Rancho Texas - Puerto del Carmen - Lanzarote

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Les dieron libertad a los primeros piratas inmigrantes ilegales marroquíes, y ahora otros vuelven a hacer lo mismo

 


Les dieron libertad a los primeros piratas inmigrantes ilegales marroquíes, y ahora otros vuelven a hacer lo mismo

Por Bruno Perera.

El 18 de junio de 2025 llegó a Lanzarote un barco pesquero marroquí que fue robado por 14 inmigrantes ilegales, y sin más, todos quedaron en libertad; los adultos en la calle y los MENAs en albergues viviendo a costa del Estado, Gobierno canario y la UE.

Ver noticia: 

https://efe.com/canarias/2025-06-18/catorce-tripulantes-de-un-pesquero-marroqui-uno-menor-piden-asilo-al-llegar-a-lanzarote/

Pero no bastó con el primer barco robado y pirateado. La historia vuelve a repetirse en Canarias. Un atunero con bandera marroquí encalló este miércoles en el Charco de La Condesa de Órzola, Lanzarote. Según la ONG EMERLAN, la embarcación había sido robada en Marruecos hacía apenas cuatro días y utilizada para el traslado de inmigrantes ilegales. A las 6:45 de la mañana, los equipos de emergencias se desplazaron hasta el lugar para llevar a cabo el rescate de los cinco tripulantes.

Ver primera noticia completa:

https://www.cronicasdelanzarote.es/articulo/sucesos/emerlan-asegura-que-atunero-marroqui-encallado-orzola-es-robado-salio-hace-4-dias-pais/20250910092818353039.html

Lo más grave vino después: tras el rescate y desalojo de los ocupantes, el barco comenzó a arder misteriosamente. “Según informó el Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo de Lanzarote”

Yo Bruno Perera pienso  que el fuego se originó de forma intencionada. Mientras los rescataban, los ocupantes del atunero pudieron haber prendido fuego al barco para eliminar pruebas o como venganza contra el armador. Lo cierto es que un barco de motores diésel difícilmente se incendia solo por chocar contra unas rocas.

Ver segunda noticia completa:

https://www.cronicasdelanzarote.es/articulo/sucesos/arde-barco-encallado-orzola/20250910104941353043.html

El incendio obligó a activar un amplio dispositivo de seguridad, incluyendo unidades terrestres, marítimas y aéreas. Además, la aparición de manchas de hidrocarburos en la zona encendió todas las alarmas, activándose el plan por contaminación marina.

Una nueva modalidad de piratería.  Estos hechos no son un caso aislado. En los últimos meses se ha detectado un patrón: inmigrantes ilegales roban barcos pesqueros en Marruecos, navegan hasta Canarias y, una vez cumplida la misión, destruyen las embarcaciones para borrar huellas.

El problema radica en la permisividad de las autoridades españolas. A los primeros implicados en este tipo de actos se les concedió la libertad sin cargos, con el argumento de que robar un barco sin violencia no constituye un delito de piratería. Esa tibieza judicial y política ha abierto la puerta a que la práctica se repita con total impunidad.

Hoy son barcos, mañana podrían ser aviones u otros medios de transporte. ¿Hasta dónde vamos a dejar que llegue esta “moda” de inmigración ilegal disfrazada de piratería consentida?

España es un país de pandereta ante la piratería marítima. Lo ocurrido en Órzola es un reflejo de lo que muchos llaman un “país de pandereta”: aquí se roba un barco, se incendia, se contamina el mar, se movilizan decenas de efectivos de emergencias, y al final los culpables salen en libertad sin consecuencias.

Mientras Marruecos castiga con dureza la piratería, en España se premia con la libertad a quienes utilizan embarcaciones robadas para entrar de forma ilegal. Un insulto y tragedia para los armadores que ven cómo pierden su medio de vida, para los contribuyentes que pagan los rescates y para los ciudadanos que observan con impotencia cómo se destruye el patrimonio marítimo y el ecosistema canario.

