Cuando las quinielas electorales se fijan más en los pactos posteriores que en los resultados de cada partido, hay alianzas de las que no interesa hablar. Y eso es lo que le ha pasado al Gobierno, que ha visto como sus buenas relaciones con los independentistas de Bildu, de ERC y del PDECat, para aprobar los decretos leyes en la diputación permanente el pasado miércoles, se han vuelto en su contra, y han servido de munición para atacar al PSOE y a Pedro Sánchez.
Apenas 48 horas después de obtener el apoyo de Bildu, ERC y PDECat para aprobar los decretos, el Gobierno intenta ahora desmarcarse de estas formaciones, con críticas muy duras y un rechazo total y frontal a sus planteamientos. Sobre todo hacia Bildu, pero también hacia los independentistas catalanes, mientras que con sus otros aliados menos conflictivos en términos electorales, Podemos y el PNV, nada ha cambiado. Leer más
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