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viernes, 21 de marzo de 2025

¿Vale la pena vivir más de 100 años? Una reflexión sobre la longevidad y la esencia de la vida

 


¿Vale la pena vivir más de 100 años? Una reflexión sobre la longevidad y la esencia de la vida 

Por Bruno Perera

1. La pregunta sobre si vale la pena vivir más de 100 años es, sin duda, un tema que invita a la reflexión profunda. En un mundo donde la ciencia avanza a pasos agigantados y la esperanza de vida se alarga, es esencial considerar no solo la duración de la vida, sino también su calidad. En este contexto, los genes juegan un papel fundamental, pero también lo hacen nuestras experiencias, elecciones y el entorno en el que nos desenvolvemos.

2. Desde el más pequeño organismo unicelular hasta el majestuoso roble que se alza en un bosque, todos los seres vivos comparten una ambición innata: la de sobrevivir y prosperar. Esta ambición está inscrita en nuestros genes, que contienen la información necesaria para enfrentar los desafíos del entorno. Sin embargo, la longevidad no es un regalo universal; depende de una compleja interacción entre nuestros genes y las circunstancias que nos rodean.

3. Los avances en la genética han revelado que ciertos individuos poseen variantes genéticas que les otorgan una mayor resistencia a enfermedades y un mejor funcionamiento celular. Pero, ¿es suficiente tener "buenos" genes para vivir más de un siglo? La respuesta es un rotundo sí. La longevidad también está influenciada por factores como la alimentación, el ejercicio, el entorno social y emocional, y, por supuesto, la suerte de no ser picado por un mosquito que te infecte con una enfermedad contagiosa, u otro bicho o medioambiente que pueda contagiarte y matarte. Sin embargo, si tienes buenos genes, te ayudarán a sobrevivir antes que a otros que posean genes débiles.

4. La vida, tal como la conocemos, es el resultado de una serie de eventos cósmicos que se remontan al Big Bang. Cada ser vivo es, en esencia, una colección de fragmentos de polvo de estrellas que han viajado a través del tiempo y el espacio. Esta perspectiva nos recuerda que nuestra existencia es frágil y efímera, pero también extraordinaria. Cada uno de nosotros es el producto de una larga cadena de supervivencia, una historia de batallas ganadas y perdidas en el gran entramado del universo.

5. Las acumulaciones de vida que han logrado adaptarse y prosperar en este contexto cósmico son las que tienen más probabilidades de perdurar. Aquellas acumulaciones de ADN que han enfrentado adversidades y han salido victoriosas son los que, en última instancia, tienen la oportunidad de vivir más tiempo. Sin embargo, la vida no se trata solo de sobrevivir; se trata de vivir con propósito y significado.

6. La lucha por la longevidad no es solo una cuestión biológica; también es una cuestión filosófica. ¿Qué significa realmente vivir más de 100 años? Para algunos, puede ser una oportunidad para acumular experiencias, sabiduría y recuerdos. Para otros, puede ser un desafío, una carga que se siente pesada a medida que el cuerpo se desgasta y las limitaciones se hacen más evidentes.

7. Es aquí donde entra en juego la calidad de vida. Vivir más de un siglo puede ser un regalo si se acompaña de salud, amor y conexión con los demás. La soledad, la enfermedad y la falta de propósito pueden convertir incluso los años más largos en una existencia sombría. Por lo tanto, la pregunta no es solo si vale la pena vivir más de 100 años, sino cómo podemos hacer que esos años sean significativos.

8. La longevidad es un tema fascinante que nos invita a explorar no solo la biología de la vida, sino también la esencia misma de lo que significa ser humano. Nuestros genes pueden influir en nuestra duración, pero son nuestras elecciones, nuestras relaciones y nuestra capacidad para encontrar significado en cada día lo que realmente define la calidad de nuestra existencia.

9. Así que, al reflexionar sobre si vale la pena vivir más de 100 años, quizás la respuesta radique en cómo elegimos vivir esos años. La vida es un viaje cósmico, y cada uno de nosotros tiene la oportunidad de hacer que ese viaje sea extraordinario, independientemente de su duración. Al final, lo que realmente importa no es solo el tiempo que pasamos en este mundo, sino cómo lo vivimos.

Como final para ti y para mí, deseo que, mientras estemos aquí, vivamos lo más contentos que podamos, sin complicarnos en cuanto al tiempo que nos tocó o nos toca vivir, porque de lo que se trata en esta vida es de acaparar lo más que podamos de la felicidad que nos concede el Cosmo-Poder en nuestro lapso de existencia.

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