Un llamamiento urgente a las autoridades. Es hora de actuar con firmeza. Las autoridades canarias y el Gobierno de España deben:

1. Reconocer estos hechos como piratería y sabotaje, con penas de prisión reales.

2. Garantizar indemnizaciones a los armadores  por parte de la nación donde el barco esté dado de alta, por naves robadas y/o destruidas.

3. Reforzar la vigilancia marítima en coordinación con Marruecos para evitar nuevos robos.

4. Evitar la impunidad: libertad sin cargos no puede ser la norma ante delitos de esta gravedad.

Si no se toman medidas inmediatas, este tipo de actos se consolidará como una vía “normalizada” de entrada ilegal a Canarias. Y el día que la piratería marítima dé un salto hacia medios de transporte más peligrosos, será demasiado tarde para lamentarse.

Y mientras todo esto sucede, el Gobierno canario subvenciona al Barco negrero Open Arms para que su tripulación de ecolojetas visite las escuelas y universidades de Canarias y lave los cerebros de los estudiantes con las manipulaciones y cuentos de que la inmigración ilegal es positiva para las islas. 

Estos políticos que gobiernan en España se han vuelto todos una manada de vagos, mentirosos y corruptos, salvo VOX que denuncia la delincuencia de forma clara y como están ocurriendo los tantos casos de violaciones de mujeres por africanos en suelo patrio. Etc; de muchas otras salvajadas que hacen y a cuales no se les pone remedio porque todo lo juzgan con el cuento de los Derechos Humanos y tantos otros paripés.

 


martes, 9 de septiembre de 2025

¿Los ricos son miserables o indispensables?

 


¿Los ricos son miserables o indispensables?

Por Bruno Perera.

En esta era donde la avaricia parece ser el motor oculto de la economía global, los ricos suelen ser retratados como villanos: codiciosos, insensibles, incluso esclavistas. Pero ¿y si esa visión es demasiado simplista? ¿Y si, en realidad, los ricos son piezas clave para que la sociedad funcione?

Si todos viviéramos al día, sin ahorrar ni invertir, el mundo se paralizaría. No habría fábricas, hospitales privados, universidades de élite ni innovación tecnológica. La acumulación de capital permite la creación de empresas, infraestructuras y proyectos que generan empleo, productos y servicios para millones.

Aunque lo hagan por interés propio, los ricos terminan siendo proveedores de lo que las masas necesitan. El empresario que construye una cadena de supermercados no lo hace por altruismo, pero alimenta a miles de familias y da trabajo a otras tantas.

Paradójicamente, muchos ricos viven atrapados en una jaula de oro. La presión por mantener su estatus, la vigilancia constante de la opinión pública y la responsabilidad de sostener imperios económicos los convierte en esclavos de su propia riqueza. Como bien se dice: “Son en sí ricos-pobres dentro de su propio castillo.”

La riqueza no siempre es heredada. Muchos de los millonarios actuales comenzaron desde abajo, y algunos incluso han vuelto a vivir con austeridad. Aquí algunos ejemplos:

Chris Pratt: Antes de ser estrella de Hollywood, vivía en una furgoneta en Hawái.

J.K. Rowling: Criaba sola a su hija, vivía de ayudas sociales y sufría depresión antes de crear a Harry Potter.

Jennifer López: Dormía en el sofá de una escuela de baile en Manhattan porque no podía pagar alojamiento.

Mike Tyson: Ganó millones como boxeador, pero los perdió por juicios, divorcios y gastos excesivos.

Juan Gabriel: Vivió en un internado, trabajó desde niño y vendía artesanías antes de convertirse en ídolo musical.

Estos casos demuestran que la riqueza no siempre es sinónimo de privilegio, y que muchos que hoy son ricos, alguna vez fueron pobres.

Quizás el problema no es la existencia de los ricos, sino cómo se distribuye el poder económico. La solución no está en demonizar la riqueza, sino en exigir responsabilidad social, ética empresarial y oportunidades para todos.

