Los barcos negreros que esconden el Gobierno canario y el Estado español
Por Bruno Perera
Desde
hace más de tres décadas, la inmigración ilegal ha venido invadiendo Canarias
por medio de pateras, zodiacs y cayucos procedentes de Marruecos, Mauritania,
Senegal, Gambia y Malí. Y entre los años 2001 y 2006, el archipiélago canario
se vio sacudido por un tráfico humano disfrazado de “emergencia migratoria”.
Fueron auténticos barcos negreros del siglo XXI: embarcaciones oxidadas,
pesqueros y cargueros que surcaron el Atlántico transportando seres humanos
como mercancía, bajo el silencio cómplice de las autoridades españolas y
europeas.
Según
una investigación publicada por ElDiario.es,
al menos trece de estos
barcos negreros tuvieron relación directa con Canarias entre 2001 y 2006,
con miles de inmigrantes a bordo. Los nombres de las embarcaciones —Ashva, Noé, Marine I— forman parte del
mismo rompecabezas de tráfico y omisión política.
Vean.
Enlace al reportaje original con la lista de los 13 barcos negreros, cuyos
capitanes y tripulaciones, lejos de ser acusados por tráfico de humanos, fueron presentados como
“salvadores de almas”.
Una ruta de dolor que los políticos no
quieren ver
La
ruta comienza en las costas de África Occidental —Sierra Leona, Guinea,
Guinea-Bisáu, Gambia, Senegal, Mauritania, Sáhara y Marruecos— y termina casi
siempre en algún puerto o playa de Canarias. El recorrido es largo, peligroso y
mortal. Muchos no llegan. Quienes sí alcanzan las islas lo hacen tras días o
semanas hacinados, con poca agua y alimento, víctimas del engaño de mafias que
cobran miles de euros por un viaje que puede acabar en una tumba marina.
Lo
más preocupante no es solo el tráfico, sino el silencio institucional. Los gobiernos
—tanto el canario como el estatal y el europeo— saben lo que ocurre: tienen los
informes, las cifras, las fotos satelitales, los avisos de Salvamento Marítimo
y las pruebas judiciales. Y aun así, prefieren mirar hacia otro lado, convertir
la tragedia en rutina y esconder el problema tras discursos humanitarios y
promesas vacías.
El impacto oculto en Canarias
Canarias
no solo es punto de llegada, sino territorio afectado.
Los centros de acogida se saturan, los servicios sociales se colapsan y los
hospitales atienden a diario a migrantes enfermos, deshidratados o
traumatizados, mientras la población local observa cómo los recursos públicos
se desvían hacia una emergencia que parece no tener fin.
En
2006, el año más crítico hasta ahora, llegaron más de 30.000 personas por mar.
En 2023 se repitió el récord, con más de 31.000 llegadas, y en 2024 se
alcanzaron las 46.000. Cada patera, zodiac o cayuco interceptado es solo la
punta del iceberg de un sistema corrupto y desbordado.
El
coste total de esta inmigración irregular —entre alojamiento, sanidad,
educación, subvenciones a países africanos y gastos policiales— supera
ampliamente los 1.500
millones de euros anuales, una cifra que sale directamente del
bolsillo de los ciudadanos españoles y europeos.
Treinta y tantos años después, los nuevos barcos
negreros siguen navegando
Llamarlos
“barcos negreros” no es una exageración. Lo son en toda regla: mafias que
comercian con vidas humanas a cambio de dinero, amparadas por un sistema
político y mediático que finge escandalizarse mientras permite que todo
continúe igual.
En
el pasado, los negreros traficaban con esclavos africanos hacia América; hoy
trafican con inmigrantes hacia Europa. La diferencia es que ahora los gobiernos miran para otro lado
y, en ocasiones, los
subvencionan indirectamente bajo la bandera de los derechos humanos.
