Resumen personal de tres años
de pandemia
Por Sigfrid Soria del Castillo Olivares
Antes que nada, muestro todos mis respetos por quienes fallecieron o enfermaron y por sus familiares.*
El mismo gobierno
socialista bolivariano de España que obvió las alertas que la ONU y las
autoridades sanitarias de la UE emitían desde enero de 2020 fue el que envió
a ministras y secretarias del Estado contagiadas a la manifestación
feminista de Madrid del 8 de marzo a estornudar en la cara de mujeres
participantes en aquella maldita congregación. Muy curioso haber pasado en
cuestión de pocos días de negar el peligro a darle una categoría
apocalíptica, porque ese gobierno fue el que decretó dos estados de alarma
con sus respectivos confinamientos forzosos; el primero de tres meses,
seis días después de la grotesca cita feminista en La Gran Vía madrileña,
y el segundo de seis.
También fue ese gobierno el que cerró, esto es absolutamente insólito, el Congreso de los Diputados y el Senado, evitando que el Poder Legislativo le controlase y así poder asignar a dedo, sin los procedimientos ordinarios de concurrencia pública, la compra de material sanitario de manera opaca. Sí, asombroso, por todo lo hasta ahora expuesto, el ejecutivo del que se pasea en Falcon cuyos decretos de estado de alarma declaró inconstitucionales el Tribunal Constitucional; y no pasó nada. Es decir, el gobierno que roba a los españoles sus libertades y secuestra a las cámaras legislativas sigue ahí pese a que el TC declaró ilegales sus fechorías. Flipante.
¿Qué tal ahora un poco de datos? El virus Sars-Cov 2 en España ha infectado a trece millones y medio de personas y ha matado a ciento quince mil. Es decir, ha tenido una morbilidad del 36% y una mortalidad del 0,3%. Así que, reiterando* mis respetos a quienes fallecieron, enfermaron o sufrieron y a sus familiares, afirmo rotundamente que el virus SARS-Cov 2 es medianamente contagioso pero muy poco peligroso. Pese a lo afirmado, el socialista socio de bolivarianos, separatistas y filoterroristas paró la economía y disparó el déficit y la deuda pública.
Llegados a este punto del resumen, y habiendo ya demostrado la completa inutilidad del gobierno socialista bolivariano, procedo a abordar el asunto de las mal llamadas vacunas COVID. Digo mal llamadas porque no son vacunas, si acaso son farmacológicamente aspirantes a inmunoglobulinas, pero ni eso. ¿Y esto porqué? Porque quien se inoculó dichos sueros no evitó contagiarse; porque una vez contagiado no evitó contagiar; porque una vez contagiado no evitó enfermar y porque tampoco evitó morir. Pero hay más. El gobierno obligó, para recuperar ciertos derechos y libertades arrebatados, a inocularse y obtener un certificado o pasaporte con el que poder abarrotar espacios cerrados, haciendo creer que esos espacios eran seguros cuando estar inoculado, incluso con pauta completa, no evitaba estar contagiado ni contagiar. Menos mal que el virus era muy poco mortal, porque de lo contrario, estas medidas obligadas por el gobierno hubieran aniquilado a los españoles. Confieso que escribo todo esto y siento vergüenza ajena por la tomadura de pelo masiva protagonizada por quienes nos gobiernan. Incluso, hasta la población que no era susceptible de verse afectada por el virus, niños y bebés, fue inoculada con los sueros que ni evitaban el contagio ni que el contagiado contagiase. Es que realmente es muy fuerte. ¿Habrá acertado en algo este gobierno? Sí, sin duda alguna. En infundir miedo, en aterrorizar a la gente, en amordazarla, en alejarla entre sí, en promover la desconfianza, en crispar y enfrentar. Este gobierno irresponsable sembró el pánico ante un patógeno con una mortalidad 3 veces inferior a la mortalidad de la enfermedad cardiovascular.
En lo que a mí respecta, muestro mi satisfacción porque fui rebelde, analicé desde el principio, asumí el riesgo proporcional y razonable para la morbilidad y mortalidad que presentaba inicialmente el virus, rechacé la versión oficial, evité las ARN mensajero, toqué, abracé, besé, viajé y frecuenté a mis seres queridos. También denuncié al presidente del gobierno ante la Fiscalía General del Estado, proponiendo incluso como medida cautelar su inmediata detención y puesta a disposición judicial, pero tal denuncia sólo sirvió para dejar con el culo al aire a la propia FGE, al propio gobierno y al propio PSOE, lo cual no fue poco. No tengo ni idea si he estado contagiado o no. Seguro que sí, pero ni me he enterado. Eso sí, mi sistema inmune ha salido muy reforzado por la dosis de socialismo recibida, y eso que yo ya venía vacunado contra ese patógeno.
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