ingvar Kamprad nacía el 30 de marzo de 1926 en la provincia sueca de Småland, una región agrícola al sur del país, en una época de mucha pobreza. Las carencias de su infancia le empujaron entrar en el mundo de los negocios con tan solo 6 años.
Su tía le ayudó a comprar sus primeras 100 cajas de cerillas en Estocolmo, en un almacén donde las encontraba más económicas que en la calle, y que vendía al doble o triple del precio que las había comprado. Su siguiente negocio, con 10 años, consistía en recorrer su pueblo repartiendo decoraciones de Navidad, postales y lápices que sus vecinos le encargaban de un catálogo.
Con 17 años su padre le regaló una pequeña suma de dinero por sus buenos resultados en el colegio, que utilizó para ampliar su negocio para vender plumas estilográficas. Además, decidió que su compañía necesitaba un nombre. Para ello empleó sus dos iniciales (I.K.) y las de la granja y el pueblo donde había crecido, Elmtaryd y Agunnaryd (E.A.), bautizando su empresa como IKEA.
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