Estos
barcos son gestionados por redes internacionales de contrabando, muchas con
conexiones en Europa. Se sabe desde hace años, pero no se ha actuado con la
contundencia necesaria. En los informes judiciales de 2001 a 2006 figuran
nombres concretos de embarcaciones, pero ningún responsable político ha dado
explicaciones ni asumido culpas.
Los oídos sordos del poder
¿Por
qué el Gobierno canario y el español no denuncian esto abiertamente?
Hay tres razones fundamentales:
1. Porque no quieren enfrentarse a la verdad. Reconocer que
existen barcos negreros modernos implicaría aceptar un fracaso monumental de
las políticas migratorias y de control fronterizo.
2. Porque no conviene políticamente. La inmigración es un
terreno minado, y los partidos prefieren esquivar el debate para no perder
votos.
3. Porque hay intereses detrás. ONG subvencionadas,
empresas contratistas de centros de acogida, redes de transporte y hasta
instituciones europeas viven de la “gestión” de la inmigración irregular: un
negocio multimillonario disfrazado de solidaridad.
Canarias no puede más
El
archipiélago se ha convertido en el laboratorio del fracaso europeo en materia
migratoria. Aquí llegan primero los inmigrantes, pero también el abandono
político.
Los canarios observan cómo sus islas se llenan de campamentos y hoteles
convertidos en refugios con unos 6.000 menores no acompañados-MENAs-
custodiados por empresas privadas. Mientras tanto, el 36 % de los jóvenes isleños sigue
sin empleo ni vivienda, y los políticos solo aparecen para
hacerse fotos cuando arriba alguna patera o cayuco.
No
se trata de culpar a quienes huyen de la miseria, sino de exigir
responsabilidades a quienes permiten —y en algunos casos promueven— este
tráfico de personas disfrazado de ayuda humanitaria.
Un futuro que exige valor y verdad
La
solución no pasa por esconder los barcos negreros ni maquillar las cifras.
Pasa por afrontar el problema con realismo y valentía:
·
Perseguir
a las mafias y a sus cómplices institucionales.
·
Exigir
rendición de cuentas a los gobiernos.
·
Invertir
en desarrollo real en los países de origen, no en subvenciones corruptas.
· Y,
sobre todo, garantizar que Canarias no siga siendo el vertedero migratorio de
Europa.
Porque
mientras los políticos callan y se hacen los sordos y ciegos, las pateras,
zodiacs y cayucos siguen llegando.
Y cada uno de ellos es un testimonio flotante del fracaso moral de una clase
dirigente que ha decidido hacer oídos sordos y ojos ciegos ante una nueva
esclavitud que ocurre frente a nuestras costas.
Fuentes y referencias
·
“Trece barcos negreros han tenido relación con Canarias
desde 2001”,
ElDiario.es, 12
de enero de 2007.
· Evolución de los movimientos migratorios hacia Canarias, tesis de M. Brandon
Fernández, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 2021.
· ABC.es, “Canarias supera los peores registros de su
historia con más de 31.000 llegadas”, 2023.
Nota final
Conviene
recordar que el barco Open
Arms se ha convertido en otro de esos buques negreros que, bajo la
apariencia de una ONG humanitaria, actúan en realidad como parte de la cadena
migratoria que conecta África con Europa. Su labor consiste en hacer propaganda
proinmigración ilegal y recoger
inmigrantes ilegales en el mar, a pocas millas de las costas africanas, pero en
lugar de llevarlos al puerto seguro más cercano —que según el Convenio
Internacional sobre el Derecho del Mar debería estar en territorio africano—,
los traslada a puertos del sur de Europa.
En la práctica, el Open Arms funciona como un auténtico “taxi o autobús del
mar”, garantizando que las mafias que operan desde África consigan su objetivo:
que todos los inmigrantes que envían lleguen finalmente a suelo europeo. Y en
esta odisea inmigratoria la ONG Caminando Fronteras le presta apoyo al
los negreros del Open Arms para que sus viajes siempre tengan éxito.

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