Los ricos no son el enemigo. Son parte del sistema. Y como todo sistema, puede evolucionar.

Consolación
Lo más valioso es aprender a forjar tu propio destino, aquel que te dé la felicidad con lo que realmente necesitas, sin envidiar lo que otros poseen. Recuerda: la inconformidad y la rebeldía constante solo terminan por amargarnos por dentro, como un veneno que daña la salud.

lunes, 8 de septiembre de 2025

El calzonudo presidente del Gobierno canario Fernando Clavijo, excava un túnel desde la Playa Las Canteras, GC, hasta la costa africana para reunirse en secreto con los del Open Arms

 


Derechos humanos y diversidad sexual: aclarando conceptos

 


Derechos humanos y diversidad sexual: aclarando conceptos

Por Bruno Perera.

En muchas ocasiones se tiende a confundir los derechos humanos con determinados comportamientos o identidades individuales, como la homosexualidad. No obstante, es importante distinguir entre ambos conceptos: los derechos humanos son un marco universal que protege la dignidad, la libertad y la igualdad de todas las personas, independientemente de sus características o creencias.

Las religiones, a lo largo de la historia, han ofrecido distintas visiones sobre la sexualidad. En Levítico 18-24, dentro de la tradición judeocristiana del Antiguo Testamento, aparecen normas que prohíben determinadas prácticas, incluida la homosexualidad. Para quienes profesan la fe judía, cristiana o musulmana, esos textos mantienen plena vigencia y son considerados palabras sagradas. No obstante, desde una perspectiva laica o semicientífica, suelen interpretarse como reflejo de un contexto histórico y cultural específico. Esta dualidad explica por qué el debate sobre sexualidad y religión sigue tan vivo en la actualidad.

Desde la semiciencia, la homosexualidad se entiende como una orientación sexual más dentro de la diversidad humana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de trastornos mentales en 1990, reconociéndola como una variación natural de la sexualidad. Numerosos estudios apuntan a que influyen factores biológicos, genéticos y ambientales en el desarrollo de la orientación, pero no se la considera un “trastorno” ni una “opción” adquirida a voluntad.

En este sentido, conviene subrayar que defender los derechos de las personas homosexuales, bisexuales o transgénero no significa promover una conducta, sino garantizar que estas personas, como cualquier otra, no sufran discriminación, violencia o marginación por ser quienes son. La igualdad ante la ley y la protección de la dignidad forman parte de los principios fundamentales de los derechos humanos.

Dicho esto, también es necesario recordar que la convivencia pacífica se logra cuando respetamos las diferencias. Cada persona es libre de decidir cómo vivir su cuerpo y su sexualidad, siempre que no vulnere la libertad ajena. Lo que sí resulta clave es no confundir la defensa de derechos con la obligación de compartir o aceptar determinadas ideas en el plano personal o religioso.

En lo que respecta a la infancia, la educación debe centrarse en enseñar respeto, empatía y tolerancia que no trate de “imponer” una orientación sexual —algo imposible—, sino de crear un entorno libre de prejuicios donde cada niño y niña pueda crecer sin miedo a ser invitado o señalado.

Ahora bien, también debe actuarse con prudencia. A una edad temprana, cuando la sexualidad aún no está desarrollada, frases como “todos tenemos derecho a amar a quien queramos” pueden generar confusión. Los niños y niñas todavía están formando su identidad, y una información mal explicada puede llevarles a conclusiones equivocadas. Además, si un menor es expuesto por parte de un adulto —sea heterosexual u homosexual— a conductas sexuales inadecuadas, el simple hecho de sentir placer físico —algo natural en un cuerpo en desarrollo— puede hacerle creer que esa experiencia define su orientación sexual. Por ello, más que presentar mensajes cerrados, lo importante en la infancia es educar en el respeto, la autoprotección y la claridad sobre los límites entre lo que es adecuado y lo que no lo es.

