No suenan los teléfonos. No hay reservas. Ni siquiera el Mobile, aunque sea en versión reducida, ha servido para rebajar a gris las negras perspectivas del sector hotelero de Barcelona. No llegan las reservas para el Mobile ni, lo que es peor, tampoco para el verano. A estas alturas, antes de la covid, todas las camas hoteleras estaban adjudicadas prácticamente hasta septiembre. Llovían las reservas con meses de antelación. Y sin embargo ahora, quince meses después de estallar la pandemia, solo la mitad de los hoteles tiene previsto abrir este verano y las cifras siguen siendo demoledoras: “En estos momentos solíamos tener a 60.000 personas alojadas y ahora apenas hay 2.100”, resume Jordi Mestre, presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario