Charles Michel se puso el casco azul de mediador y el lunes convocó una videoconferencia a seis para intentar allanar el camino de la cumbre europea de hoy, en la que se debate la inversión económica que necesitan los países europeos para asegurar la recuperación. La maniobra tenía un cierto riesgo, pero salió relativamente bien y permitió reconstruir parte de la confianza perdida entre unos jefes de Gobierno que han tenido duros enfrentamientos para definir la respuesta económica europea a la crisis. El presidente del Consejo Europeo hizo sentar en la misma mesa virtual a los cinco actores principales de este debate, juntando a los dos países más influyentes, Alemania y Francia, con los que han mantenido las posturas más opuestas, España e Italia por parte del sur y Holanda por el norte. Leer más
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