En conclusión, la homosexualidad y los derechos humanos no son lo mismo, pero sí se relacionan en un punto esencial: ambos remiten a la libertad de ser y de existir sin opresión. La clave no está en forzar pensamientos ni conductas, sino en asegurar que la sociedad sea un espacio donde todos —con nuestras diferencias— podamos convivir en paz y sin manipulaciones por parte de uno u otro grupo.

 

domingo, 7 de septiembre de 2025

El presidente del Gobierno canario Fernando Clavijo quiere construir un centro para MENAs en la isla La Graciosa

 





     El barco negrero Open Arms, subvencionado por el Gobierno             canario  no es bienvenido a la isla El Hierro

¿Podremos algún día enviar materia a través de ondas?

 


¿Podremos algún día enviar materia a través de ondas?

Por Bruno Perera.

Desde que la humanidad descubrió la radio, la televisión e Internet, vivimos rodeados de información que viaja invisible en forma de ondas. Nuestra voz puede atravesar continentes en segundos y nuestras imágenes saltan de un lado a otro del planeta como si fueran fantasmas de luz. Todo ello nos lleva a una pregunta fascinante: ¿es posible que, en el futuro, no solo enviemos datos, sino también materia viva o inerte a través de ondas?

La comparación parece sencilla: si mi voz viaja por el aire y llega intacta a un receptor, ¿por qué no podría hacerlo también un billete, una mesa o incluso una persona? La clave está en que lo que viaja hoy no es la materia en sí, sino la información codificada de esa materia. El receptor reconstruye el sonido o la imagen a partir de esa información. Imaginemos entonces que pudiéramos codificar también la posición exacta de cada átomo de un objeto y transmitirla. Si el receptor dispusiera de los elementos químicos adecuados, podría reorganizarlos en la misma forma que el original.

Esto es lo que la ciencia ficción bautizó hace décadas como teletransporte. Un ejemplo icónico está en Star Trek, donde las personas “se desmaterializan” en un lugar para reaparecer en otro, gracias a la conversión de materia en información.

El dilema de la copia perfecta. Si aplicamos esta idea a un billete de 10 euros, nos topamos con un problema inmediato: la reproducción idéntica sería falsificación. El valor del dinero no reside en el papel ni en la tinta, sino en la confianza del sistema financiero que lo respalda. Por muy perfecto que fuera el duplicado, no dejaría de ser un fraude.

En cambio, si pensamos en una persona, la cuestión se vuelve aún más compleja. ¿Bastaría con tener su ADN para reconstruirla en otro lugar? La respuesta es no. El ADN es la receta biológica, pero no contiene las memorias, experiencias ni emociones que hacen única a cada persona. Reconstruir un cuerpo idéntico requeriría conocer la disposición exacta de cada molécula, en especial en el cerebro, donde reside lo que llamamos “yo”.

Clonación y resurrección: ¿es lo mismo?

Conservar el ADN de alguien permitiría, en teoría, clonarlo en el futuro. Sería un ser humano genéticamente idéntico, pero no la misma persona. No reviviría a quien murió, sino que nacería un nuevo individuo. La verdadera resurrección exigiría una copia íntegra de la información mental, algo que hoy está mucho más allá de nuestra ciencia.

El muro cuántico. Además, la física impone sus propias fronteras. El principio de indeterminación de Heisenberg señala que es imposible conocer al mismo tiempo la posición y el estado exacto de todas las partículas de un cuerpo. Y un ser humano está formado por billones de billones de ellas. De modo que escanear y transmitir un cuerpo entero parece, de momento, un sueño imposible.

Ciencia ficción o futuro lejano. Aun así, estas ideas no deben descartarse del todo. Hace apenas un siglo, enviar imágenes en movimiento a través del aire parecía magia. Hoy lo damos por sentado. La humanidad suele transformar en ciencia lo que alguna vez fue ficción. Quizás dentro de siglos, cuando la tecnología supere los límites actuales, podamos hablar de teletransporte o de reconstrucción biológica con mayor naturalidad.

