España aún está en la primera fase, la del control de la epidemia, pero hay que planificar la segunda, la de desescalar o modular las medidas estrictas de confinamiento, con la vista puesta en un futuro que se perfila lejano a recuperar la normalidad. Un largo camino, aseguran, que requiere mucha precisión. No hacerlo bien nos puede llevar a la casilla de salida, al confinamiento radical. En eso llevan varias semanas un grupo de expertos dentro del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón. El primer paso, ahora que se comprueba que la curva de contagios empieza a doblegarse, es evitar en lo posible que las personas infectadas salgan a la calle y tengan contactos con otros. Por ello, antes de tomar la decisión de flexibilizar o “relajar” el confinamiento (prorrogado hasta el 26 de abril al que, según el presidente Pedro Sánchez, vendrá otro, aunque quizá no tan radical), será necesario saber quién está infectado por coronavirus para aislarlo. Sólo así se evitará que los nuevos contagios se incrementen , lo que nos llevaría de nuevo a la fase de control. Leer más
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