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domingo, 22 de enero de 2023

Resumen personal de tres años de pandemia

 


Resumen personal de tres años de pandemia 

Por Sigfrid Soria del Castillo Olivares 

Antes que nada, muestro todos mis respetos por quienes fallecieron o enfermaron y por sus familiares.

El mismo gobierno socialista bolivariano de España que obvió las alertas que la ONU y  las autoridades sanitarias de la UE emitían desde enero de 2020 fue el que envió a  ministras y secretarias del Estado contagiadas a la manifestación feminista de Madrid del  8 de marzo a estornudar en la cara de mujeres participantes en aquella maldita congregación. Muy curioso haber pasado en cuestión de pocos días de negar el peligro  a darle una categoría apocalíptica, porque ese gobierno fue el que decretó dos estados de alarma con sus respectivos confinamientos forzosos; el primero de tres meses, seis  días después de la grotesca cita feminista en La Gran Vía madrileña, y el segundo de seis. 

También fue ese gobierno el que cerró, esto es absolutamente insólito, el Congreso de  los Diputados y el Senado, evitando que el Poder Legislativo le controlase y así poder  asignar a dedo, sin los procedimientos ordinarios de concurrencia pública, la compra de  material sanitario de manera opaca. Sí, asombroso, por todo lo hasta ahora expuesto, el ejecutivo del que se pasea en Falcon cuyos decretos de estado de alarma declaró  inconstitucionales el Tribunal Constitucional; y no pasó nada. Es decir, el gobierno que  roba a los españoles sus libertades y secuestra a las cámaras legislativas sigue ahí pese  a que el TC declaró ilegales sus fechorías. Flipante. 

¿Qué tal ahora un poco de datos? El virus Sars-Cov 2 en España ha infectado a trece  millones y medio de personas y ha matado a ciento quince mil. Es decir, ha tenido una  morbilidad del 36% y una mortalidad del 0,3%. Así que, reiterando* mis respetos a  quienes fallecieron, enfermaron o sufrieron y a sus familiares, afirmo rotundamente que  el virus SARS-Cov 2 es medianamente contagioso pero muy poco peligroso. Pese a lo  afirmado, el socialista socio de bolivarianos, separatistas y filoterroristas paró la  economía y disparó el déficit y la deuda pública. 

Llegados a este punto del resumen, y habiendo ya demostrado la completa inutilidad del  gobierno socialista bolivariano, procedo a abordar el asunto de las mal llamadas vacunas  COVID. Digo mal llamadas porque no son vacunas, si acaso son farmacológicamente  aspirantes a inmunoglobulinas, pero ni eso. ¿Y esto porqué? Porque quien se inoculó  dichos sueros no evitó contagiarse; porque una vez contagiado no evitó contagiar;  porque una vez contagiado no evitó enfermar y porque tampoco evitó morir. Pero hay  más. El gobierno obligó, para recuperar ciertos derechos y libertades arrebatados, a  inocularse y obtener un certificado o pasaporte con el que poder abarrotar espacios  cerrados, haciendo creer que esos espacios eran seguros cuando estar inoculado,  incluso con pauta completa, no evitaba estar contagiado ni contagiar. Menos mal que  el virus era muy poco mortal, porque de lo contrario, estas medidas obligadas por el  gobierno hubieran aniquilado a los españoles. Confieso que escribo todo esto y siento  vergüenza ajena por la tomadura de pelo masiva protagonizada por quienes nos  gobiernan. Incluso, hasta la población que no era susceptible de verse afectada por el virus, niños y bebés, fue inoculada con los sueros que ni evitaban el contagio ni que el  contagiado contagiase. Es que realmente es muy fuerte. ¿Habrá acertado en algo este  gobierno? Sí, sin duda alguna. En infundir miedo, en aterrorizar a la gente, en  amordazarla, en alejarla entre sí, en promover la desconfianza, en crispar y enfrentar.  Este gobierno irresponsable sembró el pánico ante un patógeno con una mortalidad 3  veces inferior a la mortalidad de la enfermedad cardiovascular. 

En lo que a mí respecta, muestro mi satisfacción porque fui rebelde, analicé desde el  principio, asumí el riesgo proporcional y razonable para la morbilidad y mortalidad que  presentaba inicialmente el virus, rechacé la versión oficial, evité las ARN mensajero,  toqué, abracé, besé, viajé y frecuenté a mis seres queridos. También denuncié al  presidente del gobierno ante la Fiscalía General del Estado, proponiendo incluso como  medida cautelar su inmediata detención y puesta a disposición judicial, pero tal  denuncia sólo sirvió para dejar con el culo al aire a la propia FGE, al propio gobierno y al  propio PSOE, lo cual no fue poco. No tengo ni idea si he estado contagiado o no. Seguro que sí, pero ni me he enterado. Eso sí, mi sistema inmune ha salido muy reforzado por  la dosis de socialismo recibida, y eso que yo ya venía vacunado contra ese patógeno.

 

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