Por ahora, pensar en enviar un billete o un ser humano a través de ondas nos invita a reflexionar no solo sobre los límites de la ciencia, sino también sobre las implicaciones éticas y filosóficas. Si pudiéramos copiar a una persona, ¿sería esa copia realmente la misma? ¿O sería un individuo nuevo con la memoria prestada del original?

La pregunta queda abierta, y quizá lo más fascinante sea que todavía podemos soñar con las respuestas.

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

Los MENAs deben estar con sus familias en África y no raptados en Canarias

 


Los MENAs deben estar con sus familias en África y no raptados en Canarias

Por Bruno Perera.

En Canarias se encuentran actualmente alrededor de 6.000 menores extranjeros no acompañados (MENAs) alojados en albergues y centros de acogida. La mayoría procede de Marruecos, Mauritania, Senegal, Malí y Gambia, países donde las redes de tráfico de personas y la falta de oportunidades empujan a muchos jóvenes a embarcarse en una travesía peligrosa rumbo a Europa.

La estrategia del asilo político. Un aspecto llamativo es que, asesorados por abogados vinculados a oenegés proinmigración ilegal, unos 1.000 menores originarios de Malí han solicitado asilo político, bajo el argumento de que su país atraviesa un conflicto armado. Con ello, se pretende que el Estado español asuma directamente su tutela, priorizando su situación frente a la de otros menores de países donde no hay guerra abierta.

Esta maniobra, en parte alentada por el propio Gobierno canario, busca trasladar al Estado la responsabilidad de esos menores, generando además un precedente que puede multiplicar los casos.

Una cuestión ética: ¿acogida o rapto encubierto?

Más allá de los acuerdos internacionales que obligan a España a dar albergue y ayuda humanitaria, conviene preguntarse:

¿Dónde deberían estar realmente estos menores?

¿No es lo más justo que estén con sus familias en sus países de origen?

Cuando se retiene a un menor sin la autorización de sus padres o tutores legales, aunque sea bajo el paraguas de la “protección humanitaria”, se corre el riesgo de convertir la acogida en un rapto institucionalizado.

El negocio detrás de los MENAs. Las mafias que controlan la inmigración irregular suelen instruir a los menores para ocultar su verdadera identidad, no portar pasaporte ni documentos familiares y así evitar una posible deportación. Sin embargo, en muchos casos se logra identificar a sus familias cuando los propios jóvenes llaman a casa tras llegar a Canarias.

El problema es que quienes gestionan los centros de acogida a menudo miran hacia otro lado, porque existe un claro incentivo económico: se estima que el coste por menor ronda los 150 euros al día. Así, oenegés, empresarios y ciertos actores políticos convierten la acogida en un negocio lucrativo a costa del erario público.

Canarias: una sociedad saturada. Mientras tanto, la población canaria sufre las consecuencias de una presión social insostenible:

Sanidad, escuelas, policía, servicios de rescate y Cruz Roja están al límite de su capacidad.

El mercado de la vivienda se encuentra tensionado: los alquileres alcanzan cifras récord, en parte por la fuerte demanda generada por la inmigración.

Según datos recientes, 3 de cada 10 canarios viven en el umbral de la pobreza, lo que hace más evidente la paradoja de que se destinen ingentes recursos públicos a la acogida mientras los propios ciudadanos carecen de soluciones.

Solidaridad sí, pero con sentido común. La solidaridad es un valor fundamental, pero no puede convertirse en un castigo para los canarios. La acogida indiscriminada, sin una planificación clara ni una política firme contra las mafias, sólo agrava los problemas sociales de las islas.

Canarias no puede ni debe ser la sala de espera de Europa ni el laboratorio donde se ensayan políticas migratorias improvisadas. Los menores tienen derecho a vivir en condiciones dignas, pero sobre todo tienen derecho a estar con sus familias.

