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miércoles, 30 de julio de 2025

El origen geológico de Lanzarote y su entorno según una mirada observadora

 


El origen geológico de Lanzarote y su entorno según una mirada observadora

Por Bruno Perera.

Como amante de la vulcanología, la astronomía y otras ciencias, durante años he venido observando, analizando y contrastando imágenes satelitales, fotografías aéreas antiguas y mapas geológicos de Lanzarote y su entorno. Con todo ello, he llegado a una serie de conclusiones que, si bien nacen de la curiosidad y la lógica, coinciden en gran medida con lo que defienden muchos estudios científicos actuales y, en otros casos, abren hipótesis dignas de ser estudiadas.

Lanzarote y Fuerteventura: una misma isla ancestral

Las islas de Lanzarote y Fuerteventura no solo están geográficamente próximas, sino que comparten una misma plataforma submarina y una historia volcánica común. Estuvieron unidas hace unos 18 o 19 millones de años y, en realidad, podrían haber sido una sola isla emergida.
Aunque se afirma que Fuerteventura es más antigua que Lanzarote, considero que esta afirmación puede ser discutible. Teniendo en cuenta que la disgregación de los continentes avanza desde la Dorsal Mesoatlántica a razón de unos dos centímetros por año hacia el suroeste, no hay argumentos concluyentes para afirmar una diferencia significativa en la edad de formación emergida entre ambas.

El Archipiélago Chinijo: una extensión de Famara

La gran caldera de Famara, al norte de Lanzarote, comparte alineación y composición volcánica con los islotes del Archipiélago Chinijo, especialmente con La Graciosa y Montaña Clara. Todo apunta a que estos islotes formaban parte de la misma cadena volcánica que Famara y que se separaron por efecto de la disgregación de Pangea y la actividad tectónica y vulcanogica. Hoy solo quedan los vestigios que sobresalen del mar.

Una fisura que parte Lanzarote: de Famara a Arrecife

Analizando la distribución de algunos volcanes y formaciones geológicas de la isla, se puede intuir una fractura geológica profunda que recorre Lanzarote desde Famara hasta Arrecife. Sobre esa fisura se habrían alineado distintos conos volcánicos, y también habría dado lugar a una serie de movimientos tectónicos locales. Esta fractura podría explicar algunas elevaciones puntuales del terreno, como la zona conocida como El Lomo, barrio de Arrecife que se eleva por casi todo  el Charco de San Ginés.

El Islote del Francés: un fragmento que quedó atrás

Una consecuencia directa de esa fractura y del desplazamiento geológico de la isla hacia el oeste pudo ser la separación del Islote del Francés, que originalmente formaba parte del Charco de San Ginés. Fotografías aéreas de los años 1950 muestran claramente que el islote estaba aislado, sin conexión física con Arrecife. Con el tiempo, la elevación del terreno, la sedimentación y la expansión urbana lo unieron al casco urbano, pero su origen sigue siendo revelador.
Además, el Islote del Francés tiene la misma figura geométrica que el Charco de San Ginés, lo que sugiere que, hace millones de años, formó parte del mismo sistema geológico.

La disgregación de Pangea: nacimiento del Atlántico y de las islas oceánicas

La separación de los continentes, iniciada con la ruptura del supercontinente Pangea, dio origen al océano Atlántico mediante una expansión desde la Dorsal Mesoatlántica, que sigue activa hoy día. Esta ruptura provocó el estiramiento de las placas tectónicas, lo que a su vez originó grietas profundas en el lecho marino.
De esas grietas nacieron las islas de la Macaronesia (Canarias, Azores, Madeira, Cabo Verde...) y también otras islas del Caribe y las Bahamas. Las placas no solo se alejaron entre sí, sino que al estirarse y debilitarse generaron grietas en el lecho marino y sus entrañas puntos de calor y actividad volcánica que dieron vida a las islas ya mencionadas.

Deriva continental: África se resiste

La deriva de los continentes no ha cesado. El continente americano continúa su desplazamiento hacia el oeste, mientras que Europa y África se mueven lentamente hacia el este.
Sin embargo, África presenta una peculiaridad: su masa central está casi anclada, mostrando apenas un leve desplazamiento hacia el este. No obstante, una zona de fractura se está abriendo en el este africano, en la región del Gran Valle del Rift, lo que acabará separando una porción del continente. Algo similar ocurrió hace millones de años con Madagascar, que se separó de África y derivó hacia el este.

El equilibrio del planeta: una visión filosófica

Todo este proceso geológico, complejo y milenario, parece seguir un patrón que no es casual. A mi juicio, el Cosmo-Poder, esa fuerza inteligente y superior que guía el universo, ha hecho que Pangea se disgregara deliberadamente para que la masa terrestre se distribuya de forma equitativa sobre el planeta.

Esto permite que la Tierra gire sin desequilibrarse y mantenga un movimiento elíptico uniforme en torno al Sol. Una muestra más de que la naturaleza —o el Cosmos— sigue leyes perfectas y armoniosas que ordena el Cosmo-Poder.

 

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