Pagar para poder mendigar. En Eskilstuna, una ciudad de unos 100.000 habitantes a un centenar de kilómetros al oeste de Estocolmo, las personas que piden limosna están obligadas desde ayer a solicitar una licencia a la policía, previo desembolso de 250 coronas (unos 23,5 euros). Es el primer municipio de Suecia que opta por esta vía para intentar acabar con esta práctica, eludiendo así el término prohibición, pese a que para muchos de los mendigos supondrá, en efecto, una prohibición. Según la nueva normativa, cualquiera que quiera “recaudar dinero pasivamente” en las calles y plazas públicas de Eskilstuna debe rellenar una solicitud –remarcan, como facilidad, que lo pueden hacer también online–, aunque la organización benéfica Stadsmission alerta de que muchas de estas personas son analfabetas. Además, deberán presentar un documento de identidad válido. Y, ¿qué vigencia tendrán estas licencias? Según informa la televisión pública SVT, la policía ha concluido que pueden tener una validez máxima de tres meses, aunque todavía está por determinar cada cuánto se deberán renovar los permisos. Leer más
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