La verdadera solución pasa por cooperar con los países de origen, desmantelar las mafias y trabajar para que esos niños y adolescentes tengan futuro en su tierra. Lo contrario es perpetuar un círculo de negocio, desarraigo y explotación, disfrazado de solidaridad.

 

El presidente de Canarias Fernando Clavijo se embarca en el Open Arms para rescatar a más MENAs

 


Fernando Clavijo es un vendepatria y un manipulador que se cree un superdotado, pero el pobrecito es un calzonudo de los grandes.

viernes, 5 de septiembre de 2025

Los números son como la Nada Cuántica y el universo: jamás comenzaron y nunca terminan

 


Los números son como la Nada Cuántica y el universo: jamás comenzaron y nunca terminan

Por Bruno Perera.

Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han intentado descifrar dos misterios: los números y el universo. Ambos comparten una cualidad inasible: la infinitud.
¿Dónde empieza el universo? ¿Dónde concluye? ¿Dónde comienza la secuencia numérica? ¿Dónde termina? Ninguna de estas preguntas admite una respuesta definitiva, y quizá en ello resida su belleza.

Los números, como la Nada Cuántica y el universo, carecen de un origen absoluto y de un final concebible. Son realidades que desafían los límites de la energía, del tiempo y de la comprensión.

Los números naturales (0, 1, 2, 3…) parecen sencillos, pero encierran una paradoja. Cada número es finito y concreto, y sin embargo, el conjunto se extiende hacia un infinito imposible de abarcar. No existe el “primer” ni el “último número”. Contar es siempre abrir la puerta a uno más. Ni con toda la energía del universo —ni con la fuerza inasible de la Nada Cuántica, ese vacío que en realidad vibra de potencial— podríamos capturar su principio o su final.

El universo observable, aunque limitado por la velocidad de la luz y la expansión cósmica, nos sugiere también una infinitud conceptual. Las galaxias se alejan unas de otras como cifras que se suman sin cesar. El tiempo se desliza como una cuenta interminable. La materia y la energía se transforman en un ciclo que recuerda a los patrones numéricos: repetitivos, pero nunca idénticos.

En el fondo, tanto los números como el cosmos nos colocan frente a la misma cuestión: ¿podemos imaginar el infinito sin intentar encerrarlo en formas finitas?
El infinito no es un número, es una idea. Es la negación del límite, la afirmación de lo inabarcable. Y en esa imposibilidad de poseerlo, descubrimos la esencia de nuestra curiosidad.

Conclusión

Los números, la Nada Cuántica y el universo comparten un mismo hálito: son eternos, inagotables y nos invitan a mirar más allá de lo tangible. Escribir todos los números sería como intentar atrapar todas las estrellas: una tarea imposible, pero profundamente poética. Y quizás ahí, en esa imposibilidad, se encuentre el verdadero sentido de nuestra contemplación.

Poema cósmico

Los números nacen sin nacer,
como estrellas que brillan sin ayer.
No hay primer uno, ni último cero,
solo una danza sin fin en el sendero.

El universo los mira y se reconoce,
ambos sin principio e infinitos, sin dioses ni voces.
Contarlos todos sería un acto divino,
pero ni con la fuerza del destino...

Ni con la Nada Cuántica en su grandeza,
ni con la materia en eterna belleza,
podríamos hallar principio ni final,
pues el infinito no conoce umbral.

Cada número es un paso en la espiral,
cada galaxia, una cifra sideral.
El tiempo los copia, el espacio los canta,
y el alma humana los sueña y los encanta.

¿Dónde empieza el cosmos? ¿Dónde termina?
¿Dónde se esconde la última esquina?
Tal vez en el corazón de una ecuación,
o en el suspiro de la contemplación.

Así los números, como el universo,
son versos eternos en un poema disperso.
Jamás comenzaron, nunca se van,
son la eternidad que nunca dirá: “ya está”.